Su apellido evoca a la oligárquica familia chilena propietaria de "El Mercurio". Pero este Edwards es sólo un diplomático y escritor.
Como diplomático de carrera, y desde el puesto de ministro consejero de la Embajada chilena en París, ha vivido desde dentro el estrangulamiento económico de su país. Edwards, con Pablo Neruda, es un testigo del bloqueo que los EE. UU. establecieron a Chile mediante el embargo del cobre y a través del instrumento del Club de Acreedores de Chile en Paris. Este es el contenido de las presentes declaraciones.
Como escritor, Jorge Edwards (Santiago, 1931) no ha gozado de la fama de, en general, los sudamericanos. Sin embargo, lo hubiera merecido. De su obra podrían destacarse dos libros publicados en España (Seix Barral): "El peso de la noche" y la colección de relatos "Las máscaras", de los cuales yo señalaría El orden de las familias como más representativo de sus preocupaciones. En estos libros se advierten los gérmenes de una crisis social, la destrucción interna de un grupo social de la burguesía chilena. Una de las protagonistas de "El peso de la noche" es una vieja que se está muriendo (el pasado chileno), otro es un hombre que se alcoholiza y así se destruye, y otro, por fin, es un adolescente que está en un momento de crisis de conciencia religiosa que no sabe a dónde le conducirá. Edwards participa, con José Donoso, de la obsesión por la decrepitud, la descomposición, muy significativa con respecto a la historia reciente de Chile. No partidario de entender la literatura como una respuesta inmediata a los problemas de la sociedad, aunque bien certeramente realista desde sus conflictos personales, es indudable que se verá "elegido" por los temas que han vivido él y su país en estos tres años de Unidad Popular.
Por lo pronto, el golpe militar le ha resuelto un dilema que si antes le resultaba difícil ahora sería imposible de soportar, el dilema de diplomacia o escritura. Diplomacia es obligación de callar y escribir es obligación de denunciar.
Era 18 de septiembre cuando me hizo las siguientes declaraciones. El día de la Fiesta Nacional chilena.
Hay un sector de la prensa bastante grande, por ejemplo, en Francia, que dice: "Aquí no se ve la mano externa, tan típica en estos casos, de Norteamérica. No se puedo probar aquí una intervención norteamericana". Lo dice, por ejemplo, "L'Express", y en general la prensa centrista europea. Pero, mi experiencia en Paris como ministro consejero de la Embajada, como colaborador de Neruda, mi amigo y colega literario, y como encargado de negocios a causa de la enfermedad de Neruda, es muy interesante y significativa en este aspecto. Porque en París se concentraron dos cosas: la renegociación de la deuda externa de Chile y el proceso al cobre entablado por las grandes compañías nacionalizadas. En ambos casos se reflejó una presión hipócrita, digamos, una presión diferente a la que sufrió Cuba, por ejemplo.
El duelo con las multinacionales
Cuando se comenzó la renegociación de la deuda externa chilena, a fines del año 71, comenzó a manifestarse de una forma muy clara la reacción norteamericana. Porque los americanos usaron en varios terrenos su argumento contra Chile diciendo que las compañías del cobre habían sido confiscadas y no nacionalizadas, de acuerdo con el derecho internacional, que se había hecho la expropiación sin pago de compensación. Pero nosotros en Chile seguimos todo un proceso constitucional en este punto, seguimos un procedimiento que obtuvo la unanimidad en el Congreso y que contó incluso con los votos de la extrema derecha. Dentro de este procedimiento, nosotros establecimos que se iba a pagar la indemnización correspondiente al valor declarado de las instalaciones de las compañías. Pero nosotros teníamos que deducir ciertas utilidades excesivas de estas compañías. Voy a darte dos o tres datos interesantes. La compañía Kennecott, que fue una de las afectadas por la nacionalización y una de las que actuó de forma más agresiva contra Chile en todos los mercados internacionales y en los Tribunales internacionales, había llegado a tener beneficios de promedio anuales del 50 por 100 del valor invertido. En un caso había llegado al 100 por 100 en un año. Y te daré un ejemplo de cómo en el pasado había actuado el Gobierno Frei en lo que se llamó chilenización de estas compañías. El Gobierno Frei había tenido que comprar a la Kennecott el 51 por 100 de las acciones de mineral de cobre de "El Teniente". El valor declarado para el total de la mina por Kennecott fue inferior a lo que pago el Gobierno de Frei por la mitad de la mina. Ahí se puede uno dar una idea de lo que estas compañías dejaban de pagar en impuestos y de las inmensas utilidades que obtenían, y de la forma como los había tratado el Gobierno chileno.
Además, el Gobierno de Frei se hizo cargo de una cantidad de deudas de la compañía, correspondientes a un plan de expansión reciente y financiado con créditos externos. Ese crédito siguió siendo pagado por el Gobierno de Allende. De manera que nuestra posición jurídica en la nacionalización era muy sólida, con antecedentes muy fuertes.
La primara batalla
Pero, ¿qué es lo que hizo Estados Unidos? Estados Unidos alegó que no reconocía la totalidad de sus deudas, porque había un tipo de deuda, según los americanos, que Chile no aceptaba, y que era precisamente la que se derivaba de la nacionalización. Con este argumento, Estados Unidos bloqueó a Chile tanto en los organismos internacionales de crédito como en las discusiones de la deuda externa; bloqueó los créditos externos a Chile, diciendo que no se podía dar créditos a un país que no reconocía sus deudas.
Esto yo lo vi en la primera reunión en que Chile quiso renegociar su deuda externa. Chile, tú sabes, heredó una deuda externa monstruosa, que se acercaba a los cinco mil millones de dólares. La heredó de los Gobiernos anteriores, y que colocaba a Chile en el segundo lugar del mundo si se considera el endeudamiento por cabeza de habitante. Creo que el primer país es Israel, que tiene un tipo de endeudamiento muy particular. Nosotros, para hacer un programa político, un programa social, teníamos que renegociar toda esta masa de deuda. Yo asistí en París a la primera reunión como miembro de la delegación chilena. En esta reunión participaban todos los acreedores occidentales de Chile. Se llamaba el Club de Paris. Yo asistí, junto a Neruda y la delegación del Banco Central de Chile, a la primera sesión de renegociación de la deuda externa. Se abrió con un discurso formal del delegado francés, que preside el Club, con petición de palabra del delegado norteamericano. Este tuvo una intervención muy brutal y muy clara, diciendo que había que considerar el caso de ciertas deudas que Chile no reconocía: citó entonces el caso de las nacionalizaciones y afirmó que ellos no podrían llegar nunca a un acuerdo si previamente no se aceptaban estas deudas. Es decir, la presión norteamericana a través de este elemento de la nacionalización del cobre se manifestó no sólo en los procesos del cobre, sino en todo el conjunto del problema de créditos de Chile. Eso sucedía en un momento en que el precio del cobre estaba excepcionalmente bajo, y mi impresión es que había una maniobra norteamericana en el mercado para bajar los precios. Eso parecía bien claro.
Esto te muestra cómo la acción de esas compañías multinacionales que el Gobierno americano trata de desvincular de la acción del Gobierno y mostrarlas como una cosa independiente no lo es en realidad. Porque el delegado que exigía que Chile reconociera su supuesta deuda a la Kennecott y a la Anaconda era el representante del Tesoro norteamericano, representante del Gobierno. En eso no puede caber ninguna duda. Es decir, hubo una acción de las compañías multinacionales, y esto está comprobado por los papeles de la ITT, que es una acción coordinada del Gobierno norteamericano. Es decir, el gobierno norteamericano hizo todo lo posible por estrangular a la economía chilena. Esto se puede olvidar en el caso de Chile, porque el Gobierno norteamericano tuvo la oportunidad de actuar con una aparente limpieza, no mostrar, digamos, su mano en el golpe. Por lo demás, he visto que Fidel Castro lo señala en su declaración.
El embargo del cobre
Pero el otro aspecto que me tocó a mí vivir en Paris fue el embargo del cobre obtenido por la Kennecott. Esta firma estudió muy cuidadosamente el terreno en los diferentes países donde Chile vendía, donde vende cobre. Estudió muy bien el terreno jurídico y llegó a la conclusión de que Francia, debido a sus asuntos jurídicos pendientes con Argelia y con otras ex colonias, tenía una jurisprudencia muy conservadora en lo que se refiere a nacionalizaciones. Entonces escogió precisamente un Tribunal francés para obtener el embargo del cobre chileno. El cobre chileno que se exporta a Francia no influye demasiado en la venta general chilena. Son más o menos cuarenta mil toneladas anuales. Son importantes, pero no son decisivas. Pero lo que obtuvo la Kennecott fue más que eso:
porque en el momento en que se anunció que había un embargo en Francia para el cobre chileno se produjo una especie de pánico en todos los compradores de cobre chileno. Tuvieron miedo de quedarse sin abastecimiento, tuvieron miedo de tener problemas con las compañías chilenas y que éstas buscaran los mercados socialistas... Todo el efecto de dislocación del mercado chileno del cobre fue
muy profundo. Y fue un efecto psicológico importante.
El embargo se produjo de esta manera. Se presenta la Kennecott al Tribunal francés y alega la propiedad de las minas de cobre y la propiedad, por tanto, de ese mineral que estaba en camino hacia Francia y que había sido sacado de la tierra un año después de la nacionalización. Alega que la nacionalización hecha por Chile no tiene valor jurídico, porque no había sido seguida de una compensación. Al no tener valor jurídico, el mineral —dicen— sigue siendo de propiedad norteamericana. Así obtiene un embargo provisional del Tribunal francés, con esa jurisprudencia conservadora a que he aludido. Entonces se notifica a la compañía compradora quo no puede pagarle a Chile, y la compañía compradora en vez de pagar a Chile retiene el pago. De manera que con el cobre se utilizó un sistema muy bien ideado. Una forma inaparente de luchar contra Chile.
El embargo fue obtenido también en Alemania, temporalmente en Italia y Suecia. Nuestra defensa jurídica fue muy eficaz y terminaron levantándose los embargos. Sin embargo, en todo este periodo hubo un problema serio con las exportaciones.
El bloqueo de los créditos
Más importante que este proceso del cobre fue la acción de los americanos al utilizar aquel argumento en el problema del crédito. Ahí si que tuvo un efecto grave. Con el problema de la deuda externa, los americanos fueron muy hábiles, a mi modo de ver, para crearnos dificultades. El primer año se reunieron todos los acreedores de Chile y llegaron a un acuerdo de tipo general. Una vez conseguido éste, se pasa a acuerdos bilaterales con cada acreedor. Esto se hizo con todos los países para la deuda del año 72, excepto con Estados Unidos. Pero al darse cuenta los Estados Unidos que lo que sucedía era que Chile reanudaba su comercio con el resto de los países, en el año 73 empleó una táctica dilatoria, de tal modo que al impedir el acuerdo general de todo el Club nos impidió pasar a la etapa de las discusiones bilaterales con los acreedores europeos.
¿Qué significó esto en la práctica? Que sufrimos una paralización total de créditos en todo el mundo occidental durante todo el año 73, que nosotros teníamos que comprar al contado las cosas de las que teníamos necesidad urgente, como el trigo o la carne. Esto tuvo un efecto sobre las finanzas terrible. Chile tiene una agricultura deficitaria históricamente y hay que importar materias básicas. Por otra parte, la industria es dependiente de materias y productos que es preciso importar.
Naturalmente, estas dificultades económicas, tan graves, tenían que tener una repercusión en el interior del país a nivel político, en el ama de casa de la clase media. El estrangulamiento económico iba a afectar a todos los niveles.
Elecciones y crisis económica
Para estudiar las consecuencias de las dificultades económicas sobre los comportamientos electorales hay que seguir todo el proceso. En la época de las elecciones presidenciales, Allende consiguió el 36 por 100. Y quedó fuera de este 36 un sector importante de la clase media, católica sobre todo, que tiene un miedo instintivo a la extrema izquierda, pero que deseaba cambios profundos, porque no le gusta el sistema y le había decepcionado Frei al no cumplir los cambios que había prometido. Este grupo se aglutina en torno a Radomiro Tomic y vota a Tomic, pero cuando ve que Allende está dispuesto a cumplir su programa social y a respetar la legalidad chilena, un sector grande se transfiere a Allende. Así se explica el 49 por 100 de la elección municipal de abril de 1971, cinco meses después de llegar Allende al Gobierno. Son las dificultades económicas que se harán sentir después las que harán bajar este 49 por 100 a 44. De todas formas, esta cifra fue un gran resultado, un triunfo para la coalición de Allende. Y demuestra que en Chile se sabía quién era el responsable de esas dificultades. Mira, hay un dato muy claro. Ahora he sabido yo, por una llamada telefónica, que dos horas, sólo dos horas después del golpe militar, los almacenes y las tiendas del barrio elegante de Santiago estaban llenas de abastecimientos. Se quejaban de que en Chile no había ampolletas, decimos nosotros a las bombillas, y a las dos horas salieron las ampolletas, y estaban los almacenes llenos de ellas. Opera la derecha interna y operan los Estados Unidos a través del crédito.
Todo esto impidió al Gobierno algo que para el triunfo de Unidad Popular, a mi entender, era muy importante: conseguir el apoyo de las clases medias. Con este estrangulamiento económico, los Estados Unidos impidieron cumplir esa estrategia política interna.
Yo creo que frente al problema financiero externo pudo seguirse una política distinta. Yo me pregunté a veces si no hubiera valido la pena, dada esta situación, y a pesar de las escandalosas utilidades de las compañías, haber llegado a ofrecer un pago que hubiera podido financiarse con un crédito a muy largo plazo... Yo recuerdo a este respecto el memorándum que Fidel Castro envió a Allende, y en el que aconsejaba una cierta cautela antes de salir del área del dólar.
Alienarse la clase media
Unidad Popular habría necesitado, a mi entender, ampliar la base. Y en este sentido hubo algunas posibilidades políticas y creo que también algunas fallas. Porque Allende llegó al poder con una minoría en el Parlamento. Esto había ocurrido muchas veces en el pasado. Esto no era nuevo en Chile. Al revés, casi habitual. Ocurrió con Ibáñez, con Alessandri, en tiempos de González Videla... El sistema moderno chileno daba una fórmula de este tipo. Ahora bien, se daba, dentro de la oposición y en toda la lucha política, una especie de consenso fundamental con el sistema.
Allende, para hacer reformas revolucionarlas, tenía que pasar a una situación de mayoría. En el fondo, la tesis de la izquierda de la Asamblea del Pueblo reflejaba esto. Una mayoría que le diera al Presidente el poder político, al menos, para poder aplicar sus medidas. De lo contrario, se iba a producir un bloqueo que impediría a Allende atraerse a la mayoría del país hacia su programa.
Había en Unidad Popular dos instrumentos para ampliar la base hacia la clase media. La expansión de la base hacia la izquierda cristiana hubiera sido misión del MAPU (escisión de la Democracia Cristiana), pero el proceso de radicalización de este grupo, y la sustitución de los hombres que poseían bases electorales dentro del partido, hizo que quedara un vacío entre Unidad Popular y la Democracia Cristiana. Por otra parte, el Partido Radical era un partido de la clase media, pero éste, a lo largo de los tres años, se pulverizó, saltó en mil partes. Era un partido viejo, muy contradictorio, que había tenido demasiados compromisos con el poder en distintos Gobiernos y fue relegado, dentro de Unidad Popular, a un papel de segundón.
Para mí, el gran dilema era ganar o no a la clase media. Porque alejar a la clase media ere preparar una base despolitizada, una base para el fascismo. El Ejército es muy representativo de las clases medias chilenas y muy sensible al alejamiento de éstas del Gobierno.
Habría cabido la otra alternativa, la que defendía el MIR y una parte del Partido Socialista, pero, a mi entender, esto era precipitar el golpe militar. Esto era el dilema de Allende. Además, Allende pensaba que su argumentación moral era la legalidad y que colocaba a los otros en la alternativa de romperla. Por otra parte, Allende esperaba que esto le resultara difícil a "los otros", ya que esperaba que se mantuviera junto a él una parte del Ejército.
El precedente Balmaceda
Hay un antecedente histórico muy importante que Allende tenía
muy presente, que es lo de Balmaceda. Balmaceda era un liberal muy avanzado para su tiempo, que le tocó gobernar en la época del auge del salitre en un momento en que el imperialismo inglés empezaba a interesarse por el salitre y que quería sacar del país toda la riqueza del salitre. Balmaceda intentó mantenerlo en manos nacionales. No se hacía muchas ilusiones sobre el control total, pero, por ejemplo, trató de nacionalizar los ferrocarriles, porque los ingleses monopolizaban con los ferrocarriles el salitre, porque el problema básico era trasladarlo del interior a los puertos. Los ingleses eran dueños de los ferrocarriles. Y Balmaceda fue derribado en un momento en que la Marina, históricamente influenciada por Inglaterra, se unió con el Parlamento, donde estaba representada la oligarquía chilena, una burguesía que había perdido su rol como burguesía nacional, que estaba al servicio de los ingleses. Después se han conocido las listas de parlamentarios de ese Congreso que recibían sueldos de Inglaterra. Por problemas de impuestos, una gran empresa inglesa publicó la nómina de los pagos que había tenido que hacer en Chile, y aparecen en esta lista, que se publicó en el "Times" de Londres, los nombres de las grandes cabezas que se rebelaron contra Balmaceda.
Pero Balmaceda mantuvo a todo el Ejército de Tierra a su lado: el Ejército de Tierra tenía una tradición de respeto al Jefe del Estado y de lealtad a un Estado fuerte, que es lo que tuvo Chile en el siglo XIX, y cierto sentimiento instintivamente antiparlamentarista, porque en el Parlamento estaba el foco de la politiquería. La Marina, sin embargo, siguió al golpe, y con la oligarquía de la época formó un ejército. Y Balmaceda perdió la guerra civil.
Allende tenía muy en cuenta el precedente de Balmaceda, pero hay muchas diferencias importantes, a favor y en contra. Por ejemplo, Balmaceda se benefició de una época de gran auge económico por les entradas del salitre. Hizo toda la guerra civil sin presupuesto, porque el Parlamento no se lo había aprobado, con las reservas que tenía el Estado chileno, y no tuvo problemas para mantener toda la máquina del Estado funcionando. Por otra parte, con Balmaceda se quedó una parte del Ejército partidaria del nacionalismo en la política salitrera, cosa que corresponde mucho a la mentalidad militar.
Los créditos y el Ejército
Allende contó siempre con mantener junto a él a una parte del Ejército, a militares como Prats, por ejemplo. Pero el Ejército reflejó ese sentimiento de la clase media de alejamiento del poder. Por otra parte, el Ejército fue muy sensible a todo lo que fuera la acción de la ultraizquierda, y hubo una cosa que hizo mucho impacto en el Ejército: la pérdida del crédito externo chileno. Yo creo que Estados Unidos, con su política en la segunda renegociación. cuando consiguió dilatar el acuerdo global en el Club de Paris y no llegar ni a los bilaterales, consiguió influir mucho en el Ejército chileno.
Porque nosotros tenemos un armamento anticuado, bastante pobre, excepto, quizá, en la Marina, Pero si tú ves, han atacado la Moneda con tanques Sherman. Son tanques de la segunda guerra mundial. El hecho de que el Ejército no encontrara créditos de países occidentales para comprar armamentos ha influido también en el Ejército. Porque con esto sentía que la seguridad misma del país estaba amenazada. El Ejército, y esto lo tocó "Le Monde", llegó a sentir que el estrangulamiento económico afectaba a la seguridad nacional. Si el Ejército quería comprar blindados para la frontera de Tierra de Fuego, frontera con Argentina, y la frontera con Bolivia y Perú en el Norte y se encuentra con que un tanque AMX-30 vale 700.000 dólares, y un tanque liviano 300.000 dólares, y que Francia contesta que hay el problema de la renegociación de la deuda externa... se comprueba entonces que la táctica norteamericana de que hablamos al producir el bloqueo en Francia le produce al general chileno una inquietud tremenda. La simple amenaza de una guerra en las fronteras chilenas basta para producir en el Ejército esa reacción. Estados Unidos ha actuado en este caso utilizando una especie de sistema de reflejos condicionados como en el caso del perro de Pavlov.
Responsabilidad de la Democracia Cristiana
Allende era muy consciente de estos problemas. Últimamente, en el último año, había intentado establecer conversaciones con Estados Unidos y buscaba algún camino para darles satisfacción a las compañías del cobre y establecer conversaciones con la Democracia Cristiana para ampliar la base política. Quiso hacer ambas cosas, pero mi impresión es que la Democracia Cristiana, controlada por Frei, es decir, por su ala derecha, y aliada con Estados Unidos de alguna manera, se dio cuenta que Allende había perdido la batalla hace meses, seis meses antes, digamos. Y yo creo entonces que este actitud de diálogo de la Democracia Cristiana fue completamente hipócrita. Yo creo que sabían que lo podían hacer caer ya, hacer morder el polvo. Yo creo que ese será un crimen histórico que tendrá la Democracia Cristiana. Posiblemente la Democracia Cristiana contaba con dar un golpe más legalista, con militares democratacristianos, pero le ganaron la partida otros. Si dió en seguida su aceptamiento al golpe fue quizá para entrar a tiempo.
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Jorge Edwards: como estrangularon a Chile.
Por César Alonso de los Ríos.
Publicado en Revista Triunfo, España, N°574, 1973