Luisa Ambrosetti (San Antonio, 1982). Poeta. Es Profesora y Licenciada en Filosofía y Educación. Magíster en Literatura Chilena e Hispanoamericana. Doctora en Literatura Hispanoamericana Contemporánea. Participante de lectura y actividades culturales, principalmente en la V Región. Poemarios publicados: Desierto marino (Edipos ediciones, 2018) Desmarejada (Ril Editores, 2020). Integrante de Antología de poesía feminista: Poesía en toma (Ediciones punto G, 2019) entre otras participaciones en revistas nacionales e internacionales. Ganadora Fondo FICSA 2018 y 2020 de creación literaria. Preparando poemario Puerto Antonia ganador del Fondo del Libro y la Lectura del Ministerio de las Artes y las Culturas, año 2023. Editora en Revista Ciénaga.
—A partir de la lectura de Desierto marino, Desmarejada, Puerto Antonia... observo en tu escritura una poética situada en un espacio específico: San Antonio. ¿Podrías hablarnos sobre esto? ¿Qué o cuáles son los motivos que te llevan escribir en/sobre/desde este lugar? —San Antonio es mi espacio de nacimiento en donde la ciudad-puerto me ha marcado mucho en el tema escritural, donde tomé mis primeros talleres de poesía con el poeta Roberto Bescós, en donde me encontré con la palabra. También es el lugar de la infancia, de la adolescencia. En el fondo este espacio es el territorio de mi memoria. Desierto marino (Edipos ediciones, 2018) lo empecé a escribir a los 14 años y ya viviendo en Valparaíso donde decidí establecerme, fui observando las diferencias entre los puertos tan cercanos y distantes en las formas de relacionarse. San Antonio, me refiero a la ciudad, tiene una especie de neblina cultural que cuesta soslayar a pesar de que junto a ella está el famoso Litoral de los poetas. Con las emblemáticas figuras como Neruda, Huidobro o Parra. Me interesa el lugar situado, el análisis y la reflexión poética sobre el territorio de la ciudad, de la pesca, de los cerros, en Puerto Antonia, por ejemplo, decidí feminizar el nombre del puerto con la idea de cambiar los recuerdos, jugar con las memorias de la infancia, esas que se distorsionan con el tiempo, que se guardan, creo que esto último, aunque de forma espontánea al principio, fue develando que tenía deudas con la escritura.
—En cuanto a tus referentes literarios: ¿Con qué autores dialogas (o polemizas) ?; ¿Dónde podrías ubicar tu propia poesía: alguna corriente o movimiento…? ¿O crees que tu proyecto escritural no es partícipe de estas posibilidades? —Creo que es complejo identificarse a sí misma en una corriente o movimiento, porque generalmente la escritura contemporánea es muy hibrida en cuanto a temas generacionales incluso. Podría decir que mi camino de lecturas no ha sido muy distinto a otros u otras que escriben. Partí con Gabriela Mistral, hubo una época que me sentía muy identificada con el simbolismo, lo surreal, los poetas franceses, también Pizarnik, Pessoa Veliz… y creo que inconscientemente he introducido en mi poesía, a ratos una poesía de los engaños, de la simulación, dicen que el poeta es un gran fingidor. Hace años ya, que he necesitado entrar en las letras de mujeres para justamente dialogar y a la vez discutir con ellas-me refiero a escritoras nacionales como universales-con el lenguaje que emanan, con un tipo de desgarradura, en este sentido me gusta el ejercicio de re-leer a Elvira Hernández y de leer a una gran poeta patagónica Ivonne Coñuecar, como también a los y las poetas de San Antonio y de Valparaíso, principalmente, territorios en donde me encuentro.
—En tu escritura llama la atención una relación sentimental con el mar. Una especial forma de enunciar poemas como lágrimas de mar entre espineles, botes y fondos marinos. Hay una dulce-tristeza, una amargura o pena que es dulcificada por la melodía de tu verso. ¿Compartes esto?; ¿A qué se debe y qué propicia? —Acá existe una dicotomía entre lo poético y lo emocional, porque como lo decía anteriormente, el habitar una ciudad herida como San Antonio, abre tu propia herida. El concepto de la mar que utilizo en mis poemas es también homenaje y a la vez un referente de la pesca artesanal. Para los pescadores el océano es una mujer, y hay mucha mitología marina sobre eso. Creo que más que sentimental es directamente amorosa y dolorosa relación con el recuerdo, y como las voces de mis poemarios, y en otros que aún no han sido publicados, es la transformación de la realidad del poema desde un sitio concreto a uno algunos veces un poco surrealista, una voz que quiere olvidar y que a la vez no puede, entonces aparece esto que enuncias de la dulce-tristeza como lo triste y lo dulce que habita también en la mano que escribe.
—¿Cómo asumes la posición de escritora ante la sociedad? ¿Crees que la literatura debe ser resistencia frente a los poderes hegemónicos o ante las injusticias? Por ejemplo, es interesante el gesto refundacional (quizás) en Puerto Antonia, en donde se inscribe una nueva situación y temporalidad... —Creo que la literatura de alguna forma programada o no, es una resistencia, así como otras disciplinas artísticas. Ser mujer escritora en estos tiempos sigue siendo una tarea política no sólo ante la muerte, ante las injusticias, sino que creo enormemente necesaria la resignificación del signo de las mujeres en la escritura. En Puerto Antonia al feminizar el nombre-por ejemplo- hay una transformación de la visión de la ciudad, desde la mirada de una niña que escribe a través del recuerdo, es un viaje transgeneracional que no respeta los recuerdos, pero que enuncia lugares comunes para muchas personas que habitan la ciudad. En este sentido, creo que sí hay un efecto en ese acto, de poner en cuestionamiento algunas cosas como lo patriarcal y las infancias. Por otra parte creo que como seres humanos es una tarea enfrentarse a las injusticias sociales, a los poderes hegemónicos-económicos-perversos desde donde podamos activar.
Selección de textos (fragmentos):
Hay una dolorosa que se escapa de los párpados
La mar juega con los restos de esas palabras reventadas
bajo las olas, esas, que se desfiguran sin parar.
La mar mira desde lejos la ciudad;
el ruido, el estruendo y las carcajadas
humean, cómo acallarlas.
La falsa mirada de alegría
el baile demencial bajo tambores
que sangran y derraman pobreza,
suciedad y miseria.
Es una tormenta borracha
Valparaíso no escapa
se arrecia entre la felicidad de media copa,
de noche y en mi alma.
(Desierto Marino, 2018)
Desmarejada
I
Va y viene
no sabe dónde está al despertar
el origen y el destino se confunden
los fármacos hacen el aporte prenupcial
no hay encuentro
las paredes no dicen nada
ni los colores ni las formas
solamente calan espacios
hondos y serenos
Va y viene
crece y disminuye
en este vaivén
se destroza la vida
piernas y muñecas
intentan escribir el cuento
Nada se ha entendido nunca
en este país rompecabeza-sin cabeza
Hay siempre que esperar a que baje la mar
recoger los restos en la orilla
reconstruir el cadáver sin apuro
Marta, ya tú hablaste
ahogando el silencio de este país sin memoria (...)
(Desmarejada, 2021)
Puerto Antonia
I
En Antonia/ no se puede vivir/definitivamente no/
en Puerto Antonia/ sobran las miradas/
sobre ti/ mí/ ellos/unos amigos/ tuvieron que irse/
porque ser diferente/ es de las peores cosas que se dirán/
las vecinas del pasaje/ no dejarán de hablar/ de quien te dejó/
ni tampoco/ de tus nuevos amores.
Algunos i algunas/ morirán sobre las nubes cósmicas/
del aire/o la mar de otros puertos/no importa/
de todas formas/ saldrás en el diario del pueblo.
Se contarán tus viajes/ a los campos Elíseos/ los regresos/
como mariposa silenciosa/no se dirá que moriste de amor/
ni como una lombriz/ en la tierra/enroscada.
En Antonia no se puede vivir/debes quedarte siempre piola/
subordinar los deseos/interrumpir la palabra/
es que hai que ser tan porfiada/ para insistir en la ciudad/
te separaste i dos veces/ fracasada/
lo peor es que tu madre/se avergonzará hasta el tuétano/
es que la niña poh/se fue a estudiar a Valcracio/
i a los cuatro años/ llegó embarazada/
la misma vecina dirá:/-claro-/ “seguro estudiaba”/
i tu madre/ te mirará pidiendo a gritos/
que no vuelvas/ con el bulto en el vientre (...)
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Entrevista a la poeta Luisa Ambrosetti
Por Juan Manuel Mancilla