“El llamado a la Concordia”: Chile y Perú.
Por Javier Campos
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La posición oficial de Perú ha sido aceptar el “Llamado a la Concordia” propuesto por el Nobel Mario Vargas Llosa y el Premio “Cervantes” Jorge Edwards. Que por supuesto apoya su presidente peruano, Ollanta Humala Tasso, que nada tiene de derecha si vamos por esas categorías de analizar las cosas en blanco o negro a ciertos intelectuales. O son de izquierda o son de derecha. Claro que si la propuesta hubiera sido de un reconocido intelectual de izquierda nadie de la izquierda más dura o dogmática habría dicho una palabra para oponerse, por el contrario.
El punto principal del escrito es éste: “Si el Perú y Chile comprenden la oportunidad histórica que tienen, de solucionar por la vía pacífica el diferendo marítimo, “contribuirán a cambiar la imagen de América Latina en el mundo actual”. No creo que haya existido antes una situación parecida entre dos escritores de países diferentes. Países que tienen problemas limítrofes por esto o lo otro. Por el contrario, hay aquí un rechazo a los nacionalismos que más que arreglar las cosas las empeoran. Este llamado implica no sólo la cordura que debe prevalecer entre países vecinos sino implica a su vez la derrota de un chovinismo del pasado con el cual, basado en asuntos económicos, militares, se produjeron guerras. Basta ver la historia de del siglo XIX, especialmente en América del Sur. Entre los firmantes del manifiesto están Javier Pérez de Cuellar, Isabel Allende (escritora) , Delfina Guzmán, Fernando de Szyszlo, Cristian Warnken, monseñor Luis Bambarén, Carla Cordua, Luis Llosa Urquidi o Humberto Giannini, entre otros.
La carta no es un manifiesto político, económico, neoliberal, ni literario, etc. Si esa hubiera sido la intención, la de Vargas Llosa y Edwards, sería pues un texto en que seguro ambos países no habrían estado de acuerdo para nada. Dos presidentes ideológicamente muy distintos. Esa es un triunfo de ese “llamado a la Concordia”. Buscarle la sexta pata al gato a la breve carta es ocioso.
Es cierto, hasta ahora ningún escritor e intelectual chileno conocido ha dicho nada. Han pasado varios días y nadie ha expresado ninguna opinión pública. Menos aquellos poetas que una vez leyeron poesía en Talcahuano, en el Huáscar. Pero, para mí, el silencio otorga. Así veo, por ejemplo el silencio de Raúl Zurita. Pero realmente no sé qué opina el poeta Zurita. No quiero suponer nada. Quizás diga algo más adelante pero hasta ahora ha mantenido silencio. Decía aquí un poeta (andr´s a jens) sobre el tema:“…quienes se abrazaban glamorosos sobre la cubierta del Húascar (esto es, en una de las huellas más evidentes del militarismo chileno del siglo XIX), recitando versículos y afilando espadas hace sólo algunos años, felizmente no están esta vez entre los susodichos “abajo firmantes”. Uy país, país, país...”.
Mi pregunta, ¿que no estén entre los firmantes, esos poetas chilenos y peruanos que leyeron poesía en aquel barquito llamado Huáscar, los hace renegadores de lo que hicieron? A lo mejor ellos responderán a ese llamado, pero no tengo idea que podrían decir. Por eso no hay que juzgarlos antes de escucharlos.
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Javier Campos.Escritor chileno. Traductor al castellano de la última poesía de Yevgeny Yevtushenko ( ya en cuatro ediciones en Cuba, Nicaragua, Colombia, Chile y España). Recientemente, julio 2012, terminó la traducción de un largo poema escrito por Yevtushenko cuando éste viajó por primera vez a América Latina en 1968.