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Los buenos modales (del hombre)
“Ella también se va” de Jessica Atal. Cuarto Propio, 2018

Por José Promis
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio. 17 de Marzo de 2019


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La lectura de los primeros párrafos de "Be", el relato que encabeza el libro de cuentos de Jessica Atal (Santiago, 1964), demuestra que, además de conocida poeta y ensayista, es una escritora familiarizada y hábil con el arte de narrar. En Ella también se va construye con verosimilitud y fuerza de convencimiento los monólogos interiores de diversas mujeres entrampadas por la exigencia de cumplir con normas establecidas socialmente -en otras palabras, patriarcalmente- y por una sensibilidad interior que en algunos casos origina rebeldía para luchar contra los estereotipos (recuerdo en este momento su libro de poesía titulado precisamente Arquetipos ), pero en otros casos también desaliento y derrota. "Mi mente, esa maldita enajenada, se acostumbró a la represión. Pero las emociones no son tontas. Conocen sus derechos, saben que tienen absoluta libertad para expresarse, porque esa es su única función, aquí y ahora, expresarse y no guardarse en el inconsciente como narración mítica, como narración aberrante. Ellas buscan sus caminos, de una u otra manera salen a la luz" ("La enferma").

La relación bipolar entre lo que la narradora de "La enferma" denomina irónicamente los buenos modales (el lado masculino) y la presencia del sentir rebelde pero impotente que palpita bajo la superficie de la piel (el lado femenino) recorre todas las páginas de Ella también se va y configura los motivos centrales de cada historia: maternidad, formas del amor, frustración, cólera silenciosa, vacíos hábitos familiares, triángulos sentimentales, etc. Contemplando a su hija recién nacida, una madre se pregunta: "cuánto espacio libre y no contaminado tendrá mi hija en su inconsciente o vendrá ya saturado por el bagaje mítico e histórico de sus padres, abuelos y cientos de ancestros" ("El padre, la madre, la hija y el otro"). Esta bipolaridad se descubre en todos los textos escritos por mujeres que pretenden representar la condición femenina en la sociedad contemporánea. Jessica Atal la ofrece al lector enriquecida como un conflicto irresoluto entre una institución dominante y masculina frente a una individualidad subyugada y femenina, conflicto en el que, irónicamente, el hombre se apropia del lugar de la víctima e impone a la mujer el de la eterna culpable.

El lector observa en cada cuento una conflictiva relación de pareja relatada siempre por mujeres cuyo comportamiento, pero no siempre su conciencia, ha sido modelado de acuerdo a roles definidos por una sólida sociedad patriarcal. La esforzada narradora de "Un día cualquiera" se conduce de acuerdo a dichos roles, pero todavía conserva la conciencia de su condición de objeto en una sociedad de consumo: "Raimundo necesita ser el mejor, a como dé lugar. Así se casó con la mujer más bonita que había disponible en el mercado". A pesar de ello, las abruma la conciencia adjudicada de ser culpables de su soledad y de la desventura del hombre. Estas narradoras solo conocen la asfixia existencial que provoca vivir en un oscuro mundo social encerrado y monolítico o "en el espacio vacío, en una extensión de lo desconocido, de lo misterioso, de lo solamente probable" ("Higgs"). El amor, como posibilidad de huída, existe siempre distante y pasajero.

Los personajes femeninos que aparecen en estos relatos no corresponden a un tipo literario universal sufriendo en una sociedad sin nombres ni apellidos. El propósito de Jessica Atal es observar nuestro aquí y ahora, la imagen de la contradictoria y deformada situación que en el momento actual vive la mujer chilena perteneciente a la clase social que habita en los espacios acomodados de Santiago. El lector descubrirá que las imágenes con que las narradoras describen el espacio físico que rodea las casas de estas mujeres son aun más opresivas, demoledoras y asfixiantes que las de sus dormitorios y comedores. Un mundo del que se escapa escrituralmente solo a través de la caricatura ("Bikram") o de la inmolación sin destino ("Tierra de nadie").

Sobre mujeres chilenas dirigido a chilenos, Ella también se va es un libro de lectura provocadora e indispensable.



 

 

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Los buenos modales (del hombre)
“Ella también se va” de Jessica Atal. Cuarto Propio, 2018
Por José Promis
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio. 17 de Marzo de 2019