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Juan Carreño entrecruza crónicas y poemas en "neozona"
Libro vertiginoso recorre las entrañas de los barrios marginales
"neozona", Ediciones UDP, 2020, 152 págs.
Por Jazmín Lolas
Publicado en Las Últimas Noticias. Martes 24 de noviembre de 2020
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Si pudiera cumplir su sueño de robar un cajero automático y arrancar con los millones, Cabeza de Chancho disfrutaría el botín tomando pisco bajo los sauces, cerca de un río. Ya no se preocuparía de estudiar ni de trabajar, "ni de ser un cacho para mi familia", confiesa el personaje en uno de los relatos de neozona —así, con minúscula—, el nuevo libro de Juan Carreño.
Publicado por Ediciones Universidad Diego Portales, el volumen reúne textos que Carreño, nacido en 1986, ha escrito entre el 2003 y la actualidad. Se trata de crónicas y poemas ambientados en barrios de la periferia de Santiago, en el centro y en la cárcel, así como en otras capitales o pueblos de América Latina, y se basan tanto en sus propias experiencias como en las de cercanos o vecinos que "me cuentan sus cosas", explica el autor.
"En algunos casos he cambiado sus nombres para no exponerlos como hacen los noticieros", comenta Carreño, cuyo libro recrea —con espacio para la ironía y el erotismo— la vida diaria de su población en La Pintana, entre otros escenarios, al igual que la marginalidad delictiva, como ocurre con "El Rey del Oxicorte" —un asaltante de cajeros automáticos conocido por ese apodo— y con "La poderosa muerte de mi hermano Charly", la historia de un traficante.
"La primera noche, el Oficio
ya estaba pintando tu cara en el muro de la multicancha. Yo les compré ropa a todos mis sobrinitos para que se tapizaran y fueran a tu velorio. Estábamos todos: el Pollo, Los Rucios, el piño de la gente del Carro de la Carne, Los Paperos, Los Caraesable y Las Cocodrilas, todos llenos de pirotecnia, iluminaron tu despedida. Los fuegos artificiales terminaron por anunciarle al mundo que te estabas yendo al cielo", escribe Carreño, quien antes publicó los libros Compro fierro, Budnik y Paramar.
En neozona —título que "representa la configuración territorial que hay fuera del anillo de Vespucio" y que contrarresta los estereotipos sobre lo popular, según el autor—, Carreño revive episodios donde mezcla su oficio como escritor con su afición a viajar por el continente.
"Caminé hasta la zona donde salen los buses rumbo a Managua. Haré directo la ruta Ciudad de Guatemala-Managua. Son 24 horas de viaje y se atraviesa todo El Salvador y el achicamiento que conecta a Honduras con el Pacífico. Les he escrito a varios poetas nicaragüenses, pero pareciera que todos abandonaron las redes sociales en abril, durante las protestas contra el gobierno sandinista de Daniel Ortega, donde
murieron cerca de 300 personas", narra en un texto fechado en septiembre de 2018.
Varios relatos posteriores hablan, en tanto, del estallido social y la pandemia. "Cabros, esa güeá del coronavirus es puro chamullo, no hay que comprarle nada a la tele", afirma alguien en un grupo de WhatsApp de vecinos que es como cualquiera: los despistados preguntan qué sucede, otros ofrecen productos, varios se hastían y se van, y algunos alertan sobre la presencia de "pacos de civil". La conversación se ha iniciado con el anuncio de que un chofer de micro fue víctima de un disparo en La Pintana. "Hoy no tendremos micros para ir a la gran marcha del centro. Pedimos la solidaridad de todos los que tengan vehículos para llegar a la concentración".
Me avisan no más
Legumbres y Especias María, Botillería La Orquesta, Masti-Carlos, Natacha Refrigeración y Aires Acondicionados y Deriva Libros se cuentan entre los negocios a los queJuan Carreño agradece al final de "neozona". La lista incluye a todos los que colaboraron con testimonios, auspicios o apoyos de otro tipo. También considera a vecinos, una clínica veterinaria de Managua y a "todas las personas que me han comprado libros estos días de covid 19. Hago delivery en bici a cualquier parte de la zona central. Me avisan no más y la hacemos, ahí me las ingenio", escribe el autor.
