Posdata Final al comentario de Alejandro Lavquén
(“ACLARACIÓN A UNA “ACLARACIÓN”
DEL POETA JAVIER CAMPOS”)
Por Javier Campos
Cuando se cita un libro que es traducción es elemental citar al traductor aunque sea en una frase. Eso es lo que pienso y no hay comentario o artículo de prensa por el mundo que no lo haga. Lo cual indica que si bien toda la entrevista de Lavquén era sobre asuntos interesantes que tenían que ver más con temas políticos, históricos, etc., sí él citó un poema del libro. Veo sin embargo, en general y es lo que registra Lavquén y muchos otros/as en Chile, la indiferencia latente a escritores chilenos que vivimos fuera que a nadie interesa de lo que hacemos en esos otros países. Ni siquiera que un gran poeta universal como Yevtushenko le ofrezca una amistad a un poeta chileno y más aún que esa persona traduzca sus poemas al castellano nunca traducidos antes (trabajamos ahora ambos en otra edición de 50 poemas para una importante edición española este 2009). Lavquén se molesta por mis comentarios a su entrevista pero él mismo ha escrito mucho al respecto denunciando a personas, o instituciones como la SECH sobre ninguneos (por ejemplo el caso del poeta Morales, la línea aérea COPA, y una antología hecha en Cuba, etc.).
Pero lo que me parece evidente en esta discusión: los escritores chilenos que vivimos fuera pasamos invisibles para los columnistas chilenos que escriben sobre arte o literatura. No todos los periodistas culturales en Chile, claro, son así pero es un número muy poquísimo. Y esta invisibilidad le ocurre a muchos otros artistas y escritores chilenos que viven fuera y visitan Chile y creo que hablo por muchos. Y seguro que los que leen este sitio de Luis Martínez por el mundo ojalá hablen de esto. O sea que hay nulo interés en Chile de sobre qué hacen esos escritores y artistas chilenos fuera del país. No se les ofrece ninguna oportunidad de conversar con ellos cuando viajamos a nuestro país de origen. Eso es lo que hay detrás de mi crítica.
Lavquén dice (lo cual es una coartada peregrina para justificarse de no haber mencionado al traductor) de que “Campos, también debió haber escrito un reclamo contra el propio Yevtushenko que durante la entrevista jamás lo nombra ni dice que él lo tradujo, y tengo la grabación de toda la conversación para quien desee escucharla.” Pero lo chistoso es que aquí el pez muere por la boca. Vuélvase a leer esa frase de Lavquén. ¡Lo que escribió es la muestra del ninguneo clásico y debería ponerse su frase en la última edición de la Antología del ninguneo!. Por otro lado, y es la explicación más lógica, es que si Yevtushenko no mencionó aquello es porque ninguna pregunta del entrevistador fue hecha al respecto ni había interés literario de hacerla por parte de Lavquén. Por otra parte, yo jamás haría ningún reclamo contra Yevtushenko. Y no tendría por qué hacerlo porque en una verdadera amistad no existe la palabra ‘’reclamo”.
14 de julio, verano, Estados Unidos.