El poeta olvidado
Por Javier Campos
Tampoco conozco personalmente a Alejandro Zambra pero sí lo he leído aquí y también parte de su obra, y lo he escuchado leer sus poemas en Antología en Movimiento de esos poetas jóvenes en La Chascona a quienes admiro por mantener viva las lecturas poéticas, e invitaciones a una variedad de poetas. Allí fui invitado y el público era muy joven y con ganas de escuchar, aprender, sorprenderse o no con algunos versos, o con estilos diferentes de imaginar.
Pero me disculpo si entendí mal lo que escribió Zambra. No más lo tomé en sentido general (su artículo sobre poetas), y además como no tenia fecha el artículo, ni menos donde fue escrito y por qué. También ahora queda claro pues Zambra explica por qué escribió aquello. A veces sin contexto uno puede distorsionar lo que lee -y puede ser culpa de uno- no saber el motivo, como digo, del texto que se lee. O sea, que a lo que yo iba, y que también como poeta y artista nos ocurre, es que se nos entra el bicho de la inutilidad de la poesía o la creación artística. De que en este mundo virtual ya no se valoriza lo que hace mucho tiempo veíamos al poeta o al intelectual como el guía, faro del futuro. Y eso nos decía Nicanor Parra cuando lo visitamos con Yevtushenko en Las Cruces este junio pasado (escribí una columna sobre eso). Decía Parra, entre serio y en broma, que la poesía era de una gran inutilidad. Entonces, yo recuerdo alguna lectura de Baudelaire que hablaba de esto también, de que hay momentos en el poeta siente que es de una profunda inutilidad lo que hace pero lo sigue haciendo, y luego vuelve a recaer en esa fiebre negativa.
Había algo que no conté en esa columna de encuentro entre Parra y Yevtushenko (y que Zambra habló de ello en un artículo suyo, digo de Parra de taparse con las manos su rostro). Yo andaba con mi cámara ese día en que fuimos a Las Cruces. Yevtushenko quería tener una foto de ambos. Perfecta ocasión, solos en su living de su casa, perfecta luz de un día soleado. Pero Nicanor Parra se negó a sacarse una foto. Se negó muchas veces a pesar de la insistencia de Yevtushenko. Yo, claro, respeté el deseo de Parra. En el almuerzo algo, entre líneas, en la conversación nos daba alguna pista de no querer fotos de sí mismo, especialmente de su rostro. No quería verse a los 95 años. O sea, ¿terror al paso del tiempo que aparece en nuestro rostro? Es posible. Los artistas suelen tener mucha conciencia de ello. Véase no más los últimos cuadros de Picasso de su propio rostro. O esa obsesión de Rembrandt de pintar su rostro cada año desde joven hasta el último casi antes de morir.
Bueno, quise en lo que escribí sobre lo que escribía Zambra casi defender a esos inútiles que aún, a pasos del abismo, envejecidos o no, queremos seguir adelante, escribiendo poemas, que quizás nadie leerá nunca. O que somos escuchados pero no escuchados. Que leemos en lecturas públicas y luego ya nadie sabe ni como te llamabas ni menos qué leíste. Ni menos nadie pedirá tu libro ni menos querrá comprarlo. O si lo regalas jamás será leído o dejado en un basurero de un hotel. Eso quería escribir, pero por supuesto no insultar a Zambra si no el estar en desacuerdo con algunas ideas. Y estar en desacuerdo, en forma civilizada, es lo que siempre quiero cuando publico como columnista por ejemplo.
Pero de todas maneras sé que nos visitará otra vez la mariposa, el escarabajo o el escorpión que nos mueve la mano para escribir un poema, un cuento, en un papel o en un computador. Y también volverá el desengaño de eso que es tan inútil. U odiar para siempre las cámaras fotográficas
Cordialmente
Javier Campos
PD. Este poema que pensando en todo esto, ya había escrito y publicado en un libro. Y leído en varias partes. Inspirado en tanto poetas o artistas olvidados de lejanos pueblos de cualquier país. EL POETA OLVIDADO, http://www.letras.s5.com/jc240706.htm
*Javier Campos. Poeta, columnista, narrador.
