Recuerdos del poeta: Su aspecto era de un campesino acomodado. Empezaba a encanecer y se le caía un mechón sobre su frente. En su conducta, en sus palabras, había algo fraternal que le permitía arrimarse a jóvenes o viejos y vibrar con ellos.
Nació en Nirivilo en mayo de 1879. Su padre era de Cauquenes y su madre de Constitución. Estudió en el Liceo de Talca. En una pensión conoció al muchachito Jerónimo Lagos Lisboa que, como él, sería poeta.
Se fue a la propiedad que su padre comprara en Infiernillo, frente al río Maule. Ayudó en los trabajos, ambuló por los cerros, hizo largas travesías en lancha, pero volvió a sentir voces y se empleó en Talca. Luego aparecieron sus versos en periódicos locales. A Talca o Constitución sí que iba a menudo. No había en ambas ciudades persona que no conociera y que a él no lo estimara. En Talca hallábase el núcleo de sus compañeros: el poeta Jerónimo Lagos Lisboa. el periodista Aníbal Jara, el escritor y crítico Domingo Melfi, y muchos más.
Fue alcalde de Nirivilo varias veces y sin muchos recursos logró varios adelantos para este marginal caserío.
Murió en Infiernillo, un 22 de noviembre de 1950, y hoy sus restos se encuentran silenciosamente en un nicho perpetuo en el cementerio general de Talca.
Infiernillo de ayer: Infiernillo más que aldea, es una estación. Hay casas dispersas por la falda del monte. Paralela al Maule corre la ferrovia por donde el tren de Talca va y vuelve de Constitución. A la izquierda, camino del puerto, a diez minutos se halla la casa del poeta, situada en altura. Desde la vía se ve un murallón alto, con varias ventanas. Por su costado derecho, a poco andar, se desarrolla una galería de vidrio por la cual se penetra. Había en la casona todo lo necesario para sentirse cómodo: sillones, mesas, libros, muros con cuadros y la vista de árboles añosos, flores y bancos rústicos. Hoy ya no queda casi nada, su acogedora casa está en ruinas y no hay nadie que la preserve y que la cuide; sólo el espíritu de este poeta de las "tierras pobres" anda deambulando.
Su legado literario y humano: Este poeta elaboró unos versos sencillos como su tierra, pero que tenían a veces una hondura de pensamiento inusitado.
Los que conocieron al hombre y al poeta no podrán negar la congruencia sorprendente que hay en ellos: así como era Jorge González, así fueron sus estrofas; su vida tuvo poesía y su poesía es toda su vida: ensueños, dolores, amor y bondad.
Su terruño lo vio a él poderoso y, no
obstante, lo contó entre los sumisos; su nombre traspasó las sierras de su rincón y, sin embargo, compartía el dolor del montañés y humildemente alentó con una esperanza su tierra que claudicaba.
Vivió casi siempre solo, aprendiendo la verdad del árbol u oyendo música sabia que traía de los cerros el río andariego; allí dio su mensaje de paz a los hombres; su palabra sencilla enseñaba el amor a los soberbios y la resignación a los humildes.
Cantó el dolor, porque lo tenía el poeta y también su tierra sedienta, cantó a la esperanza del minero, porque también era su esperanza, cantó a los árboles, cantó a una mujer, porque como él, escuchaba la música sabia de su río y sabia de la soledad de las almas.
Su canción tuvo la altura y la serenidad de las estrellas, para los que sabían de versos, y para los humildes dio su palabra sencilla y candorosa como los consejos de los cerros.
Jorge González Bestias, en muy pocos aspectos fue un hombre como todos y, en muchos, fue un hombre como pocos. Además de hombre fue poeta, porque supo cantar y soñar al terruño del Maule que siempre lo acogió.
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* Profesor de Historia y Geografía Diplomado en Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Jorge González Bastías. El poeta de las "tierras pobres"
Por Alejandro Morales Yamal
Publicado en El Centro, Talca, Chile. 9 de diciembre de 2007