La poesía no es misionera de nada
Por Javier Campos
Decía Felipe Ruiz en reciente artículo aquí
“Los encuentros literarios y las lecturas hasta antes de la generación del movimiento me parece que rotaban autores sin apuntalar de modo directo el centro del asunto. “
Yo no sé si Ruiz quiere decir que los literatos, como él los llama a quienes escriben ficción sea poesía o novela, cuentos, etc., deben asumir el después, es decir, las demandas de los estudiantes a partir de junio 2011 en Chile. Para mí la literatura no es ningún documento misionero para dar cuenta de movimientos políticos o reivindicativos ni menos para cambiar una sociedad. No se puede exigir al artista, al escritor en este caso, como lo exigía el realismo socialista, que tenía obligadamente que hablar de lo que les pasaba a las masas, al pueblo. Educarlo y dejar fuera todo arte burgués que, por el contrario, lo alienaba.
¿Cuántas veces a los que escribimos poesía nos han preguntado , “bueno, ¿y qué es la poesía? Yo siempre digo que es mirar la realidad de otra manera pero a través de la imaginación. La poesía aparece desde que el ser humano necesitó contar algo y otros escuchar historias. Aparece unida a contar sucesos para entretener a los demás. A esos que teniendo imaginación sin embargo no era como la de aquel que tenía la habilidad de poner en la mente de los otros historias de una manera distinta a como veían las cosas cada día. Luego los que podían viajar regresaban contando de lugares lejanos que nadie había visto y ni siquiera soñado. Pasaron miles de años para que esa manera de contar llegara a la lengua escrita en distintas partes del planeta.
O sea, que la poesía es esencialmente contar imaginativamente y no describir lo que todos ven cada día. Y apareció oralmente primero porque la lengua hablada es el origen de la poesía y algunos se olvidan de eso. Me he encontrado con poetas que leen sin ninguna entonación sus poemas al público. Y lo peor, no se les oye.
Hay la poesía de la claridad y la de la oscuridad en cualquier lengua, como decía Nicanor Parra. Pero esa diferencia tuvo que aparecer junto con la palabra impresa, con las normativas que pusieron los que pensaban cómo debía ser una obra literaria, un poema, una obra de teatro. Hasta ahora los poetas se dividen en esos dos bandos creo yo. Luego aparecerá "el realismo socialista", especialmente con la revolución soviética y las normativas donde¨, como dije más arriba, había que "escribir para el pueblo" y dejar esa manera pequeña burguesa de escribir. O sea el individualismo y todo lo que fuera surrealista. Había que "enseñar a las masas y no alienarlas". Aún esta última tendencia predomina hasta ahora y algunos poetas creen que la poesía únicamente debe ser una pistola o un palo para terminar con los explotadores o, en términos actuales, terminar con el neoliberalismo y la globalización. O deber ser una poesía misionera que de cuenta inmediatamente, por ejemplo, del movimiento estudiantil chileno de 2011.
Juan Gelman, también José Saramago, y recalcó muchas veces Octavio Paz: "la poesía no es misionera de nada¨. El único y principal compromiso de un escritor de ficción es con su IMAGINACIÓN. Cuando digo escritor de ficción incluyo al poeta o todo aquel que usa el lenguaje para inventar algo que sale exclusivamente de su imaginario personal. Lo otro muy diferente es su compromiso como ciudadano libre.
La IMAGINACIÓN no está regida por ninguna IDEOLOGÍA POLITICA aunque se puede analizar desde un punto de vista político, ideológico, según lo quiera el crítico-lector. O desde una perspectiva sicológica, lingüística, antropológica, moral, cultural, etc. El escritor que no tiene imaginación sin duda va directo a un producto cercano al panfleto, al documento moral, al artículo sociológico. Hay muchos escritores disfrazados de esto últimos por el mundo. No todos o todas pueden transcribir una imaginación poderosa a través de una historia ficticia o de un poema. Esa imaginación que produzca una sorpresa al ver por primera vez, de otra manera, lo que has visto todos los días en la rutinaria vida cotidiana. Una novela, un cuento un poema jamás ha cambiado ningún sistema politico en el planeta. Un escritor puede ser profundamente revolucionario en sus ideas políticas pero producir un bodrio artísticamente. O sí, por el contrario producir artísticamente obras valiosas. Allí está Balzac el ejemplo más claro. Todos tenemos imaginación, decía Octavio Paz, pero no todos pueden crear una obra de arte.
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Javier Campos. Escritor, traductor, columnista. El autor también está en facebook. Reciente publicación de inéditos en la revista Carátula, revista cultural de América Central, que dirige el escritor nicaragüense Sergio Ramírez
http://www.caratula.net/ediciones/43/poesia-jcampos.php