Nocturna convulsiva
Hay un deseo inimaginable allá afuera
un desesperado menosprecio por el orden anidando en la
conciencia de los niños del fastidio. Una proyección con el
brazo en el aire, basta para borrar todo signo de buena
esperanza.
Dios es un inconveniente.
El antiguo hábito de saludar y estrechar la mano; prefiero mirar
el suelo, balbucear palabras incomprensibles,
alejarme por las calles memorizando el ruido
que hacen las mujeres con taco a esa hora de la madrugada.
Despedida
Vestirse de rojo;
caminar indiferente el tránsito
a la hora de los tacos en el centro.
La espalda mojada por el sudor
y el sol como quien abraza en una despedida.
Ver pasar la tarde de reojo
Una pileta escupe en tus zapatos.
Divisar a un conocido en la acera de enfrente
cuando el semáforo está en rojo, ignorarlo.
Sicosear a esa mujer que tanto has seguido
después de tragar el último antidepresivo,
ir tras ella hasta la playa,
imaginarla;
y contemplar el mar por entre medio de sus piernas.
(De Urbana Siniestra, Demo libro Ediciones, 2014)
Vivir fuera en otro Pacífico
1
No sirvo para morir en esta casa
dentro de estas paredes
aunque lo intente
sólo accedo a perderme
a ir y venir entre las habitaciones
y no saber dónde estoy
si soy yo aún
quien se tortura
antes de pronunciar las palabras.
2
El camino que me separa de esta casa
es del tamaño de una ballena
atravesando el Pacífico
comparte además
la misma profundidad
y el mismo cielo negro de altamar
pero perderse
al salir de la habitación
es otro cuento
y este distanciamiento
proyecta a cada paso
diapositivas de la memoria en el espacio.
3
Perderse en el camino al salir de esta casa
ha sido perderse en las paredes de esta casa
con su blancura vertical
que baja desde el techo
como los caminos bajan desde el desierto hacia el mar
apuntando siempre hacia el Pacífico
obligados a la misma dirección
a la misma tortura que precede a las palabras.
4
A pesar de su tamaño
las ballenas en el mar son invisibles
y a pesar de su tamaño
un mal recuerdo
una fractura en la memoria
es un cetáceo poderoso
cruelmente sostenido durante todo el camino
se detiene un minuto la madrugada
una diapositiva cuelga en el espacio
me reconozco de viejo caminando por la casa.
5
El cielo negro de altamar
el abandono de las paredes de esta casa
son una misma y blanca tortura
significan perderse cuando se camina por el espacio
un aliento antes de las palabras
una soledad impronunciable
pero tan honda que albergaría el Pacífico
todo el Pacífico que recorren las ballenas
huyendo del encierro
de esta casa.
(De Abandono, Editorial Navaja, 2017)
2.
Embellece otra vez su apariencia
Se retoca
La veo caminar de un lado a otro desde mi ventana abierta
Contesta y no contesta el teléfono
También llora
También fuma
A veces no estoy cuando mira hacia mi ventana
Soy yo quien la busca y me escondo
Ninguno de los dos se conoce
Tampoco hemos oído hablar el uno del otro
Ninguno de los dos se conoce
Somos improbables
Como la nidificación de un cóndor en las alturas.
6.
Desvío desesperadamente
Equivoco los pasos
La tarde es una tela
Los trazos se disipan en la atmósfera
Evito las casas con demasiada luz
Rehúyo de los grupos de personas
De algún desconocido que me pida fuego
Cierro los ojos ante las vitrinas
Computadores portátiles en las tiendas escriben el poema
Vuelvo rápidamente a la sombra
Se cierra una pesada puerta justo cuando anochece
Un niño llora detrás de una ventana
Alguien arrastra un mueble en el segundo piso
Una mujer termina de leer una novela
Todos los semáforos se detienen en luz roja.
(De Fórmulas para amar a una desconocida, inéditos)
* * *