Proyecto Patrimonio - 2017 | index | Juan Malebrán | Alexis Figueroa | Autores |




 

Entretenciones mecánicas de Juan Malebrán
Poesía. Ediciones Cinosargo, 2017

Por Alexis Figueroa


.. .. .. .. ..

I.

Entramos en un libro, como un explorador en  territorio  extraño. O como un marino que en su barco se adelanta en mares ignotos y desconocidos. O  en un viaje, destinado a entrever costumbres literarias sin entender en esto interpretaciones ni exégesis sino  la forma en que letras y palabras se comportan en su hacer de signos que ansiosos buscan cuerpo, cerebro, imaginación, materia. A la verdad, un libro no es un territorio desconocido. Compuesto de pequeñas incisiones en la textura de lo real describe circunstancias de este mundo y los mundos posibles de la imaginación. Entonces, no es un territorio esencialmente ajeno. Siendo un catálogo de un mundo interior,   lo que desconocemos es más bien  el peculiar orden en el cual ahora, sus signos se disponen, revelando la condición de ser escritos por la voluntad. Máquina, humano o demiurgo el momento de leer es concebir  dentro de ti a otro: interpretado, a modo de arte de ventriloquía, como una  circunstancia del universo material que te habla al oído. 

II.
El primer vislumbre de este libro es su título, y junto a él la curiosa estructura de citas, que identifican, signan y conversan con el discurso de autor. Diremos que Juan Malebrán, el poeta,  puede ser reconocido en forma directa en su discurso poético, diremos  que eso es lo que tradicionalmente se espera: que el autor esté detrás de sus textos usándolos como vestidura,  camuflaje, matorral  de emboscada o disfraz. Diremos que asimismo,  el poeta,  se encuentra en contacto con el sistema de citas, que  encauzan los poemas-  ejerciendo el papel de antologador, selector de ellas. El poeta elige entre el vasto universo de la cultura humana un manojo de frases que no le pertenecen, como quien ordena las cartas del naipe para conseguir una mano. Luego, las sitúa a lo largo del libro tal jalones, señales de ruta e indicadores  que provoquen la orientación del lector. Mas  ¿No son  estas citas el producto de una labor de minería, de zapa, de  extracción? Como el prospector saca de la tierra los metales, separando  mineral de ganga, nuestro poeta conforma con trozos de otras escrituras –jirones de carne o  disjecta membra- el cuerpo de un poema que corre paralelo a su propia voz. Tendemos a pensar que la cita o el encabezado brinda sentido a la lectura del poema,  encauzando su estirpe moral, dando luz a su interpretación,  pero bien puede ser al revés. Dice  el  autor:

“Las citas me interesaron  porque me servía para contextualizar, para situar lo que intentaba contar en el tránsito que se narra a lo largo del poemario. Y  los textos que  preceden podrían verse perfectamente como  comentarios, lo que restaría la hinchazón de la que normalmente sufren estos "entretenimientos de naturaleza intelectual" como "la escritura de poemas modernos".

La actitud moderna, que sostendremos  propia del autor, se caracteriza por la capacidad irónica, en el sentido  romántico – el nunca estar satisfecho con la obra,  el dudar su propia prescripción más sin dar paso al escepticismo sino al término moral- que bien puede sostener el párrafo anterior. Entonces, para entrar en esto, debemos entrar a su vez en  este título.  “Entretenciones mecánicas”, reza él. Es, lo sabemos,  otro nombre para lo que conocemos como Parque de entretenciones o lo que  en ingles se define como Amusement  Park.  Y estos lugares, lo sabemos, comportan fundamentalmente una operación de alteridad.

Dice el autor:

Los parques de diversiones siempre me resultaron paradigmáticos, al parecerme poseedores de un entretenimiento que en el fondo no es tal para quienes viven de su rutina. Del mismo modo me resulta el viaje una vez que se descubre el agotamiento frente a la ansiada aventura que nunca llega. La expectativa hecha pedazos, entonces, como pieza clave en el engranaje del divertimento es lo que me interesó. De ahí el título.

Justamente, si vemos el parque de atracciones  como un distractor de atención y así, como un extrañamiento de nosotros mismos,  para ser otro y  divertirnos con nuestra misma alteridad –por demás una de las actividades  capitales de la cultura humana- , en el libro se apunta a un sentimiento específico: el fracaso de la expectativa de  evasión. Todo, al fin y en fin, es nosotros mismos y el poeta podría recordarnos a Teillier diciéndonos  en el poema Blue: Tomaré vino si me ofrecen vino/ Tomaré agua si me ofrecen agua/  Y me engañaré diciendo:/ "Vendrán nuevos rostros/ Vendrán nuevos días". El poeta, está consciente del engaño. El poeta, tiene la conciencia de la incomodidad del  mal viajero al decir de Henry Michaux, aunque este  concibe el desplazamiento como un hiato justamente en equilibrio entre el exterior y el interior. Es  la imagen del mundo, su descubrimiento en tanto experiencia de vida y de visión, el eje central del poemario. Dice la segunda cita introductoria, con carácter de   epigrama, instalado en la página tal un faro: La novedad del paisaje radica en estar siempre del otro lado de la ventana.  Esto de alguna forma es un espejo de la cita o epigrama  de un poeta, de otros años y del sur. Me refiero, a Carlos Decap, que en su libro Asunto de Ojo, anuncia: Asunto de ojo; todo consiste en mirar y ser mirado. En ambos casos, el sujeto, el individuo, funciona como gozne  que conecta el mundo interior y el exterior en la mirada. Por otra parte Malebran, al igual que Jorge Teillier,  frecuenta la amable metalepsis como mecanismo fundamental, que le  permite referirse a sí mismo  desde el otro lado del espejo. Habla el poeta y dice, resumiendo todo lo anterior:

Amanece y desempañas con la manga la ventana
buscando dar con el paisaje.
Pero hace mucho que el paisaje
no es más que una misma cara en todas partes y
una misma sucesión de palabras repetidas en distintos territorios.

Ante esto, el mismo Kavafis podría contestar:

Iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
Y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.

Entonces ya tendríamos una coreografía de palabras, que revela un sentimiento    universal.

En fin, sigamos.  En el erial blanco, como una roca negra de formas tipográficas, se levanta un bloque de letras. Y anuncia:

“Es cierto que todo ser humano necesita diversiones, sobre todo para sobrellevar el tedio de la vida de provincias. Por ello debe dedicarse a entretenimientos de naturaleza intelectual, tales como la pesca, la lectura de obras literarias, la composición de haikus o la escritura de poemas modernos”

Natsume Sōseki

Acaso saber que Natsume Soseki es en realidad Natsume Kinnosuke, no nos diga nada, aunque de por sí Soseki es “terco” en japonés y eso  ya es algo.  Quiero pensar, puesto que no tengo la seguridad, que la cita proviene de Botchan, su primera novela, que narra las experiencias de un profesor de Tokio, destinado a provincias. Quiero creer además, que esta novela tiene un tono algo sarcástico y  satírico, tal como sucede acá mismo  en cierta literatura relativa  a la provincia chilena. Recuerdo en esto No veraneo de Joaquín Díaz Garcés  o las novelas de Andrés Gallardo y  Enrique Araya, de Chillán.  Quiero pensar también, que hay un  distanciamiento irónico en la recomendación  y particularmente, para mí, el título de Malebrán y la cita de Soseki, hacen  un sistema complejo, que se desdobla una y otra vez sobre sí mismo. Al parecer la amenaza es el tedio. ¿O el tiempo? Sentimiento complejo, no es el simple aburrimiento, puesto que implica decepción,  y connota – valga la rima- una larga tradición. Melancolía agiornada del tiempo de Baudelaire, dentro de su variaciones contemporáneas, encontramos su encarnación en personajes  tales como   Raskólnikov,  Meursault, de algún modo el  voluntarioso Roquentin, Quentin Compson,  Larsen Juntacadaveres o los protagonistas de El mal de la muerte de Margarite Durás.

La vida no es más que una sombra andante, jugador mediocre
Que afirma  y realza su hora en el escenario.
Y después ya no se escucha más. Es un cuento
Relatado por un idiota  lleno de ruido y furia,
Sin significado alguno.

Eso dice el cisne de Avon, parodiando  el vanidad de vanidades del Predicador.

Dice el autor:

Vano ejercicio que repites
Convencido de dar con algún destello en la extranjería;
A lo más, a uno pocos les resulta el gastarse las rodillas,
Libreta en mano, de extremo a extremo por San Pedro,
O sentarse durante horas a mirar a los paseantes,
Tras la brevedad del humo y sus expresos.

III.

El poeta dirá que nos agotamos medrando en el día a día, pero aún es cierta una épica menor. Esta, la  de lo cotidiano. El fatalismo del tedio nos  avisa ciertamente de lo innecesario de todo desplazamiento, mas, como insistimos en el viaje nos  sugiere ciertos entretenimientos para sobrevivir. Viajar, aventurar, permanecer en la futilidad, reposar. Pulsiones  contrapuestas que mezcladas dan paso a la condición humana en tanto existencia humana,  a la vez que son atravesadas por la presencia de la luz. Esto, puesto que los poemas son claros. Y esta es la virtud de la luz.  Si avanzamos aún más, esta vez sobre los mismos poemas, veremos que  en ellos se desplaza y convoca un hablante relatándose a sí mismo, en el trance de un reconocimiento  que apela a la experiencia y la memoria, como una forma de sobrevivencia personal. Los poemas son huellas personales del tiempo que pasó. Construidos en base al recuerdo  trabajado como artefacto arqueológico, buscan abrazar un nuevo pasatiempo: como dice el poeta, hablar en tercera persona dirigiéndote a ti. Es falso el sentido de la novedad y lo único cierto es la aventura que gusta de negarse a sí misma y nos hace perder el tiempo imaginándola dice a su vez el poeta de  Entretenciones Mecánicas. Pienso  en la frase de Gaff, aquella que cierra Blade Runner, con un tono elegíaco, estoico, resignado: “Lástima que no sobreviva…pero, ¿quién sobrevive?” La pregunta permanece  a lo largo del libro de Juan Malebrán.

Invierno de 2017.

 

 


 

 

 

Proyecto Patrimonio Año 2017
A Página Principal
| A Archivo Juan Malebrán | A Archivo Alexis Figueroa | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Entretenciones mecánicas de Juan Malebrán
Poesía. Ediciones Cinosargo, 2017
Por Alexis Figueroa