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El choque de civilizaciones: 12 de octubre de 1492.
Por Javier Campos
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Ningún historiador de los más importantes ha dicho que Colón comenzó “la esclavitud sexual de niños y niñas indígenas en El Caribe”. Esto lo leí en redes sociales estos días. Y eso es un invento que no tiene sustento histórico. Existía la esclavitud entre los indígenas. En El Caribe los indios Caribes de las Antillas Menores invadían grupos Taínos y se llevaban a hombres y mujeres. A los hombres los hacían esclavos y a las mujeres las incorporaban a su etnia. Hay que agregar que los indios Caribes practicaban la antropofagia, comían carne humana. En estudios académicos se dice que los indios Caribes lo hacían en una ceremonia luego que capturaban taínos. Era una ceremonia ritual pero no habitual. También comían carne humana los Mechicas en México cuando tenían los sacrificios humanos (esto lo dicen reconocidos historiadores como los mexicanos José Luis Martínez Rodríguez y Juan Millares, este último en su libro Hernán Cortés, inventor de México, pp.189-191). No hay que olvidar que a Hernán Cortés le regalaron al llegar a Veracruz el 11 de abril de 1519, veinte mujeres jóvenes esclavas indígenas (para que le cocinaran tortillas dice el historiador José Luis Martínez Rodríguez en su libro Hernán Cortés, citado arriba, lo cual significa que existía la esclavitud entre ellos). De allí salió la famosa Malinche, quien tenía 19 años en 1519 (murió a los 29 años, en 1529), y luego sería la traductora de Cortés ante Moctezuma junto al franciscano Gerónimo de Aguilar. Lo más interesante y misterioso también es que cómo La Malinche pudo aprender español en seis meses pues el encuentro con Moctezuma fue en noviembre de 1519. Esto ningún historiador lo ha aclarado en mucha información que he leído.
Es cierto que en 100 años los Taínos de El Caribe desaparecen por 2 razones principales. Primero, las enfermedades nuevas como la viruela, la influenza, a partir del segundo viaje de Cristóbal Colon llegando el 9 de diciembre de 1493 con 17 barcos y 1.500 personas que venían a colonizar esas nuevas tierras. [1]. Y segundo, el trabajo duro que impusieron los conquistadores al que no estaban acostumbrados los indígenas. [2]
La llegada de europeos al Nuevo Mundo fue por pura casualidad porque el proyecto de Colon que fue aceptado por los Reyes Católicos y rechazado antes para la corona portuguesa, era ir en busca de las Molucas, hacia el Este pero por una ruta partiendo del Oeste para esquivar al imperio Turco que había obstaculizado el “camino de la seda” para llegar a China por el Este, lugar donde abundaban las especias, el oro, piedras preciosas (eso lo había leído Colón en Los viajes de Marco Polo, escrito por ese comerciante italiano en 1300 de sus viajes a la China entre 1271 y 1295 . Libro que había leído y subrayado muchas veces. Y así partió también con toda esa imaginación de aquellos lugares en busca de esas islas cerca de Cipango (Japón) y Cathay (China) que mencionaba Marco Polo. [3]
En la época de Colón apropiarse de tierras y gente a través de guerras de conquista era lo normal. Recién España, 1492, venia de terminar de expulsar a los moros que estuvieron 800 años en la Península. Muchos de los que pelearon en esa reconquista serán marineros que irán en el primer viaje de 1492 y los otros viajes restantes. Por tanto, no se puede juzgar aquellos siglos con la perspectiva de hoy. Eso lo dicen muchos historiadores serios. Es cierto que algunos misioneros, como el dominico Bartolomé de Las Casas o Antonio de Montesinos en La Española (hoy República Dominicana) entraron en contradicción con los encomenderos porque los reyes dieron el título de siervos de su majestad a los indios y dictaron leyes (las de Burgos en 1512) de protección, pero como no se cumplían por la distancia entonces algunos misioneros protestaban (caso del dominico Antón de Montesinos).
Otra cosa, los misioneros solamente defendieron a los indígenas y no a los negros esclavos. Las bulas papales de 1436 hasta 1481 señalaban que los negros eran salvajes por naturaleza por tanto no tenían alma. Eso dio vía libre a la corona portuguesa justificando la servidumbre forzada de los africanos negros y de traficar con esclavos negros muchos antes de llegar Colón a las Bahamas. En cambio, por las Leyes de Burgos de 1512, a instancia del Fray Antonio de Montesinos que estaba en La Española, al ver el mal trato a los indios, trabajo duro, poca comida y poco descanso, los Reyes Católicos dictaron esas leyes en 1512 (veinte años después de llegar Colón). Decían esas leyes que los indios eran súbditos de sus majestades, y que había que dar una protección humanizadora y reconocer su estatus civil en la dignidad, el trabajo y la libertad. Pero los encomenderos en el nuevo mundo, dada la distancia decían “se acata, pero no se cumple”. O era “letra muerta” en el mayor de los casos. Ahora quien recomendó en 1511, un año antes de Las Leyes de Burgos, a los reyes traer por primera vez esclavos negros, con aprobación total de los encomenderos, fue el sacerdote dominico Bartolomé de Las Casas. Y desde esa fecha de allí ya no se pudo parar el tráfico de esclavos. Por tanto, hay que repetirlo una y otra vez, que no se puede juzgar aquellos siglos con la perspectiva de hoy, lo dicen los principales historiadores que han estudiado todo ese periodo desde llegada de Colón y posteriores conquistadores. Fue un choque de civilizaciones distintas, aunque en El Caribe vivían casi en la edad de piedra, con cierta agricultura desarrollada, pero no tenían ninguna tecnología comparable a la de Europa.
En este otro 12 de octubre ya no vale estar enarbolando ni una leyenda negra ni una leyenda rosa sino estudiar bien la historia. Tampoco se dice por historiadores que los europeos eran unos enviados de Dios y venían a ayudar a gente que se encontraron y evangelizarlos en paz; ni que tampoco los indígenas de ese mundo desconocido para Europa era una región donde todos vivían en una completa armonía con la naturaleza y a punto de ser la utopía absoluta. No fue así sino un choque de culturas muy distintas. Visiones opuestas del uso de la tierra, la religión, el concepto de intercambio donde el oro para los indígenas era un metal de puro ornamento, y sagrado por otro lado en su conexión con el sol, Dios importante tanto en Mesoamérica como en la región de Los Andes. En cambio, para los europeos el oro era moneda de intercambio. Quien más poseía oro, más poderoso era en la Europa de antes del siglo del XV y siglos después. La ambición del oro por los europeos era evidente, era una obsesión pues Colón en la Carta del Descubrimiento lo menciona 6 veces (solo viendo unos pocos ornamentos que llevaban los tainos) cuando llega en 1492 y recorre las Bahamas y las dos Antillas Mayores.
Los europeos no podían ser diferentes a su época, tenían la convicción de que las tierras y la gente nueva a donde llegaba se tomaba por una “guerra justa”. Tampoco venían con una idea de genocidio, es decir venir exclusivamente a exterminar una raza. Todo el trabajo duro, los millones que murieron por enfermedades que eran desconocidas ocurrió porque tenía que ocurrir de acuerdo a la su época aun cuando las voces de ciertos misioneros denunciaron los abusos de encomenderos (de allí las Leyes de Burgos de 1512 mencionadas). Pero los encomenderos argumentaban que era una contradicción lo siguiente. Si la corona deseaba explotación de esas nuevas tierras riquezas, oro, plata, productos agrícolas luego, entonces no había otra manera que hacer trabajar duro a los indígenas y a los negros. La cuestión de los derechos humanos no era una cuestión importante en esa época del siglo XV, aun con las buenas intenciones de los Reyes Católicos.
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Notas
[1] Ver Cook, Noble David. “Sickness, Starvation and Dead in early Hispaniola”, Journal of Interdisciplinary History, xxxii:3 (Winter, 2002), pp. 349-386.
[2] Ver sobre la encomienda y desaparición de población indígena en Antillas Mayores: https://www.jstor.org/stable/25612071?seq=1
También, http://letras.mysite.com/jcam130520.html
[3] Aquí una charla sobre Colón de uno de los conocidos historiadores de mucho prestigio que es bueno escuchar y leer https://www.youtube.com/watch?v=a_UI4U0SBgo&feature=youtu.be
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Javier Campos. Escritor y académico chileno. Recientes libros publicados. El bailador de tango (novela, editorial Casasola, Washington, 2018). El tango en el Rio de La Plata (ensayo, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2019), La isla del fin del mundo (novela, Mago Editores, Santiago de Chile, 2020), Los gatos no viven en el tejado y otros poemas de amor (poesía, Mago Editores, Santiago de Chile, 2020). Es profesor en la Universidad Jesuita de Fairfield, Connecticut. EEUU.
