A propósito de la presentación de "Apariciones y desapariciones de Luis Jiménez" (Editorial Asterión, 2011)
ENTREVISTA A JORGE MONTEALEGRE
Por Alejandro Lavquén
El poeta Jorge Montealegre, que además es un estudioso de las historietas y el humor en Chile, acaba de editar su último libro llamado Apariciones y desapariciones de Luis Jiménez (Editorial Asterión). Montealegre investiga y da a conocer la vida, obra y destino de Luis Jiménez, dibujante chileno y militante del MIR que tras el golpe de Estado de 1973 pasó a integrar la lista de detenidos desaparecidos a manos de la dictadura militar. La historia de Jiménez está llena de asombros, horrores y símbolos. Para saber más sobré él, Punto Final conversó con Jorge Montealegre, autor del libro.
- ¿Cómo cómo descubres a Luis Jiménez?
- En el contexto de una investigación para escribir la Historia del Humor Gráfico en Chile, comencé a preguntar por Luis Jiménez en los años ´90, cuando una escueta información –entre otras referidas a la violación de los Derechos Humanos– informaba que esta víctima era un dibujante. ¿Había un dibujante desaparecido? Sabía de dibujantes presos, exiliados y exonerados; pero no había escuchado de uno desaparecido. Desde ese momento se abrió una pesquisa que resultó fascinante: aparecieron poemas, relatos, historietas inconclusas, ironías trágicas y episodios que representan una realidad que trasciende la situación individual de esta persona desaparecida.
- La idea de escribir un libro sobre él ¿cuándo surge?
- Ya pudimos hacer un libro cuando la obra recopilada nos demostró que era suficiente en cantidad y calidad; y que, además del mérito propio como humor gráfico, tenía un valor patrimonial… y en esta línea con la Editorial Asterión, ya habíamos publicado “Von Pilsener, primer personaje de la historieta chilena”. Agreguemos que también está su valor ético y político, ya que Jiménez nos dice que tras cada desaparecido –por anónimo que sea- hay una historia que podemos recordar y dignificar.
- ¿Dónde apresan a Jiménez, cómo se produce su captura, tienes antecedentes de esto?
- No está acreditado totalmente. Su pista se pierde el 15 de septiembre de 1973.
- En tu investigación ¿lograste contactar a familiares o a compañeros de él en el MIR?
- Así es: familiares, compañeros de partido y colegas dibujantes. Entre otras personas, tuvimos la colaboración de su hermana Julia, de su editora y vecina Hilda López; y de quien fuera su jefe político, Patricio Rivas.
- Por lo que se sabe, Jiménez dibujó para revistas que marcaron una época, como por ejemplo Cabrochico, El Pingüino etctétera ¿Cómo evalúas su contribución en ese sentido?
- Como dibujante joven (desaparece a los 25 años), era una promesa que se estaba cumpliendo con fuerza, creatividad y calidad profesional; especialmente en sus trabajos dirigidos a los niños. Estaba definiendo su estilo, con soltura, buen humor, capacidad de utilización del absurdo y con evidente sentido social, como lo prueba su participación en los “anticuentos” de Quimantú y su proyecto inconcluso en que reivindica simpáticamente –a modo de un Asterix chilensis- la resistencia del pueblo mapuche. Dejó una obra trunca.
- Tengo entendido que Ángelica Pérez Germain, desaparecida por el tsunami ocurrido en la isla Juan Fernández, tras el terremoto del 27 de febrero del 2010, había incluido a Luis Jiménez en una exposición del cómic chileno que ella organizó en el Museo Bellas Artes. Es decir, dos destinos similares, pero en distintas circunstancias, que tuvieron un punto de encuentro.
- Angélica fue sensible al caso de Luis Jiménez y le pareció importante que se reivindicara su memoria en una exposición vinculada al Bicentenario. En ese momento no teníamos mucho que mostrar, pero le hizo espacio al único original que en ese momento pudimos conseguir. Hablamos de la tragedia que significaba la desaparición de una persona y lo importante que era recordarla. Exponer en el Bellas Artes para cualquier dibujante es un reconocimiento. Y a Jiménez había que reconocerlo simbólicamente. Por ello me pareció pertinente recordar a Angélica en este libro y conectar la catástrofe social que representa la desaparición por razones políticas con la catástrofe natural que significó el tsunami. En ambos casos –sin despolitizar uno o politizar otro- la incertidumbre, la angustia del entorno, nos permite comprender por qué la esperanza de encontrarlos es irrenunciable para los familiares y debe serlo para la sociedad en general. La desaparición no es un fenómeno del pasado.
- Un comunicado de prensa anuncia que este es un libro apto para “mayores y menores” ¿Cómo es eso?
- Es un libro “para mayores y menores”, porque junto con reflexionar sobre la situación de los detenidos desaparecidos y la incertidumbre vivida por sus familiares, recopila divertidas historietas para niños, como aquellas que hizo para Icarito y para la revista Cabrochico, reproducidas a todo color y en tamaño facsimilar. Una edición casi de lujo, que pone en valor una obra que estaba perdida. Por ello queremos que esté a disposición de los niños y niñas que visiten el Museo de la Memoria.
- Hubo un momento en que Luis Jiménez fue encontrado y dejó de ser un detenido desaparecido, pero posteriormente se descubrió que los restos encontrados no correspondían a él ¿Qué puedes decirnos sobre esta situación?
- Efectivamente hubo restos que fueron erróneamente entregados a quienes finalmente no eran sus parientes. Luis Jiménez aparece en esa nómina de víctimas mal identificadas. Y ahora no hay huesos que correspondan a su nombre. La terrible verdad jurídica roza lo macabro y, más allá de los errores inexcusables cometidos, estos casos representan el eterno regreso a la pregunta ¿dónde está? Seguirá siendo una pregunta actual mientras no se sepa el paradero de todas las víctimas y mientras los que saben algo sigan callando. Porque es actual la búsqueda interminable y la existencia de las otras víctimas de la desaparición forzada: sus familiares más directos.
- Jorge, hace poco la televisión mostró las cárceles donde cumplen su condena los militares condenados por atropellos a los derechos humanos. Cárceles que incluso tienen parrillas para hacer asados ¿Qué sentiste al ver esto? Te lo pregunto pensando en que tú fuiste víctima de la dictadura y estuviste en los campos de prisioneros del Estadio Nacional y Chacabuco?
- Si ellos torturaron e hicieron desaparecer, no aspiro a que les pase lo mismo. Hay que marcar esa diferencia. Yo nunca tuve un juicio ni cometí delito. Ellos sí y por ello prefiero compararlos con otros condenados. Hace poco hice un taller de “Humor, memoria y escritura” en la Penitenciaría y pude ver las condiciones en que están los presos. Y es evidente que en la Peni cumplen condena en situaciones indignas, de hacinamiento y sin los privilegios que tienen en Punta Peuco, por ejemplo respecto del régimen de visitas. La diferencia es enorme. Son dos extremos y ambos casos, a mi juicio, son anómalos. En uno porque los presos tienen castigos adicionales y se les violan sus DD.HH. y en otro porque los privilegios discriminatorios que tienen los criminales representan una burla a la justicia. Son dos extremos que desmienten que haya igualdad ante la ley. Recordemos que la situación de los desaparecidos –de Jiménez y otros- sigue pendiente porque no ha habido la colaboración de los victimarios para que se conozcan sus paraderos.
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INVITACIÓN
Pía Barros, directora de la Editorial Asterión, y Ricardo Brodsky, Secretario Ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, tienen el agrado de invitar a la presentación del libro Apariciones y desapariciones de Luis Jiménez, investigación dirigida por Jorge Montealegre sobre el único humorista gráfico e historietista que se encuentra desaparecido a raíz del golpe de estado de 1973.
El acto se realizará el miércoles 15 de junio, a las 19:00 horas en el auditorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Matucana 501, esquina Catedral, Metro Quinta Normal (línea 5). Recinto con estacionamiento.