Matanza en una escuela primaria en Newtown, Connecticut, EE.UU.
Por Javier Campos
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Vivo muy cerca de Newtown. Vivo en Southbury y cada mañana tomo la ruta 25 a en mi viaje en carro hacia mi universidad (Universidad de Fairfield). Toda esa parte es un área casi bucólica. Muchos árboles, casas hermosas que quizás cuesten medio millón de dólares cada una o más. La arquitectura es típica de Nueva Inglaterra. Se diría que allí la gente vive una vida apacible. Salen de sus casas a las siete y regresan a las 5 de la tarde como en esas películas que retratan la vida de la clase media norteamericana. En estos días hay muchas casas adornadas con luces que es bastante típico en navidad. Si hay nieve todo parece escenas de bellas tarjetas postales.
La mañana del viernes 14 de diciembre, cerca de las 10:30, pasé por las afueras de aquel pueblo. Luego vi varios carros policiales y ambulancias. Paré mi auto porque es legal detenerse y pensé que sería algún accidente de tránsito. Ese día tenía exámenes finales con mis estudiantes de español en mi universidad. Ya estaban enterados y todos leían en sus celulares las noticias o veían noticias en vivo en CNN en sus pantallitas, especialmente ésta pues la mayoría de mis estudiantes vive en el estado de Connecticut.
Una de mis estudiantes, Nicole, me decía que ella vivía a 30 minutos de esa escuela y que esa escuela -Sandy Elementary School- fue su escuela cuando niña. La escuela tiene 700 estudiantes desde el kindergarten hasta el cuarto grado. La madre de Nicole la había llamado llorando a las diez y media de esta mañana pues conocía a una mujer que fue asesinada en la escuela cuando iba a dejar a su hijo. Su hijo de cinco años también fue asesinado.
Hasta ahora hay 27 muertos y dentro de ellos 18 son niños de kindergarten. O sea entre cinco y seis años de edad. Ya se sabe que el asesino, Ryan Lanza, tenía 20 años y el mismo se suicidó luego de la masacre que originó. Antes había matado a su madre en su casa. Ella era maestra de esa escuela de niños. Desde ya Lanza aparece con un problema mental de proporciones pero armado hasta los dientes con varios tipos de armas incluyendo una metralleta que el ejército norteamericano uso en Afganistán. Se le describe como un muchacho tranquilo cuando era estudiante en la Escuela Secundaria del mismo pueblo.
Pero lo cierto es que en las próximas horas se volvió a la repetitiva discusión en EEUU de la libertad que existe en este país de comprar armas o la polémica famosa, sin resolverse aún, sobre Ley de control de armas. Se discutirá otra vez en todos los medios lo mismo voviendo a mencionar, entre otras, la masacre en la escuela secundaria de Columbine, Colorado, donde 12 fueron asesinados por dos adolescente en 1999. Hace poco, en julio pasado, en el estreno mundial de la nueva película de Batman 14 fueron asesinados por otro francotirador. Pero lo del día viernes en Newtown, Connecticut, constituye la mayor masacre hasta ahora en una escuela pública norteamericana.
Esto se escribió hace unas horas después de esa matanza en unos medios de Connecticut: “Es demasiado fácil para una mente enferma en EE.UU obtener un arma de fuego y usarla”. Y el presidente Obama, profundamente afectado en cadena de televisión esa misma noche por lo ocurrido en Newtown, no mencionó directamente la necesidad de una fuerte ley de control de armas que aún no existe en este país pero implícitamente es su deseo resolver aquello desde que llegó a la presidencia. Aún más, ese mismo día espontáneamente en frente de la Casa Blanca en Washington ciento de personas protestaban por la masacre de Newtown en Connecticut exigiendo Ley de control de arma. El mayor obstáculo ha sido la negativa del partido republicano a aprobar dicho proyecto de ley. La gran pregunta en todo caso es: ¿Ayudará la posible ley a parar este tipo de masacres en EE.UU?
Javier Campos. Escritor chileno y académico de la Universidad de Fairfield, Connecticut, EE.UU
