a Germán Arestizábal
Michael Curtiz reunió a los actores y les dijo: la verdad es que no sé como va a terminar esto, yo no soy ningún dios. Pero aquí tienen algunas posibilidades: \el agente alemán descubre el plan de fuga, llega al aeropuerto, hiere de muerte a Laszlo, Rick toma su lugar y logra escapar a Lisboa con Ilse \Rick, tú mueres a manos del agente alemán cuando te interpones para proteger el escape de Laszlo e Ilse \a último momento, tú resuelves quedarte con Rick, Ilse, ¿no es lo que deseabas?, tu marido comprenderá \Louis y Rick se dan cuenta que existe una afinidad especial entre ambos, Rick convence a Ilse que se vaya con Laszlo y Louis se compromete a ocultar el hecho. Mañana se filma esta secuencia, y ustedes deciden.
Rick volvió a Rick's Place. En medio del ruido ostentosamente fiestero, los brindis y el humo, trató de imaginar una salida. Luego pensó que todo eso era absurdo: te meten en un guion que no escribiste y al mismo tiempo te obligan a buscarle un final convincente, donde fulguren esas palabras tan gastadas como amor, lealtad, gloria, sacrificio. Despidió a Sam y le pidió al camarero otra botella, también inútil. No era
difícil intuir que, una vez más, alguien ya estaba decidiendo por él.
Reconociéndose hermano de todos esos actores de reparto cuyos nombres nunca aparecerán en los créditos, resuelve que si le dieran la oportunidad de detener el tiempo no elegiría alguna escena del pasado o un hipotético final feliz. Elegiría ese momento porque el día obliga a doblegarse a la caducidad de un cheque o de una frase memorable y sólo la noche es joven.