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El poeta y la muerte erótica

Reseña de  Las flores del Mall (Lima: Tranvía Editores, 2009) de José Antonio Mazzotti

Por Giancarla Di Laura
Prairie View A & M University

El noveno poemario de José Antonio Mazzotti, reconocido autor peruano de la Generación Poética del 80, titulado Las flores del Mall, es un notable conjunto que consiste en treinta y cinco poemas distribuidos en tres partes.  El presente, el pasado y el futuro se dejan ver a través del tema amoroso, y su contracara, la muerte, que funcionan como hilos conductores a lo largo del libro. Este poemario es un canto y un homenaje a aquellos seres que han sido silenciados o que no han sido reconocidos a través de su existencia, acallados por el poder y su derivación directa, la muerte. La primera sección lleva como subtítulo “D.C.” y evoca el pasado histórico de los Estados Unidos de Norteamérica a través de los once textos poéticos que llevan por títulos nombres de museos y sitios históricos. La segunda porción del poemario titulada “Nueva Albión” está compuesta de doce poemas que evocan el presente cotidiano y coloquial de personajes y sitios, o de situaciones banales. La tercera parte de este texto lleva como subtítulo, “Inmortal (una dozena de prosas) poema de Ernesto E. López, D.P.”  y consiste en doce textos poéticos donde el sujeto lírico se transforma en un alter ego y es seducido por la muerte.  Asimismo, se encuentra el motivo del tiempo, el cual resalta lo efímero de la existencia y la circularidad de las cosas.

Todas estas partes están unidas por el tema amoroso y erótico que existe en la poesía de Mazzotti desde sus inicios. Acordémonos del poema “Yegua es la hembra del caballo” perteneciente a su primer libro  Poemas no recogidos en libro (1981), o de su penúltimo poemario Sakra Boccata (2006) cuyo principal motivo es el erotismo. En Las flores del Mall, vemos una evocación del amor a través del pasado, presente y futuro que sugiere cada una de las tres divisiones.

Definitivamente, se nota un diálogo entre este texto y el libro de Charles Baudelaire (1821-1867), Las flores del mal (1857). La época de caos que se vivió en Francia en el siglo XIX y el tema erótico sugerente en los textos del francés, son evocados y utilizados como un hilo conductor  en ambas obras. Asimismo, uno de los epígrafes que encamina la lectura pertenece a Baudelaire mientras que el otro corresponde a Virgilio. En el epígrafe del último, encontramos una cita, la cual es parte del libro VIII de la Eneida. Ésta sugiere, el origen, crecimiento y decadencia del Imperio Romano, después de haber gozado un tiempo de paz. La cita correspondiente a Baudelaire pertenece al poema “El monstruo o paraninfo de una ninfa macabra” del libro Las flores del mal en donde el yo poético está hastiado de su propia existencia por la perversión y encantamiento que siente frente a esta entidad diabólica y seductora. En un momento histórico de frecuentes riñas, el epígrafe proyecta el tedio vital existente en la voz poética y un agonizante temple de ánimo que no encuentra ni paz ni armonía en ese mundo que habita.

En la primera parte del poemario, vemos cómo el hablante lírico celebra y enumera a  los silenciados en las batallas y a los caídos en las luchas de la independencia. Asimismo, esta sección es un canto a aquellas personas que no han sido reconocidas sino más bien han ocupado un lugar subyugado. Mediante un tono nostálgico y enunciativo, el hablante poético menciona a muchas tribus indias autóctonas de Norte América. Además la mayoría de estos textos alude a los verdaderos héroes quienes nunca han sido reconocidos ni mencionados. De alguna manera, esta sección es un reconocimiento y una manera de darle voz a seres marginados a través de la historia.

En la segunda parte del poemario, notamos situaciones banales y cotidianas que hacen referencia constante a algún tópico  literario, como ya es frecuente en la poesía de Mazzotti, que suele echar mano de referencias cultistas para entremezclarlas con fragmentos del habla popular y los aspectos prosaicos de la existencia, amalgamándolos en lo que resultaría una especie de “pastiche” cultural, en el mejor sentido postmoderno de la expresión. Además, el subtítulo de “Nueva Albión” sugiere una referencia a la península californiana, donde el pirata inglés Francisco Drake atacó  embarcaciones de españoles y luego bautizó este istmo con ese término.  Asimismo, hace referencia a la Nueva Inglaterra, donde el autor ha vivido la mayor parte de su exilio voluntario en los Estados Unidos desde 1988. Se trata, pues, de una ubicuidad geográfica que revela la simultaneidad de voces y conciencias propias de una visión no lineal de la historia. En estos poemas, notamos que el sujeto poético se  inclina por la descripción de espacios y resalta lo efímero del tiempo. La mención de la naturaleza –animales, flores, plantas, mares, lagos, aguas- y sobre todo la función del hombre frente a ella, es la innovación que se logra a partir del diálogo que entabla con otros textos literarios (Baudelaire, Dante, Virgilio) o extra-literarios (sitios históricos o turísticos).

En la tercera parte encontramos poemas donde el sujeto poético es seducido por la muerte, tratando de superarla mediante la recreación del acto erótico. Definitivamente, el yo lírico perversamente coquetea con la necrofilia: “Topé con el cadáver  más hermoso/ Y quise llevarlo  a casa“, declara.  Asimismo, el hablante se encuentra seducido al sentir placer y gozo al admirar cadáveres inertes, pero hermosos, donde la vida ha dejado de existir : “(Pero ya estabas muerta/ Pero ya tú te habías ido/ Con tu vestido de novia más hermosa/ Que la Almudena)”.  Estas imágenes resaltan una intertextualidad con los poetas franceses del siglo decimonónico al mostrar una fascinación con el tema de la muerte y de la necrofilia:  “ASÍ, Muerta Inmortal, he desenredado tu cabello/ en el quirófano” para más adelante afirmar, “Y te miré durmiendo/ y te adoré // Así, Muerta Inmortal / Asssí”, en clara parodia del famoso poema LXV de Trilce, originalmente dedicado a la madre muerta del poeta, pero que en Mazzotti resulta la pareja imposible, resucitada, sin embargo, como objeto poético a través de la escritura y la aliteración (“Asssí”) del deseo.

Desde un amor por el pasado, donde el sujeto poético mediante un tono nostálgico evoca a los seres no reconocidos en las guerras de independencia norteamericanas, hasta el mismo título que hace mención al “Mall” de Washington D.C. donde quedan la “Casa Blanca”, el “Jefferson Memorial” y otros monumentos para los soldados y luchadores; Las flores del Mall es un libro donde las flores son los poemas en homenaje al amor a la humanidad y un reconocimiento a aquellos que han sido dejados fuera porque no desempeñaron una función privilegiada durante su existencia. Asimismo, el hastío, y el tedio vital frente al tiempo y a la repetición de este, es vista a través de una voz lúdica e irónica, de profundas raíces humanas y, por lo mismo, subversivas contra el estado del mundo contemporáneo.

A modo de conclusión, quisiera añadir la excelente edición de Tranvía Editores a cargo de la poeta y artista Cecilia Podestá, que con talento ha diseñado este poemario con su personalísimo estilo artesanal.  Mazzotti con gran fuerza nuevamente toca el tema amoroso y erótico, pero esta vez para darles reconocimiento a aquéllos que no han sido privilegiados por ser diferentes. Esta nueva entrega del poeta confirma su valiosa trayectoria literaria y el distinguido lugar que ocupa ya en las letras peruanas.

 

 

 

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Reseña de Las flores del Mall
(Lima: Tranvía Editores, 2009) de José Antonio Mazzotti.
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