Siento mucha tristeza por la muerte de Mario Vargas Llosa este 13 de abril de 2025. La muerte de alguien que desde mi juventud universitaria de los 70 me acompañó desde entonces como un padre literario (junto a muchos más “padres o madres literarias”, incluidos artistas de otros géneros). Desde que era estudiante en la Universidad de Concepción en Chile, como miles de jóvenes de América Latina en los 60-70, comenzamos a leer al joven, entonces, Mario Vargas Llosa, sus novelas así como sus cuentos, ensayos, entrevistas, charlas, debates que me han acompañado siempre como si fuera un curso de tantos diversos tópicos de nunca acabar. Menciono su narrativa y ensayos: Los jefes, La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en la catedral, La guerra del fin del mundo, La fiesta del Chivo. Así como sus brillantes ensayos: Bases para una interpretación de Rubén Darío, García Márquez: historia de un deicidio, La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary, Entre Sartre y Camus, La verdad de las mentiras, Sables y utopías, entre otros.
O sea que en esos años nos leímos todo lo que publicaban los escritores del llamado “boom literario latinoamericano”.
También me atrajo siempre esa sabiduría suya y humildad literaria (que yo quisiera para mi) capaz de conectar elocuentemente, y siempre bien informado, sobre temas literarios y políticos. Su aparición en tantos debates que para mí fueron como brillantes clases para una mente aun joven en busca de una formación intelectual.
Entendí a través él, y de otras fuentes también, por qué Cuba y los regímenes totalitarios de izquierda (desde la ex URSS, pasando por los países comunista del Este europeo) nunca resolvieron la libertad de opinar distinto e insistiendo en la famosa frase de Fidel Castro (que copió del estalinismo sin duda) tal si fuera el nuevo profeta que dejó escrita en piedra sacada la oración de aquel discurso famoso y tan controvertido de “Palabras a los intelectuales" dicho en la Biblioteca “José Martí” , Cuba, 1961: “Con la revolución todo, contra la revolución ningún derecho”. Sentencia que aún esta activa en el gobierno cubano actual, en pleno cuarto del siglo XXI.
A Vargas Llosa lo comenzaron a atacar despiadadamente cuando él se dio cuenta, y denunció, que aquella revolución cubana eliminaba a los que pensaban distinto (desde “el caso Padilla”). Muchos escritores e intelectuales (de izquierda preferentemente) le dieron la espalda y lo llamaron de todo, desde ultraderechista, momio, fascista. Pero él podía desmoronar a cualquiera con ideas y sin insultos en algún panel, o en alguna entrevista. Y allí estaba firme y tranquilo debatiendo. Nunca en público ni el más recalcitrante izquierdista dogmático lo derribó del caballo.
Recién, 13 de abril de 2025, leo en la red social X algo que desconcierta. El escritor chileno Roberto Castillo (publicado en X) lamenta la muerte (ocurrida el 13 de abril de 2025) de “ese gran escritor” en un mensaje que comienza “Mi homenaje sincero a Mario Vargas Llosa”. Resulta que en un libro suyo (Muertes imaginarias, 2020) lo denigra al punto de compararlo a una momia. Aún más, lo considera implícitamente un escritor extremadamente de derecha porque así se ha usado el término “momia” o “momio” en Chile o en otros lugares para referirse a gente que es extremadamente conservadora (nota 1).
Cito textualmente:
Una pregunta del entrevistador sobre el libro Muertes imaginarias del escritor Castillo;
“Mataste a Mario Vargas Llosa.
—Sí, lo dejé como una especie de momia que ha seguido viviendo después de su muerte, que es como yo leo su literatura. En realidad, para mí se murió.”
El escritor puede pensar lo que desee sobre MVLL es su derecho, pero hay un cinismo y oportunismo muy claro en lo que ahora dice, 13 de abril de 2025, el mismísimo día de la muerte de MVLL, y lo que dijo en ese libro suyo (Muertes imaginarias) en 2020. Oportunismo y arrogancia aquí van de la mano. Distinto al escritor Vargas Llosa que nunca tuvo ninguna actitud oportunista ni menos cínica durante toda su vida respecto a la literatura y a la creación artística, ni menos ninguneo a otros escritores o escritoras.
Finalmente me interesa destacar que Vargas Llosa fue quizás uno de los escritores más destacados de América Latina quien reconocía el valor de la literatura de Roberto Bolaño a quien trató con mucha admiración y respeto.
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Javier Campos es chileno, narrador, poeta, ensayista, columnista, profesor emérito por la Universidad jesuita de Fairfield, Connecticut, EE. UU. Nació en Santiago, Chile. Vive en Spring Hill, Florida. Recientes libros publicados, entre otros: El bailador de tango (novela, Casasola editor, Washington, 2018), El tango en el Río de La Plata (ensayo, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2019), La isla del fin del mundo (novela, Mago editores, Chile, 2020), Los gatos no viven en el tejado y otros poemas de amor (poesía, Mago editores, Chile, 2020). Fue traductor de la poesía del poeta ruso Yevgeny Yevtushenko (ediciones de Nicaragua, Colombia, Chile, Perú, Cuba, Rusia, España). La revista Review: Literature and Arts of the Americas, 104, julio de 2022, Manhattan, New York, dedicó una sección a la poesía de Javier Campos en traducción al inglés (Irene Hodgson, Nick Hill y Jessica Treat traductores). Último libro publicado Las sombras del amor, poesía, Editorial Valparaíso, España, Granada, 2022. Ha obtenido varios premios en narrativa y poesía. Ha participado en muchos festivales internacionales de poesía en diferentes partes del mundo. Ha escrito varios ensayos y artículos sobre poesía chilena, poesía y globalización, poesía y la revolución digital. Fue columnista del diario El Mostrador, Chile, desde 2002 a 2015. Su libro El tango en el Río de La Plata ha sido traducido al italiano y sale en abril-mayo de 2025 en Italia. Un libro de cuentos inéditos saldrá en 2025 en Buenos Aires. Tiene una novela inédita.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Mario Vargas Llosa (1936-2025)
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