Nació en el Hospital
Deformes de Valparaíso, que fue destruido para levantar el
Congreso
Nacional. Enseñó en la Universidad Católica y
partió a París sin saber francés. Ahora el poeta
recibió una condecoración del gobierno de Francia.
El poeta Luis Mizón Morales, que reside en París
desde 1974, recibió la condecoración Orden del Caballero
de las Artes y Letras que otorga el Ministerio de la Cultura y la
Comunicación de Francia -distinción que sólo
unos pocos chilenos han conseguido- está convencido de que
es más fácil triunfar en sociedades liberales como las
europeas, donde los individuos son individuos, que en nuestro país.
“Es más difícil insertarse en un medio como el chileno,
donde el talento literario significa poco y se aprecia menos”, sostiene
e indica que en Chile existen especies de filtros "que nada tienen
que ver con el talento y la creación y que no existen en sociedades
más evolucionadas como la francesa”. -Aquí en Chile,
dice Mizón, se funciona a, través de un sistema de castas
políticas, culturales y aristocráticas, y nos encontramos
con que muchas veces surge gente sin talento”, afirma.
De la poesía a la prosa
Reafirma su tesis indicando que los mejores escritores
latinoamericanos han escrito sus obras más prestigiadas en
Europa y especificamente en Francia. “En Chile tenemos el caso de
Neruda, Carpentier, Sabato, Cortázar y sólo se salta
a la regla un Arguedas o un Lizama Lima”, argumenta.
Nació en Valparaíso, en el desaparecido y legendario
Hospital Deformes en enero de 1942, vivió en Recreo, estudió
en el Liceo de Hombres Eduardo Rivera de Viña del Mar y se
tituló de profesor de historia de Chile en la UCV donde realizó
docencia hasta el 11 de marzo del 73.
-Aún recuerdo como a los 18 años publiqué mi
primer libro y se lo vendí todos a los amigos, so pena de muerte
si no lo compraban. Y se agotó-, cuenta.
Está separado, tiene dos hijos: uno dedicado a los estudios
de medicina y otro a los negocios.
“Cuando quedé cesante decidí irme a París, sin
conocer el idioma. Allí conocí a Roger Cailloir, miembro
de la Academia Francesa y le gustó mi poesía. Después
de su muerte, se publicaron traducciones de mis poemas hechas por
él”, comenta al recordar sus inicios en París, y desde
entonces sus libros se editan en las más prestigiadas y exclusivas
editoriales francesas.
Sus libros escritos en Francia, todos bilingües, son Poemas
del Sur; Tierra quemada; Paso de las nubes -que
obtuvo el premio a la mejor poesía extranjera en Francia en
1987; El eclipse; Bodas, La provincia perdida,
Pasión de la Isla de Pascua y Viajes y regresos.
Mizón publicará el próximo año su primera
novela El hombre del cerro Plomo, con la editorial Du Seul,
y confiesa que no es fácil pasar de la poesía a la prosa.
“Es un cambio paulatino”, señala, al tiempo que anuncia que
su novela tratará los grandes problemas americanos.
-Pretendo que sea una interpretación de la historia de nuestro
continente, una alegoría y en este sentido comparto la apreciación
de mi amigo Armando Uribe de que la novela une lo real con lo fantástico.
Empieza con la llegada de un hombre enfermo a un lugar en Perú,
desatando situaciones inesperadas.
La sociedad caótica
Sostiene que la poesía chilena es muy buena en
comparación al resto de América Latina, pero en cambio
considera muy poco afortunada la prosa nacional. “Vuelvo a tomar las
palabras de Armando Uribe en el sentido de que la poesía lírica
es la que más se ajusta con el carácter un poco caótico
de la sociedad chilena y de los chilenos, en esta especie de locura
y necesidad por encontrar símbolos”, sostiene. Argumenta que
se requeriría para la prosa una lógica, un sentido y
una capacidad de verse asimismo y de reflexion que todavía
Chile no ha tenido.
Sobre la poesía chilena actual dice que es buena si se parte
de la base que se terminó una dictadura y se está en
una etapa de transición hacia una democracia. “Afortunadamente
la poesía chilena es fiel a una tradición propia de
la poesía, aunque critica a una situación específica,
se manifiesta en forma poética, porque yo creo que criticar
el poder es una función propia de los poetas que actúan
como vigilantes del abuso del poder”.
Afirma que toda la poesía es política: la que habla
de mariposas como la que alude a las poblaciones callampas, aunque
indica que la canción protesta o el panfleto no han aportado
nada a la poesía chilena: “La poesía chilena es bastante
urbana, pero no se ve lo popular, porque en el fondo no se tiene idea
de lo que es lo popular”.
Mizón pasa temporadas de dos a tres meses en Chile año
a año, aunque confiesa tener ganas de prolongar sus estadas
para tomar contacto con la cultura chilena, y en este sentido, indica
que tiene interés en publicar con Editorial Universitaria y
en reiniciar clases en la Universidad Católica de Valparaíso.
Sin embargo, son aspiraciones. Mientras tanto continuará publicando
en París y viviendo en un departamento de la rue de Richelieu.
Poesía de Luis Mizón
Desde el extremo de la mesa
Desde el extremo de la mesa
el mar interrumpía nuestras conversaciones
armando y desarmando
la famosa realidad
que nadie conocía,
que nadie sabía conocer.
La tierra próxima
que había que tocar con dedos ciegos
porque habíamos perdido
su contorno de luz
o gastado la trama
de los signos
o quizás
en la perspectiva
habíamos perdido los pasos,
los cuentos y las huellas.
El árbol arde y sueña
El árbol arde y sueña
una estrella oscura respira sobre el agua
y el cielo es más azul que el apocalipsis
donde sudan las estatuas de mármol.
Sus raíces surgen de viejas
fotografías
color de tinta
lagos subterráneos
donde el sol sorprendió las arrugas de tu risa.
Sus raíces surgen
del naufragio y de la tumba
de la basura podrida de la fiesta
y como un músico después
de una orgía
abre los brazos
y trata de caminar
sobre el agua del alba.
Cerca
de mi ciudad desmemoriada
Cerca de mi ciudad desmemoriada
arde un bosque de grandes eucaliptos.
Signos impalpables quedan en mis lbros
viejos trazos que no puedo recordar
aparecen en todos mis papeles.
No borres ese canto esa ceniza
hojas de boldo de litre agujas de pino
poemas escritos en cuadernos escolares
sauces aromos cardos
llueve un canto oscuro sobre el mar
y las playas
el techo de las casas
y el oleaje.
El viento olvida
la palabra apenas dicha
en su trama de brizna.
El viento viene del sol o del cielo
de allá arriba del alba y la memoria.
Aquí olvidamos entre tantos muros
que la luz es un brillo sin palabras
y la palabra polvo iluminado.
La
explosión del silencio
La explosión del silencio
regresa lentamente
a su origen arcaico:
la transfigurada piedra del amor
un rostro erosionado por las voces
una memoria visible
en los muros derrumbados del Sur,
Aprendimos que todo viaje
es un viaje de regreso.
Poemas tomados
de la edición bilingüe de Gallimard, "Poema
del Sur"