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GANAR EN EL ÚLTIMO ROUND: LOS NUEVOS CUENTOS DE MARCOS HUAIQUILAF
“Receta para engendrar un varón”, (Rakizuam, 2016) de Marcos Huaiquilaf Gómez
Por Jaime Luis Huenún, poeta.
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Si el relato está en los detalles, como señalaba el novelista norteamericano de origen judío Philip Roth, la obra cuentística de Marcos Huaiquilaf Gómez es un ejemplo impecable de ese aserto. Narrador minucioso, lento y sutil, Huaiquilaf omite olímpicamente el eslogan cortazariano tan célebre en su momento, pero también tan efímero y dogmático: la novela debe ganar por puntos, el cuento por nocaut. La verdad es que los cuentos de Huaiquilaf ganan por puntos y en varias ocasiones por nocaut, pero siempre en el último round, luego de que los personajes han dejado no sólo su sangre, sudor y lágrimas en el 
cuadrilátero, sino las imágenes persistentes de sus biografías sacudidas por la miseria cotidiana, los deseos truncos y los errores individuales y colectivos en el contexto mayor de la historia reciente del país.
Autor del incisivo y sólido libro “El funeral del último cacique y otros relatos” (Calabaza del diablo, 2006), Huaiquilaf nos ofrece ahora otra breve suma de su talento narrativo, generalmente cuidadoso y acotado. “Receta para engendrar un varón”, primer título de la emergente editorial Rakizuam, contiene cinco relatos donde el milenario tópico del amor muestra alternativamente sus facetas dramáticas y siniestras, rutinarias y despiadadas, absurdas y melancólicas. Aquí una oblicua galería de sujetos protagoniza historias aparentemente inocuas, simples, desprovistas de toda épica y todo vitalismo – a excepción del cuento que da título al volumen-, pero sagazmente concentradas en la morosa tragedia interior de hombres extraviados, delirantes e irresolutos. Empleados de medio pelo, funcionarios mediocres, burócratas y profesionales desprovistos de utopías y convicciones, configuran un imaginario donde la masculinidad chilena -tal y como se la entendía durante el siglo XX-, hace patéticas aguas por todos lados, hundiéndose como un extemporáneo galeón frente a posmodernos puertos, luminosos e inalcanzables.
La infidelidad y sus reveses, los celos humanos y sus alcances míticos, la nostalgia por las mujeres amadas y perdidas, los últimos estallidos de pasión viril y la nostalgia que dejan las derrotas sexuales y amorosas, son algunos de los motivos que Huaiquilaf extiende y modela con pulso seguro a lo largo de los relatos incluidos en este libro. Y es el amor como condena y como última batalla, como punzante y contradictoria esperanza en un país que vive en constante y perversa transformación, el caudal que abre las puertas a una memoria social y cultural en franca bancarrota: la memoria de la generación de los ‘80, cuyas pulsiones y sueños, ideologías y luchas claudican cotidianamente en la esfera pública y privada, demolidas por un ya imparable cambio de paradigma político, cultural, económico, ético y sentimental.
De este modo, el nuevo libro de Huaiquilaf no es sólo el prolijo registro íntimo de las andanzas y desventuras eróticas de un puñado de solitarios que frisan la cincuentena, sino la crónica feroz del contra aprendizaje ideológico y moral de una generación que vislumbró el poder, pero que finalmente se quedó con las manos llenas de cenizas, de decretos y contra decretos, de leyes espurias e interminables órdenes de compra y venta.
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(Texto leído el 18 de noviembre de 2016, en la presentación del libro “Receta para engendrar un varón”, realizada en el Centro Comunitario Dardignac 132, Barrio Bellavista, Santiago)
