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ALFREDO JAAR en Chile: “Sin arte,
la vida sería invivible
Por Juan Carlos Ramírez F.
La Segunda, martes 27 de agosto de 2013
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Esta mañana, Alfredo Jaar dictó
una conferencia en el GAM sobre la
obra “Venezia, Venezia”, que representa
a Chile en la 55.a Bienal de Venecia.
En el encuentro, organizado por
el Consejo Nacional de la Cultura y
las Artes, se presentó el catálogo del
pabellón nacional, editado por Adriana
Valdés, donde se incluyen 18 ensayos
de intelectuales como Antonio
Negri o Jacques Rancière.
Todos, reflexionando sobre la
pieza de Jaar —el artista vivo más importante
en el panorama internacional—,
que es una piscina de metal
cuadrada de 5 metros por lado y 1metro
de alto. En ella, emerge una réplica
a escala (1:60) de Giardini, una de las
zonas de Venecia donde se desarrolla
la Bienal. Allí conviven 28 pabellones
permanentes de diversos países. Esta
ciudad —con sus árboles, monumentos
y parques en la obra de Jaar— se
sumerge y reaparece, una y otra vez.
“Pocas veces tenemos la fortuna
de contar con la presencia de artistas
de la talla y relevancia internacional
de Alfredo Jaar, un grande entre los
grandes”, expresó en el discurso de
presentación el ministro de Cultura,
Roberto Ampuero. También recordó
que Jaar fue el primer latinoamericano
en estar en la Bienal de Venecia en
1986 y, destacó, que esta obra “cuestiona
con agudeza y sensibilidad el orden
jerárquico de las artes aún plasmado
en Giardini”.
Lo primero que se aprecia en el
pabellón nacional, antes de la pieza de
Jaar, es una fotografía del artista ítaloargentino
Lucio Fontana en 1946, balanceándose
en los restos de su taller,
bombardeado en la II Guerra Mundial.
Un disparador para reflexionar
sobre los equilibrios de poder existente
entre el arte y las naciones en esa época y que se mantienen hasta hoy.
—¿Cree que esta idea geopolítica
de las artes está presente en el
discurso de las bienales?
—El mundo del arte en general
no es más que un espejo perfecto de la
realidad geopolítica del mundo actual.
Si los artistas e instituciones norteamericanas
y alemanas dominan la
escena mundial del arte contemporáneo
es porque eso sucede en la economía
mundial.
Y profundiza: “Si hubo un flujo
extraordinario de artistas chinos en
los últimos 10 años es porque la economía
china ha surgido de manera remarcable
y será muy pronto la economía
mas potente del planeta. El potencial
de la economía india ha provocado
el surgimiento de artistas indios
recientemente. Y si los artistas brasileños
dominan la escena latinoamericana,
y son prácticamente los únicos
presentes de nuestro continente en las
grandes muestras, es por la fuerza
económica de Brasil. Y podría seguir
con más ejemplos”.
Actualmente, Jaar esta sumergido
en varias obras. “Estoy preparando
un nuevo proyecto que se inaugura en
Dallas en octubre, donde estoy trabajando
con tres hospitales de la ciudad
y sus recién nacidos”.
En noviembre tiene una gran
muestra en la Fundación Merz en Torino, “donde me invitaron a dialogar
con la obra de Mario Merz, alguien a
quien admiro profundamente. La ciudad
también me ha invitado a crear
una obra pública permanente que se
inaugura al mismo tiempo”.
—En su obra invita al público a
analizar, cuestionar y salir transformado. ¿Podemos hablar de una
función social del arte en el mundo
contemporáneo?
—Nietzsche decía que sin música
la vida sería un error. Asimismo se
puede afirmar que sin arte o cultura la
vida sería invivible. El arte es como el
aire que respiramos. El arte y la cultura
nos ofrecen el último espacio de libertad
que queda en el mundo para soñar
y crear un mundo mejor. El artista
crea modelos de pensar el mundo.
—¿Vivir la experiencia de “Venezia,
Venezia” permite acceder a
territorios que los discursos o textos
no permiten?
—La experiencia del arte no tiene
igual. El arte es comunicación. La comunicación
requiere de un lenguaje.
El lenguaje requiere de un vocabulario.
El arte nos lleva a territorios desconocidos,
y se inventan cada día nuevos
lenguajes para describir estos
nuevos territorios. Es así que nacen
nuevos lenguajes. Y nuevas experiencias.
—¿Funciona esta ciudad sumergida
como una metáfora de
cierta tensión pero también esperanza
de nuestros países entrelazados
por una economía global?
—Estamos efectivamente entrelazados
por una economía global, pero
estamos también entrelazados por
estructuras de poder que no controlamos.
Y algunos están más “entrelazados”
que otros. “Venezia, Venezia” es
una obra que ofrece una tábula rasa
para soñar e inventar nuevas estructuras
posibles para pensar el mundo, y
pensar el arte. El arte no es sólo un reflejo
de la realidad, sino que también
un reflejo de ese reflejo, decía Jean-
Luc Godard.
—¿Cuáles son sus disparadores
a la hora de crear obras como “Venezia, Venezia”?
—Para mí, a la hora de crear una
obra, context is everything, el contexto
lo es todo. Y cada una de mis obras
responde a la realidad del contexto
que se me ofrece. Chinua Achebe,
uno de mis autores favoritos, quien
murió hace poco, decía que “el arte es
el esfuerzo que hacemos los hombres
para crear un orden de realidad diferente
al orden que hemos recibido”.
—Dentro de la poética de la
obra, ¿el agua constituye un agente
destructor o es más bien la vida
misma que, salvaje, violenta, bella,
arremete una y otra vez la estructura
de una ciudad construida por el
hombre?
—Esta pregunta es muy bella. La
dejaremos sin respuesta para gozarla
en silencio.