Bello poema, interesante novela de comienzo a fin, hermosas aves cantando la historia, los paisajes cuentan la historia, un recorrido por el pasado, siempre el pasado, nada “a lo pasado, pisado”, cómo vamos a olvidar la infancia, las retoñas hojas de la juventud, somos más el pasado que el presente, cargamos ese pasado como un tesoro gris o luminoso que a veces queremos desbarrancar, por instantes lo logramos, pero a la mañana siguiente se nos aparece como un guardián fantasma, como un niño que nos pide que nunca lo olvidemos; también está el presente en la obra, la naturaleza viva del pasado y del presente, con sus peligros al exterminio de la biodiversidad, la naturaleza en conexión con el poeta que la ama, quien cual centeno la visita cada amanecer con sus perros que también aman las aguas, el deslumbramiento de la aurora, y los pájaros que viajan tintineando al hombre que no está solo, a las estrellas que van extinguiéndose y que piden que los de abajo, esos hombres engreídos por la nada, puedan contemplar sus maravillas incomparables.
El vislumbre de la profunda conexión del autor con el mágico entorno es una fotografía del alma, una descripción del torrente que retrata su vida y la vida de la naturaleza. La naturaleza, mi esposa, la mujer que sueño y que me despierta, a ese fabuloso estado ha llegado Javier del Cerro con “La aldea de los Pensamientos”.
Aquí hay buena locura, porque los libros sin una porción de locura literaria no son libros, son meros artefactos, Donoso me decía: no podemos escribir de la manera con que escriben los oficinistas. Tenemos que hurgar en imposible, así nos llenemos de rugosidades en la retina.
En este texto el autor se metió en un dulce problema, pues las novelas y los poemarios son primeramente un gran problema que después vamos aclarando; enfrentamos los enredos en un proceso que lleva meses, años y a veces décadas, y aquí trasunta ese dilema inicial enbuenahora.
Advertimos de entrada una buena prosa, fluida, audaz, escrita de espalda a las academias, como debe ser, aquí no hay cálculo ni perfomance, hay palabras, ideas, pensamientos, una aldea, existe y quiero anunciarlo con letras de oro: un proyecto literario.
Este libro tiene esta virtud, y ya sabemos que un buen escritor siempre anda husmeando y creando un cosmos, un cosmos alucinante poblado de criaturas asombrosas, y Javier del Cerro gira en torno a ello, se va y regresa a ese mundo, y tengo la convicción que las aldeas imaginarias, por tanto reales, el sonido del mar, el vuelo incesante de las aves, la lluvia, el viento matutino, y los personajes continuarán visitando la vital cartografía del poeta que sale a recibir los nacientes rayos cada día, cada año, y así lo será siempre, porque Javier del Cerro está comprometido sentimentalmente con las palabras que brotan los paisajes, con el sonido de las aguas y con el célebre canto de las aves.
Naturaleza, yo te amo.
El poeta Javier del Cerro junto a Reinaldo Marchant durante la presentación del libro
SECH, 5 de noviembre 2024
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com NATURALEZA, TE AMO.
Presentación de “La aldea de los Pensamientos”, de Javier del Cerro.
Por Reinaldo Edmundo Marchant.