un pedazo de tela en el Maldoror
(primera imagen de Moro)
. . . . . .un pedazo de tela en el Maldoror tiene la forma de un verano.
desclavadas manos acaso suben en la noche a enredarse sobre tu cuerpo,
a recorrer cada espacio reducido, cada latido de hoy,
cada sueño envuelto en rojo.
asirse a tus ojos que ven solo inicios, solo orígenes de eternas
resurrecciones.
. . . .. . . . . . . .al tacto se recorre el verano. tu cuerpo insurrecto recién
hecho perversión.
ese vasto pedazo de tela compuesto de ti.
esa sucesión de sombras que se abultan en la noche.
ese rojo intenso en tus labios. la sangre que baja enrollada
a tu pierna.
. . . .. . . . . . . . . .. . . . . . . .. .ese pedazo de tela que se despliega
como si fuera un soplo de delirios,
esa soledad que se anida y detiene tu aliento
cuando las puertas se cierran,
cuando el candil se apaga,
ese bajar la vista y ser la noche que envuelve tus miedos.
sobre el castaño transita un tranvía
(recital surrealista)
vuelve a sus colores el rojo intenso que va río arriba.
la barba que se corta como una flor.
. . . .. . .vuelve el puñado de plumas a ser pájaro.
ese vuelo prófugo que se pierde siempre el martes,
vuelve a sus dos clavos las manos de mil florecimientos,
el castaño desmembrado que ya no crece,
la oración que en medio de la vía férrea
se hace una eterna despedida.
. . . .. . . . . hay un tranvía que nos atraviesa siempre,
el ser que se erosiona frente al Sena,
el Sacre Coeur derramando el blanco
como un deshielo,
vuelve las manos a tocar la eternidad.
. . . .. . sobre el camino
un vagón de frisos con palabras dibuja
innumerables ojos que solo están allí para vernos,
detrás de las ventanas hay ojos de colores
que nos miran como a un extraño.
. . . .. . . . . una locomotora de hojas caídas en el otoño
pasado
está allí creciendo para llevarnos otra vez a la de dios.
la habitación de pluviales noches
deletrea mis males,
y el tranvía que pasa a gran velocidad
sin detenerse
otra vez se va sin mí.
una ventana llamada René Magritte
. . . .. . . . . . . . . . .. . . una ventana entreabierta
a las manos que trepan los colores que retoñan siempre.
si fuese posible salir y ser ese tronco o esa raíz,
ese sepia roto que se extiende afuera,
ese rostro que cubre su humanidad,
todo sería más real o quizás no sería.
. . . .. . .esos pasos que en multitud recorren los caminos,
cruzan los puentes y saltan los ríos.
sería aquel que se arrima al borde de todos los abismos.
en París estoy sin llaves y sin paraguas,
mirando esa butaca vacía que me espera siempre,
el pudridero en una esquina de la plaza Republique
y ese oficial sin rostro que me mira.
. . . .. el metro atraviesa París,
afuera las personas sin facciones deambulan a la de dios.
rostros sin ojos, sin martes,
sin mañana, sin féretro, sin persianas,
rostros que apenas saben estar en pie,
ribeteados de pájaros también sin rostros.
. . . .. . . . . Magritte en una ventana acaso azul, acaso verde.
inconcluso como esos ojos,
como esos blancos que hacen la luz para el óleo.
como ese rostro que apenas logra ser un mordisco
sobre un pañuelo ante tanto horror.
. . . .. . .. . . . . . . la madre flotando con su vestido de otoño
y ese crespón negro que va creciendo
hasta alcanzar el fin.
Plaza Maldoror
. . . .. . .. . . . . . .en la plaza hay un cisne sin ellos.
la multitud da vueltas balanceándose a la sombra
que ya es otoño.
un turista duerme en la calle con su equipaje
lleno de memorias
y un can que cuida sus miedos,
hay un extraño en la acera que cuenta los pájaros
sin saber contar,
es la Plaza Maldoror y eso es posible,
. . . .. .mañana estaré convertido en un clochard.
andando sobre ese carril que no conduce a ningún sitio,
sin maletas, solo con la tonta idea de llegar al martes
y ser otro perdido entre las multitudes,
en esta plaza no hay martes solo septiembres
y un poco de agua para los que traemos algo de sed
y un pan para los que en simultáneo tenemos
siempre hambre.
. . . .. . .. . . .hay una pared de granito,
recostado sobre ella me doy cuenta que ya es tarde,
que han pasado muchos años
y casi todos los sueños se han ido por la borda.
. . . .. tomaré el tren hasta una estación cualquiera,
subiré hacia la Plaza Maldoror
quizás alguien me espere,
quizás alguien piense en mí.
sobre la terraza del Dôme hay un hombre que toma café
. . . .. . .. . . . . . .hay un hombre que toma café
mientras busco el reloj perdido entre las nueve y enero,
el azul es su frac bajo el cielo de París,
escucho un telúrico acorde en tanto dos terrones blancos
se ahogan en negro.
. . . ..el Dôme inmortaliza sus espacios,
la voz que nos ocupa trae el poema y las palomas,
atrás el verde es un macetero que contiene las esperanzas,
una mujer se anida a sus recuerdos
mientras el café espera
y mis dedos ahuecan la servilleta enroscada
a la infinitud.
. . . .. . .. . . . sabrá el mundo que estoy en París tomando
un sorbo de una celestial angustia,
. . . .. . .. . . . sabrá la mujer de la mesa de enfrente que mis ojos
la miran desde que sus ojos oscuros se volvieron azules
y el verano se detuvo en su piel.
ya no hay lluvia solo rezos involuntarios
y una calle aparentemente solitaria
a donde pienso dirigirme después.
. . . .. . .. . . . ayer es viernes y estoy aquí sentado
a la espera de alguien que me busque,
pero nadie me busca,
yo solo existo para el café,
y para esa chica rubia de ojos azules
que ha empezado a mirarme con perturbación,
en la terraza del Dôme escribo a alguien
. . . .. . ..que me espera en vano,
espero al azar y escribo mis aplausos de mañana,
silabeo nombres que aun contengo en la memoria,
el espacio se perpetúa en este frío
. . . .. . .. . . . que me ha esperado por años.
ahora estoy mirando mi reloj que marca enero
y siento que ya es tarde para otros
para mí ha empezado el poema.