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La que fue casa de los Donoso en Calaceite
En el Calaceite de Donoso
Sergio Vila Sanjúan
Publicado en La Vanguardia, España. 24 de Septiembre de 2014
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Antes de quitarse la vida en Santiago de Chile, Pilar Donoso comentó con varias personas que Calaceite era el único lugar donde se había sentido realmente feliz. Yo no había estado nunca en la capital cultural del Matarranya, y la visita que hicimos con Antón Castro y Xavi Ayén, con motivo de la presentación del libro Aquellos años del boom en el centro Noesis, tuvo un fuerte componente emotivo.
Cuando yo asistía en los años setenta a las sesiones del Taller Literario de José Donoso en Sitges, el autor de El lugar sin límites ya había dejado atrás su periodo calaceitano, pero aún conservaba la casa de la calle Rufa. Junto con Ayén, Castro y antiguos amigos de la familia, como las hermanas De la Torre, fuimos a ver ese edificio, hoy en venta, donde el gran novelista, su mujer y su hija adoptiva pasaron el periodo que Pilar recordó en su duro libro-testimonio Correr el tupido velo. No eran las únicas presencias del pasado que pude evocar: muy cerca se encuentra la casa donde habitó la periodista Elsa Arana, confidente de los grandes del boom, y la del escritor y agitador Mauricio Wacquez, a quien traté en los ochenta, y que murió allí de sida junto a su pareja, el poeta Francesc García Cardona. Una historia trágica que enlaza con la de los Donoso.
Calaceite, con su casco antiguo repleto de edificios nobles, es uno de los pueblos bellos de España, y alberga una densidad intelectual notable. La viuda de Ángel Crespo, Pilar Gómez Bedate, nos hizo el tour de la casa donde Crespo escribía, en diferentes pisos y mesas, sus poemas, sus traducciones y sus ensayos. En la copa servida en la librería Arts&Mes tras la presentación encontré a Ignacio Micolau, bibliotecario de Alcañiz y erudito en cuestiones bajoaragoneses. El propio Castro, sabio también de lo aragonés y de muchas otras cosas, ha dedicado sustanciosos textos a la historia calaceitana en su blog. Entre las grandes extensiones de olivos que envuelven la localidad, visité el molino de Mas de Flandi y probé sobre el pan sus aceites de empeltre y arbequina. También visité la premiada librería de la cercana Valderrobles, y compré a su titular Octavi Serret la Crònica de viatge por el Matarranya que acaba de publicar Joaquim Montclús.
Cultura, belleza, paisaje y tragedia: ciertamente Calaceite magnetiza.
