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Quien pudiese resistirlo todo de nuevo
Sobre «Bicho Raro» de José Luis Escobar
Por Hugo Lepe
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La prosa poética de Escobar da cuenta de una devastación irremediable. Todos los caminos conducen al estremecimiento de lo que la vida nos cobra por vivirla. Escobar escribe como un hombre al que la larga experiencia de lo espantoso no ha podido amedrentar, y a la que ha aprendido a combatir, armado de poesía. Con líneas preñadas de sentido, transfigura y suspende la derrota del hombre ante las condiciones ontológicas, redimiendo momentáneamente al lector, sujeto a las mismas. La fugacidad de la existencia y el conocimiento del desamor, los recuerdos de infancia y los laberintos de los que nunca salimos, quedan vengados mientras el autor nos embelesa con imágenes sorpresivas y envolventes, libres de pompa erudita, que parecen desafiar lo padecido, como quien pudiese resistirlo todo de nuevo, si es posible hacer arte de ello.
Sí. Algo imprevisto sucede en estos textos, el autor no se conforma ni lloriquea. Hace otra cosa, que únicamente se logra en el contacto de una imaginación fecunda y una mirada astuta, ante los filosos bloques de la realidad que nos han enseñado a percibir. Eleva una sospecha respecto a la naturaleza del ser. Es más, matiza y transmuta lo que es, llanamente, en lo que dura el hecho estético, que es la eternidad de un puñado de instantes.
Para Nietzsche, no sólo necesitamos del arte para no morir de realidad, sino que sólo ese fenómeno visionario justifica la aventura humana. Leer este libro me hizo deslizar por aquellas barras paralelas: el irracional y dionisíaco triunfo del arte sobre la vida, siguiendo a Nietzsche, y la cuestión de la función parental en Freud, que afirma la primacía del principio del placer, a través de esa forma de arte que es el chiste y el humor. Acá, en Bicho Raro, esta preeminencia la aporta, como he dicho, la vertiginosa libertad del hablante lírico, que, a punta de un talento que no se compra, cocina a antojo sus vivencias, filiaciones y aversiones, sin desperdicio de los ingredientes de lo terrible, de modo que lo trasciende, logrando la alquimia. Por cristalizaciones como esta, al autor y a su obra le corresponden un espacio referencial en el contexto de la literatura chilena.
Febrero 2021
