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Publican
los diarios de juventud del prolífico escritor chileno
Libro
revela intimidades del adolescente Juan Emar
Por
Jazmín Lolas
Las Últimas Noticias,
viernes 26 de Enero de 2007
Antes de adoptar
el seudónimo de Juan Emar, su identidad literaria, Álvaro
Yánez Bianchi vivió lo que todo joven tiene que vivir: confusiones
existenciales, desengaños amorosos y cuestionamientos vocacionales.
Pero el autor de “Ayer” y “Umbral” plasmó experiencias y
sentimientos en una serie de cuadernos, y lo hizo con el ingenio y la sensibilidad
propios de un artista de su talla.
Parte de esos escritos, inéditos
hasta ahora, pueden conocerse leyendo “M(i) v(ida)”, libro que acaba de publicar
Lom Ediciones y que -presentado en la portada como una obra de Álvaro Yánez
Bianchi- reúne el contenido de los diarios que el escritor elaboró
entre 1911 y 1917, es decir, entre sus 18 y 24 años de vida.
Los
textos fueron extraídos de ocho de los 79 cuadernos que la Fundación
Juan Emar donó al Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional. Luego
de largas horas de lectura, discusiones y edición, proceso del que se encargaron
Thomas Harris, Daniela Schütte y Pablo Zegers, quedaron ordenados en seis
capítulos: “(Diario de Torcuato)”, “Diario. Año de 1913”, “M(i)
v(ida)”, “Diario de un solitario”, “Ideas” y “Obs. Manp.”.
Así como
relata sin represión alguna sus sufrimientos y frustraciones amorosas,
y cuán dado era a que le gustaran una y otra mujer a la vez, Alvaro Yáñez
anuncia algunas de las obsesiones que desarrollaría en su obra futura y
reflexiona sobre temas tan diversos y complejos como la literatura, el arte, el
amor y, por cierto, Chile como nación y su propia personalidad.
“He
sido mártir, desde mi más tierna niñez, por vivir intensamente,
en otros mundos, forjados por mi imaginación, he sido mártir de
alcanzar esos sueños que nunca traté de llevarlos a la realidad
sino que siempre los hice nacer, los desarrollé, y les di fin en el silencio
más completo”, escribe en un pasaje, como explicando ante el potencial
lector el origen de los peculiares personajes y ambientes que crearía más
tarde en sus novelas y cuentos.
Daniela Schütte afirma que la publicación
de estos diarios tiene un valor primordial. “Por una parte se conoce un periodo
de su biografía de su propia mano y, por otra, se encuentran rasgos de
su obra posterior, entre ellos el juego y la estructura que les daba a sus textos.
Al leerlos, uno
concluye que no es tan descabellado que este señor después haya
escrito lo que escribió”, afirma.
-De todos
modos es sorprendente la amplitud de temas y la profundidad con que, considerando
su edad, desarrolla algunos de ellos.
-La suya era una cabeza sorprendente.
Era capaz de pensar en mil cosas al mismo tiempo. En los originales pasa de un
tema a otro, escribe sobre dos al mismo tiempo, y lo hace con una tremenda coherencia.
Aunque
el Archivo del Escritor pretende seguir publicando el material disponible en el
resto de los cuadernos, no todo lo que en esos volúmenes se encuentra merece
darse a conocer, según Pedro Pablo Zegers.
“Hay escritos que son
muy complejos y haría falta un staff de criptógrafos para desempolvar
el misterio de tantos símbolos que hay en ellos”, afirma.
Los
celos y la moda
Los celos
y la infidelidad preocupaban a Álvaro Yañez a los 24 años,
tanto como para dedicarles páginas enteras de reflexión.
"El
sentimient de los celos no debiera existir. Debiera ser un sinsentido, un algo
inexplicable. Sin embargo, dicho sentimiento lo encuentro natural y hasta útil",
afirma sobre el primer tópico.
En
tanto, acerca de la traición amorosa escribe que para dos que " se
aman unidos por una pura espiritualidad debiera ser en absoluto indiferente".
El
autor también tienen algo que decir sobre la moda, tema en el que manifiesta
su convicción de que "siempre, menos actualmente, los hombres han
tenido más arte para vestirse que las mujeres".