Al compas de la rueda, de Juan Ignacio Colil
Por Ramón Díaz Eterovic
Revista Punto Final / 15 de Junio 2010
Una atmósfera enrarecida envuelve la mayoría de las historias de este nuevo libro de Juan Ignacio Colil: Al compás de la rueda. Es la atmósfera de una ciudad que parece vivir bajo una sombra permanente -o un misterio subterráneo- que condiciona la existencia de personajes que tarde o temprano se ven enfrentados a hechos que provocan un vuelco en sus vidas, y los dejan en un estado de suspenso o asombro.
Santiago -la ciudad crepuscular de los años 80 o la aparentemente apacible urbe de nuestros días- es el escenario en el que se desenvuelven una serie de personajes anónimos que buscan un destino o una explicación para sus pasos. Mujeres que se pierden en casonas extrañas; niños que juegan en las calles, mientras en algún lugar de su barrio se conjura el horror; citas clandestinas cuyas finalidades ignoramos; un hombre que enloquece por los ruidos que llegan hasta su departamento; enredos con narcotraficantes, delincuentes a los que se les trastocan sus planes, son parte de los muchos personajes y situaciones que dan aliento a este buen conjunto de relatos. Con estas historias, Colil ratifica la destacada propuesta narrativa que entregara en sus publicaciones anteriores: la novela Lou y 8cho relatos, libros con los que obtuvo el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile, el Premio Municipal de Santiago y el Premio de Novela Mago Editores.
Leer a Juan Ignacio Colil constituye todo un hallazgo en el panorama de la actual narrativa chilena. Sus relatos evidencian a un narrador nato, que con aparente sencillez y dosificado suspenso introduce al lector en historias complejas y envolventes, que casi siempre se resuelven con finales abiertos cuyas consecuencias se intuyen o el lector debe cerrar a partir de sus propias vivencias o sentimientos. En El compás de la rueda, Colil maneja con soltura los códigos narrativos y cuenta una serie de historias atractivas que se siguen con creciente interés y nos remiten a un mundo en el que tras las apariencias, suele existir algo más.