Poesía chilena y latinoamericana (1960-2010): La cultura de la imagen desde los
avisos de neón hasta los poetas con Blackberry
Por Javier Campos
“Si no está en Internet, no existe”
En 1963 el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal publica un poema llamado ¨Managua: 6:30 p.m” en su libro Oración por Marilyn Monroe. Libro cuya validez artística, por primera vez en América Latina, es el haber incluido en un imaginario poético, el surgimiento de la cultura de la imagen que comenzaba a aparecer en algunas ciudades latinoamericanas. Eran aquellos anuncios de Neón para vender mejor a través de la sugestión visual y ya no a través de la voz de los comerciales radiales , entre las pausas de las radionovelas, que se escuchaban en casi toda Latinoamérica después del almuerzo o en la noche.
Cito el poema “Managua: 6:30 pm” de Cardenal: “En la tarde son dulces los neones/y las luces de mercurio pálidas y bellas / Y la estrella roja de una torre de radio en el cielo crepuscular de Managua es tan bonita como Venus / y un anuncio “Esso” es como la luna / Las lucecitas rojas de los automóviles son místicas (El alma es como una muchacha besuqueada detrás de un auto)/TACA BUNGE KLM SINGER/MENNEN HTM GOMEZ NORGE/RPM SAF OPTICA SELECTA/ proclaman la gloria de Dios!/(Bésame bajo los anuncios luminosos oh Dios)/KODAK TROPICAL RADIO F&C REYES/en muchos colores/deletrean tu Nombre./Otro significado no lo conozco/Las crueldades de esas luces no las defiendo/ Y si he de dar un testimonio sobre mi época es éste: Fue bárbara y primitiva pero poética.”
El poema tiene un imaginario original para esos años 50 en la poesía latinoamericana y es la de incorporar esas luces como materia poética. Comienza el poema con la aceptación o subyugación a esa nueva belleza. Tampoco hay sugerencia en el poema que esos medios visuales provoquen una alienación en quienes la consumen. Uso el término alienación discutido por Marx desde 1845 y luego en la influencia en Lenin, especialmente cuando en agosto de 1934 el Congreso de Escritores Soviéticos adopta oficial y obligadamente el “realismo socialista” en la literatura y arte en general. Cito textualmente lo que decidió aquel congreso: “El realismo socialista, siendo el método básico de la literatura soviética y la crítica literaria, exige al artista una representación histórica y concreta de la realidad en su desarrollo revolucionario. Sin embargo, la verdad histórica de la representación artística debe combinarse con la tarea de una transformación y educación del proletariado dentro del espíritu del socialismo”. Esta definición incluía también el rechazo de las experimentaciones surrealistas consideradas capitalistas , burguesas y alienadoras. Todo esto tendría, de un u otra manera, una gran repercusión en las décadas siguientes en América Latina entre escritores y artistas plásticos principalmente. Volviendo al poema de Cardenal, cito un reciente comentario que me escribió el escritor y periodista nicaragüense Erick Aguirre:
Ernesto Cardenal empezó a experimentar la cultura de la imagen desde entonces, en los 50, utilizando hábilmente, en el espacio del poema, las imágenes "vistas" en la realidad. Antes lo hacía pero con imágenes recreadas de los libros de historia (Crónicas de Indias, etc.) en la "Ciudad deshabitada" (1946) y "Proclama del conquistador", y lo seguiría haciendo en "El estrecho dudoso" y "Homenaje a los indios americanos" (1966 y 1969). En la Managua de 1950, 60 y 70 la influencia cosmopolita, sobre todo estadounidense, era muy marcada en la vida cotidiana, combinada claro con las tradiciones, cultura, etc. autóctonas, pero sí fue una gran influencia. Eso por ejemplo también se observa en algunos cuentos de Sergio Ramírez como "Nicaragua es blanca” (1969), “Charles Atlas también muere” (1976). Y seguramente la estancia de Cardenal en Estados Unidos lo marcó. También hay que decir, la excelente relación de los Somoza con Estados Unidos por supuesto era causa de que aquí en Nicaragua se afianzaran mucho esos modelos. Igualmente, por otro lado, tanto el poeta Coronel Urtecho como Cardenal fueron grandes admiradores de la poesía norteamericana, sobre todo la que ellos llamaban The New poetry, especialmente el poeta Carl Sanburg.
En el poema de Cardenal, poéticamente se acepta esa nueva belleza tecnológica que produce una nueva modernidad. O lo que también Carlos Monsiváis llama la aparición de la cultura Pop en América Latina desde los 50 que para él constituye desde esa fecha el comienzo de la globalización. Dice Monsiváis: “Con la cultura Pop, que se instala primero con la radio y luego el cine, y con la Tv después, entran también, además del deseo de vanguardias, la seducción de las modas, el lenguaje de la publicidad y la energía de la liberación sexual que arrasan con tradiciones y tradicionalismos, el culto a la tecnología, a la industria del entretenimiento y al consumo. Los medios de comunicación cambian su modo de sugestionar a los espectadores, etc.”
Esta cultura de la imagen aparece pues por primera vez, en los años 50 y 60, en ciertas capitales latinoamericanas más que en otras como se muestra en la cita previa del escritor nicaragüense citado arriba y también la cita de Carlos Monsivais. Es interesante también, ahora que tenemos a youtube.com, como podemos revisar el pasado visualmente a través de documentales o films de esas épocas. Por ejemplo viendo el film inglés, basada en la novela de Graham Green, Nuestro Hombre en la Habana, filmada en 1959 con Fidel Castro en el poder, podemos por ejemplo ahora percibir visualmente aquella Habana llena de esas luces que Cardenal habla también en su poema citado. La relación Cuba y Estados Unidos, ya sabemos, viene desde mediados del siglo XIX. Si el beisbol lo llevaron los norteamericanos a la isla a mediados del siglo XIX, con mayor razón, posteriormente, a principio del siglo XX, su cultura de la imagen para anunciar y vender sus productos. Aquello sin embargo contribuyó también que la revolución y sus líderes rechazaran, principalmente Fidel Castro y Che Guevara, aquella cultura vista como ejemplo clásico de la alienación capitalista norteamericana. El famoso caso del documental PM, rechazado por Fidel Castro en junio de 1961, que dio origen al famosos discurso en la Biblioteca Nacional de Cuba, sintetizó toda la política cultural cubana de la revolución hasta ahora con esta famosa frase del líder: “Dentro de la revolución todo, contra la revolución ningún derecho”
Ahora, si acudimos a las teorías económicas de ese entonces estamos primero en la propuesta de la CEPAL en los años 40 que proponía era necesario un proceso de sustitución de las importaciones en América Latina. Luego en los 60 , en un contexto donde la economía latinoamericana estaba en manos de transnacionales, especialmente norteamericanas, la Teoría de la Dependencia adoptará la Teoría del imperialismo de Lenin (el capitalismo monopólico estaría entonces en fase superior creando contradicciones insuperables y donde el socialismo sería la respuesta a esa situación), y luego la nueva Teoría Moderna del Imperialismo (con teóricos como Paul Baran y Paul Sweezy) más elaborada por el neo marxismo para explicar esa desigual relación entre países de la Periferiay países del Centro. Todo eso queda perfectamente e ideológicamente concretizado en la “Primera y Segunda Declaración de la Habana” el 2 septiembre de 1961 y el 4 de febrero de 1962 respectivamente, que Fidel Castro pronuncia en la Plaza de la Revolución. Discursos que serían los manuales de la izquierda latinoamericana, incluidos intelectuales y artistas de esas décadas y de los movimientos todos bajo la frase de “liberación nacional” (tomado el término del Frente de Liberación Nacional de Vietnam de 1960) donde se incluye la propuesta del Che en Bolivia, Salvador Allende, el Frente Sandinista, los movimientos centro americanos de liberación nacional, hasta Sendero Luminoso, y luego en 1994 el Frente Zapatista de Liberación nacional. La síntesis en una frase del propio Fidel Castro en esas dos declaraciones de la Habana es la siguiente para ese entonces “La historia de Cuba es la historia de toda América Latina”.
Debe ser por esto último que al final del poema el hablante de Ernesto Cardenal, sin embargo, no defiende lo que esa belleza representa (la sugerencia a las transnacionales parece claro en el poema) pero sí queda admirado por el impacto visual, nuevo, en el hablante que escribe desde Managua, Nicaragua. Revisando la poesía de esas décadas es muy difícil encontrar antecedentes de este poema o parecidos en los poetas más canónicos o en los poetas que más se leen en esos tiempos. Por el contrario, y dada la influencia como dije que tuvo de una u otra manera el realismo socialista soviético donde los medios capitalistas fueron vistos siempre como elementos de alienación humana y que la sociedad socialista sería, siguiendo a Lenin, el termino de esa alienación. Los poetas más canónicos de ese entonces, por ejemplo Cesar Vallejo que vivió en Paris, no tiene ninguna referencia sobre cultura de la imagen en su poesía escrita en Francia, lo cual puede sugerir que poca importancia le daba a ese asunto y no era poéticamente importante para el poeta peruano.
El caso interesante, en relación a la idea anterior, es el del granadino Federico García Lorca quien pasa casi un año en Nueva York desde junio 1929 a marzo de 1930 en el centro de la ciudad del capitalismo mundial en ese entonces y donde también le toca vivir el desplome de la Bolsa y comienzo de una crisis económica mundial en 1929 junto con el establecimiento de La Ley Seca que imperaba en Manhattan en esos años. El imaginario de Poeta en Nueva York que escribe en esas fechas es de un poeta monolingüe (Lorca jamás pudo aprender inglés cuando el principal motivo porque su familia le pagó el pasaje a Nueva York era justamente para… ¡aprender inglés!). También García Lorca llega a Nueva York con una formación cultural profundamente española que afectará la percepción y el rechazo a su vez de Manhattan y de esa “nueva modernidad”. Lorca describe lo que ve desde una condición monolingüe y chovinisticamente hispánica. En esos mismo año previos (entre 1920 y 1922) también llegan a Nueva York muchos artistas plásticos latinoamericanos como el uruguayo Joaquín Torre-García quien estaba en las antípodas de García Lorca. Torres-García escribió en su diario, reproducido en una reciente exposición de pintores latinoamericanos que llegan en los 20-30 a NY en El Museo del Barrio, Nueva York (octubre 2009 a enero de 2010). Cito:”Broadway es un lugar de luces donde cada noche los avisos luminosos gritan compitiendo unos a otros. Este lugar es una nueva y alucinante belleza. Soy rico en esta ciudad donde millones de imágenes que soñé y quise estaban aquí”. El imaginario de García Lorca es por el contario el retrato descriptivo de una ciudad barroca y surreal pero en un sentido opresivo y negativo. La relación del imaginario, por la misma biografía del poeta granadino ya mencionada, que aparece en su Poeta en Nueva York, no es en nada distinto a muchos poemarios de la poesía latinoamericana del exilio entre los 70 y 80. El ejemplo más claro para mi es la poesía del exilio de Gonzalo Millán de la que hablaré luego. Cada escritor exiliado arrastraba más o menos un monolingüismo y un exceso de chovinismo de su país que físicamente dejaba atrás.
Pablo Neruda no tiene nada de parecido a Cardenal por ejemplo. En su imaginario poético no hay nada que se refiera a la cultura de la imagen aún cuando Neruda si viajó por casi todo el mundo aunque más por los países socialistas. A Huidobro le interesó el imaginario surrealista y tuvo la influencia de los caligramas por ejemplo de Apollinaire que probablemente éste, buen amigo de Picasso, recoge del pintor de sus experimentos usando anuncios de periódicos para construir muchos collages. Igualmente es difícil encontrar lo mismo en la poesía de Gabriela Mistral, Gonzalo Rojas, menos en Pablo de Rokha, tampoco en Enrique Lihn pero que sí en los 80 irrumpe con Paseo Ahumada y con sus performance poéticos junto a otros poetas más jóvenes en un contexto post gobierno popular o periodo de la dictadura militar y la apertura en lo que la Junta llamó las Diez Modernizaciones que abrirán el país a la economía neoliberal por la vía rápida y autoritaria.
Aún Nicanor Parra en Poemas y Antipoemas publicado en los 50, misma fecha que Cardenal publica ese poema mencionado de “Managua: 6:30 pm” o el muy conocido “Oración por Marilyn Monroe”, no hay ningún poema como los del nicaragüense. Por el contrario, como queda claro en su poema “Los vicios del mundo moderno”, se lanza sobre ese “mundo moderno” que nada nuevo trae al ser humano. Luego sí Parra se comienza a interesar por ejemplo en sus famosas “tarjetas postales antipoéticas” que escribe antes de 1970, adoptando ese formato visual que también viene de la influencia del arte pop norteamericano que arranca con Marcel Duchamp y luego Andy Warhol en EEUU que sin duda Parra conoció.
Pero había que esperar, en caso de Chile, hasta 1968, cuando el poeta chileno Gonzalo Millán a los 21 años publica su primer libro, Relación personal y le interesará poetizar la cultura de la imagen: las historietas ilustradas, igualmente las revistas ilustradas de artistas de música joven de esos años. Y luego como efectos alienantes cuando escriba desde el exilio en los 80, es decir desde países del primer mundo donde vivió. Relación personal se publica sólo 5 años después que Cardenal publica aquel poema mencionado arriba. Junto a Millán otro joven poeta, Juan Luis Martínez, también está trabajando el collage en ese momento, la visualidad en el poema incluyendo una variedad de recursos intertextuales tomados de los experimentos surrealistas que será luego el libro La nueva novela de 1971. O como la crítica ha dicho en síntesis: “La nueva novela es un complejo sistema de representación en el que se desplazan los límites del libro desde la esfera de la escritura a la esfera de la imagen” (Juan Herrera, “La nueva novela de Juan Luis Martínez: Poesía protohipertextual en el contexto de la videósfera”, Acta Literaria , N°35, II Sem. (9-27), 2007). O sea que Juan Luis Martínez como Millán son dos casos que a fines de los 60 incorporan la cultura de la imagen en la poesía chilena a diferencia del dominio de la poesía lárica entre los otros poetas donde Jorge Teiller sería el padre fundador y tendría muchos seguidores que se juntaron en las revistas Arúspice y Trilce de esos años.
Lo curioso es que si para Millán las historietas eran parte de su crecimiento cultural que luego asimila en su poesía, por otro lado el famoso libro de Ariel Dorfman y Armando Mattelard, Para leer al pato Donald (Comunicación de masas y colonialismo) publicado en 1971, va a demoler esas historietas usando el análisis marxista y la teoría de la dependencia como es muy claro si leemos el prólogo del libro que sigue al pie de la letra los manuales marxistas de la infra y superestructura. Es decir, el libro de Dorfman sostiene, y lo va a demostrar como sea, que esas inocentes imágenes, fundamentalmente las historietas de origen norteamericano traducidas al castellano, son la alienación pura del sistema capitalista, esencialmente transnacional y colonialista (pp.11-40 de la Introducción Para leer…).
En el libro de Millán mencionado, Relación personal, entre otros poemas e incluyendo la serie de poemas llamados “historietas”, hay un poema que imaginativamente presenta aquel mundo juvenil de fines de los 60. Hasta ahora yo creo que sigue siendo un poema interesante en la poesía de Millán en cuanto a su relación que tendrá el hablante con la cultura de la imagen en los 60 y luego, posteriormente en el exilio el impacto mucho más poderoso en su poesía de la sociedad del primer mundo en los 80. Leo pues este poema de Relación personal: “Cubierto con la cremosa ornamentación/ de los pasteles/ me he desvaído como el breve gas de las gaseosas/ tras el marino azul de tu uniforme,/y con mi corbata listada y gomoso de gomina/soy otro perdido de la orquesta/en fiestas juveniles,/ y otro más entre los nombres/escritos con tinta sobre el cuero/en tu bolsón de colegiala.” Luego en la Universidad de Concepción, Millán, a fines de los 60, escribió varios poemas cuya preocupación eran los objetos de consumo y que mucha influencia tendría en la mejor poesía que escribió años después en su exilio de Canadá y otras partes de Europa. Lo curioso es que cuando vivió en Chile, aquel mundo del consumo y de la industria cultural, que comenzó a plasmar en su poesía desde 1968, luego a fines de los 60 y comienzos de los 70 en Concepción vería -principalmente en ciertos objetos de alta tecnología (el automóvil por ejemplo)- como un cosa maravillosa y misteriosa en su compleja construcción. Sin embargo en el exilio aparecerá algo diferente: todo ese consumo del primer mundo es percibido como un universo aplastante de la condición humana. Pero más que eso, yo siempre he visto que la mejor poesía de Gonzalo Millán es la mirada del exiliado que es reducido al silencio por un mundo ajeno al que no pertenece ni quiere pertenecer muy semejante al mismo imaginario y biografía del Poeta en Nueva York de García Lorca, mencionado anteriormente. De allí que el Primer Mundo sea un lugar nada de ameno ni menos lárico sino opresivo desde los edificios, la modernidad consumista, los medios masivos, hasta la simple vida cotidiana. O sea, no sólo está la alienación profunda que experimenta el hablante de aquella poesía de Millán escrita en el exilio, en un mundo no suyo, sino también la nostalgia que apabulló a muchos exiliados viviendo fuera de la “Matria, muy lejos de su país de origen y principalmente despojados de usar permanentemente la lengua con la que crecieron y fueron luego lanzados al exilio. Por eso no resulta extraño la cantidad de poetas y artistas que regresaron a vivir en Chile dejando para siempre los países del Primer Mundo. Como ya sabemos, durante la dictadura militar como nunca antes en Chile se incorpora la cultura de la imagen y que tuvo mucha relación con el modelo o ese proceso “modernizador” que la dictadura inyecta en la economía y en la sociedad chilena (los 70 y los 80). Muchos poetas van a incorporar esa cultura de la imagen en el imaginario poético pero más para representarla como elemento alienante en una sociedad “consumista” que está conectada malignamente a la economía y a la cultura dictatorial chilena y en ningún momento es percibida aquella cultura de la imagen como una atracción positiva. Y esta tesis es aplicable a todos los poetas que incorporaran esa cultura de la imagen cuando escriben también en el contexto de la dictadura militar. Me he referido más arriba a Juan Luis Martínez y a Enrique Lihn como dos ejemplos en poesía chilena. Hay muchos más y de ellos hablé en dos articulo míos publicado en 1994, “Lírica chilena de fin de siglo y (post) modernidad neoliberal en América Latina.” Y el otro de 1995 titulado “Tomas Harris y la cultura de la imagen (algunas reflexiones sobre la poesía chilena de los 80)”
El 7 de abril de 1991 apareció un interesante artículo en la revista del New York Times. Diecinueve años después de su publicación, ahora en 2010, y escrito entonces cuando se estaba desplomando todo el campo socialista y se reunían las dos Alemanias, y el muro de Berlín ya se había derrumbado para siempre (1989), me parece que citar ahora este artículo resulta una profecía. Cito: “En los meses recientes (comienzos de 1991), un grupo de jóvenes artistas del Este y del Oeste, apoyados por la ciudad de Berlín, han producido una serie de trabajos artísticos relacionados con los problemas de la división. La mayoría están hechos en lugares públicos. Uno de ellos, cerca de Postdamerplatz, está hecho de una abandonada torre de vigilancia, un símbolo de la opresión al viejo estilo. En la parte alta de concreto de la torre, el artista instaló un inmenso y rotativo emblema en una suave luz azul neón: la inconfundible estrella de la Mercedes Benz. Símbolo donde el artista parece decirnos que estamos ahora ante una nueva forma de opresión”. Es claro que esa nueva forma de opresión -junto a la reflexión íntima de un pasado bajo un régimen socialista - no sólo había que leerla entonces como la apertura del nuevo y acelerado consumo que vendría con la globalización siguiente, el boom neoliberal, después del desplome de campo socialista y el término de la guerra fría. También hay que leer de dos maneras aquella manifestación artística mencionada por el artículo del New York Time en 1991. Primero, es el comienzo de la nueva y acelerada cultura de la imagen que influiría e influye -desde entonces hasta ahora- a gran parte del planeta, incluidos claro, a los artistas en general. Segundo, aparecerá con mucho más fuerza, como una avalancha de nieve, la desilusión del proyecto socialista de economía estatista planificada, falta de libertades individuales y el dominio del partido único, donde por sobre todo lo anterior se creía que el mercado competitivo no era la panacea para esas sociedades socialistas reales. Tal efecto de dominó entró también en América Latina coincidiendo exactamente con aquel derrumbe del este europeo para que por otro lado -como lo ha dicho Sergio Ramírez, ex - vicepresidente del gobierno sandinista- se acelerara la búsqueda del término a las guerras en América Central.
Viajando con un grupo de poetas jóvenes en Costa Rica en mayo pasado de 2009, de los 30 que allí iban en el bus que nos llevaba a un lugar que tomaría 5 horas de viaje, la mayoría tenía sus celulares, otros unos iPods, otros iPhones o un Blackberry. No contento con eso, otro poeta joven sacó de su mochila unos DVD y partió donde el chofer para que los pusiera en la TV del bus. Era música y vídeo de una banda de Rock de Nueva York. O sea que no era tan fácil conversar con esos poetas jóvenes. Su conversación y su diálogo se habían modificado. Ahora se dialogaba a través de los medios digitales. Sus poemas o sus cuentos o novelas están publicados mucho más en distintos blogs que en libros impresos y desde allí se leen, reciben críticas, elaboran manifiestos virtuales, recomiendan a otros escritores. En otras palabras lo virtual es su biblioteca de Alejandría. Y ahora, por los blogs, se publican cientos de poemas, o miles, que circulan por millones en distintas lenguas. Y no sólo eso, por ejemplo los encuentros poéticos ahora se difunden por Youtube, y allí leen, hablan y discuten cientos de jóvenes escritores sean o poetas o narradores. El fenómeno de los blogs comienza, como se sabe, en los inicios del 2000. En ese año había 136.000 blogs, en 2004 más de 10 millones y ahora esa cifra supera los 20 millones por todo el mundo. Se dice que 30.000 nuevos blogs entran cada día al Internet y quizás otros miles desaparecen diariamente. El 23 de abril 2005 ocurre otro agregado a Internet: se puso el primer video en un sitio en la red y lo llamaron Youtube. A eso hay que agregar, desde los 2000, el desarrollo de los celulares, los Blackberry, el IPod, los nuevos modelos de laptop cada vez más delgados y potentes. No sólo pues la cultura de la imagen desde mediados de los 80 cambió la forma (y el contenido) de escribir entre nuevas generaciones , también lo ha hecho -y lo sigue haciendo- la comunicación digital a partir del 2000. Y donde el poema de Cardenal, “Managua 6:30” es para los jóvenes poetas quizás una antigüedad arqueológica para coleccionar. Por eso si se continua únicamente aceptando como buena o mala literatura sólo lo impreso, marginando la producción que está en los blogs (una gigantesca producción y una no menos importante teorización) no sé cómo podemos seguir definiendo lo artístico desde los análisis tradicionales en este tiempo de globalización que no será pasajero y que se quedará con nosotros, guste o no, por muchos siglos.
El consumo de estas nuevas tecnologías comunicacionales y de entretenimiento digital en este mundo global han aterrizado suavemente y con una aceptación absoluta entre la gente joven del planeta. Quien lo niegue es que no quiere ver a su alrededor tanta gente conectada sin alambres a objetos digitales. Ya se dice que “si no estás en Internet no existes”. No es difícil ver a muchachos, incluidos poetas y narradores jóvenes, chequeando su sofisticado celular mientras en sus oídos hay un aparatito que le provee música donde almacena más de 6 mil canciones. Este último es tan delgado como una tarjeta de crédito.
Uno se pregunta que si la valoración tradicional de un poema por ejemplo no ha cambiado ya por la gigantesca cantidad que se publican en los blogs en la red. Yo creo que sí porque el imaginario también ha cambiado con las nuevas tecnologías digitales. Y hace más difícil, por otro lado, determinar el valor artístico de esa masiva producción que entra por miles cada día a distintos blogs, incluso poniendo libros completos con el programa gratis de pdf. También hay que considerar que aún se sigue haciendo el canon de la literatura únicamente sobre obras impresas o antologías impresas dejando de lado otra inmensa cantidad de antologías, reseñas que sólo aparecen en los blogs Todo lo anterior es para decir que hay muchos académicos quizás por todo el planeta que aún no les interesa entrar en esos blogs de literatura o de poesía o narrativa reciente pues prefieren la lectura del libro tradicional. O no tienen el tiempo ni la paciencia para gastar 2 horas al día leyendo en una pantalla lo que no aparecerá nunca en un libro impreso porque su valor, el de los blogs, es lo instantáneo y hay que procesarlo de igual manera: inmediatamente. O simplemente se descarta toda esa producción porque no hay interés, porque no hay como catalogarla, porque de allí es impensable crear un canon. Es que lo que se publica en internet parece que no puede ser canonizado. ¿Como se puede canonizar una producción que aumenta cada día engrosando a millones de de bibliotecas de Alejandría de Jorge Luis Borges?
La academia más tradicional está en un problema, especialmente la que enseña asuntos literarios, o poesía o narrativa, si no tiene interés en aceptar la revolución digital en sus clases y exigirla en las investigaciones de sus alumnos. Es decir toda esta información en tiempos globales. Es como seguir viendo televisión en un viejo aparato de los años 70. Esos aparatos que no tienen la capacidad de proyectar un nítido DVD ni menos estar conectado a la televisión con cable que ofrece 500 canales de todo el mundo y más aún, que apretando otro botón en los nuevos televisores de plasma, podemos conectarnos a Internet, o mirar un programa en El Cairo y al lado de la pantalla estar leyendo un blog. Ahora la Generación Internet funciona en lo que se llama “tareas simultáneas o multitasks”: escuchar su iPod, mirar su iPhone, estar escribiendo en su laptop, y leyendo a su vez un blog, y tomando café.
Concluyendo que en un periodo de 40 años (1960 a 1990) la atracción por la cultura de la imagen en el discurso poético de América Latina ha sido tratada fundamentalmente como un elemento alienador quizás dado por las circunstancias especificas de América Latina que como un elemento positivo como ocurrió en los países del primer mundo (el Por Art nace en sociedad capitalista y fue aplastado en el socialismo real). O siguiendo a la Teoría de la Dependencia, países de la PERIFERIA para contrarrestarlo a los países del CENTRO. Pero desde 1990 hasta 2010, aproximadamente, uno pone en duda si la cultura de la imagen es rechazada y será rechazada por los jóvenes poetas y artistas. Creo que no. Es como la historia que conté anteriormente de poetas centroamericano. O como el proyecto que tienen jóvenes poetas en este momento Santiago llamado Antología en movimiento conectado visualmente a Internet y donde han construido la primera antología virtual de poesía chilena. O lo que se ha llamado “Híbridos digitales del bolsillo al oído” o “el podcast” que hacen Felipe Cusen y Álvaro Bisama en Chile en su programa “Somos millones”.
Y termino con este convencimiento: La cultura de la imagen actual dentro de la ultra tecnología digital global ha enviado a la tumba la vieja tradición de canonizar o antologar lo que es y debía ser la buena poesía. Ahora el poeta joven ve, escribe, lee y publica desde su blackberry. Pero también piensa que con él (o con ellas o ellos) comienza la poesía. El Internet siendo global, y que ha democratizado las opiniones, cualquiera que esté conectado a la red pude escribir y pensar que está inventado el calendario azteca. Puede escribir manifiestos para sí mismos o para sus amigos poetas cercanos o para sus amigos críticos que en cada reseña publicada en Internet descubren cada mes a un nuevo Rimbaud aun cuando sea su primer libro y auto editado digitalmente Como no es difícil publicarse su propio libro (con la nueva tecnología), es mucho más fácil ahora por tanto vestirse de poeta. Todo es digitalmente posible en poesía o arte en esta revolución digital, pero todo puede olvidarse al instante. Si no estás en internet no existes, o si estás… tampoco existes.
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*Javier Campos. Escritor, traductor.
Este trabajo fue presentado en agosto de 2010, Universidad de Chile, en “ENCUENTRO INTERNACIONAL: POESÍA Y DIVERSIDADES. PERSPECTIVAS CRÍTICAS EN EL BICENTENARIO “. Reciente libro de JC es Manzanas robadas”, Antología, del poeta Yevgeny Yevtushenko, Editorial VISOR de poesía, España, marzo 2011