El poema - crónica me despierta un gran interés y cruza de manera transversal la creación literaria.
El poema situado, nos entrega antecedentes, del poeta, del lugar donde vive, lo que sueña, y su condición política, social y económica. Es registro que puede nutrirse de historias pasadas, antecedentes históricos, contingencias, cuerpo.
Es interesante que hasta una onomatopeya sirve a esta idea de poema y puede convivir con imágenes recientes insufladas por la televisión, el cómics, el cine y +
El poema registro que deja detenido el tiempo como en una foto, un sentimiento en común y la mirada aguda poetizada a partir de las fisuras y contradicciones.
Desclasificar poesía y cronicar, revitalizar el lenguaje con antecedentes recientes, que den cuenta, denuncien o provoquen la reflexión y dejen registro de tal o cual singularidad, además de la síntesis del artefacto.
Un flash, una instantánea de Chile, de Coquimbo, de la región, o del lugar donde se encuentre el poeta en el momento del registro.
Un poema crónica por su síntesis logra cautivar y sorprender al lector y entrega una postal cruda y naturalista.
Puede ser lúdico, bucólico según el contexto del poeta o remitirse a una imagen o instalación que sirva de soporte poético y cronicar sobre su historia, contingencia o hacerlo parte de una construcción mayor dentro del plano de la filosofía poética, trabajo para el doctor Esteban Zamora.
De alguna manera el graffiti es una instantánea en un lugar determinado, un registro o una marca según el autor y Kronopia seria la palabra que acompaña la imagen o el mensaje.
Los soportes del poema crónica son diversos e inagotables.
Lejos del panfleto o poema político, Kronopia es político en esencia, sin anacronismos pos utopía, se manifiesta para no dejar títere con cabeza y duda del poeta de escritorio, ya que para cronicar y poetizar es primordial ver y conocer la calle, esos materiales son el sazón.
Kronopia: crónica poema, performance, instalación, imagen, libro, pasquín, diario video, mural, graffiti, meme, cine, tuiter, fotografía.
Un estado, una obra de teatro que no necesita de composición dramática para existir, (Alvaro Hoppe, Hector Gonzalez de Cunco, Pablo Jose Herrera Osorio, Francisco Papas fritas, Victor Munita Fritis) una sentencia poética filosófica sin retórica y no me extraña que los mejores redactores creativos de mi país sean poetas, (Valenzuela, Maqueira, Diaz, Memet) la publicidad esta llena de Kronopia o su noviazgo con la performance (Neira, Banda, Lemebel, Aguilar) o con el cine, (Juan Carreño) o con la danza (Sandra Acevedo)
Los poetas Ramírez, Kastillo, Gatica, Collao. Etcheverri, Ruiz, Cottet, David Santos Diablos, Femo, Montealegre, Apsalón Opaso, Berenguer, Milanka, Redoléz, Pachas, Palomo, German Carrasco, Natalia Nanjari, Juan Pablo del Río, Cecilia Palma, Horacio Eloy, Elgueta, Benito Cortez, Volmer, Añiñir, Angel Geregorio Moreno. Y en especial mis coterráneo Samuel Núñez y Paulo San Paris que sin ser efectistas como Bertoni logran cronicar de manera brillante en sus poemas y dejar un registro certero.
Kronopia vive en constante emergencia, y surge como necesidad y como lo dije anteriormente sus soportes son variados e inagotables y puede ser solo una idea, una onomatopeya y dejar registro en la oralidad, en la calle, sus muros, en las redes sociales o manifestarse espontáneamente y ser coherente ya que su hechor es un poeta y conoce todas las posibilidades del lenguaje.
Ahora si Kronopia se manifiesta en un niño, su intuición e imaginación desbordaran cualquier canon o tesis establecida.
En la oralidad Kronopia es parte de las crónicas de los pueblos originarios (Humires, Leilaf) de la calle y de la imaginación del “otro” (Zaratoga) y en la grandilocuencia de Zurita y Cecilia Vicuña en sus descabelladas intervenciones poéticas, lo mismo Julio Carrasco en Casa Grande.
Algunos artefactos de Parra logran cronicar otros no, lo mismo con el reciente trabajo de Pohlhammer.
Escribo y por mis costados deambulan maestros que están arreglando la casa aledaña todo esto en un cerro, en La Herradura, en Chile.
Escucho a Leonardo Favio que canta “que otra vez será” y los maestros de vez en cuando miran…ven un computador, un frasco lleno de hojas de yerba, una pipa, libros sobre la mesa y cachureos. Por la ventana las gaviotas pasan por su merienda al vertedero.
Instalo mi pasaporte parado y apoyado en una botella de endulzante, primer plano o plano general al pasaporte, la música es en español.
La casa esta iluminada desde las 6:30 Am y el olor del pan tostado se mezclo con el de la yerba, el café y siguen las miradas…
A veces Kronopia es inmaterial y solo depende de la imaginación del poeta para atar cabos, luego se verá si ocupa algún soporte o solo queda como un registro del imaginario.
Para que exista la Kronopia tenemos que estar atentos y desarrollar al máximo nuestras posibilidades imaginativas y poéticas, que junto a la concentración pueden transformar un objeto, una imagen, una idea, un paisaje, un acontecer y darnos otra lectura, mucho más lúdica , cruda, naturalista.
Kronopia tiende anular al autor, lo desclasifica hasta su muerte, obviándolo, tachándolo, suprimiéndolo (Juan Luis Martínez) o transformándolo en un objeto de su propio culto (Parra, Zurita) o ser varios autores y no a la vez, sino que cada uno es un Kronopia en sí mismo ( Gueisse) y esto es mucho más significativo y tiene un valor literario real.
Kronopia en lo social tiene un solo objetivo, un mensaje que cruza ideologías, religiones e individuos.
Existe in situ por reacción, por hastío, por consecuencia.
Jóvenes estudiantes del ex pedagógico de Santiago, jóvenes de poblaciones y provincia, autodenominados los “Flaites Ilustrados” y creadores del club deportivo y social “Real Hachis” son hoy “Gobierno”
Felicitamos a Mauricio González (Ro Mauro), flamante director erecto y a Claudio Barria (Jhon Mongol) secretaria académica.
(Kronopia de un flaite ilustrado)
Javier del Cerro.
Coquimbo 2015.
