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Jorge Marchant Lazcano | Autores |

 







El mítico Marqués de Cuevas vuelve a saltar a la novela
"El favorito de las viejas. Una novelita sobre el Marqués de Cuevas", de Jorge Marchant Lazcano
[Cuarto Propio, 2023, 106 páginas]

Por Maureen Lennon Zaninovic
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 8 de enero de 2023


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El destacado escritor nacional Jorge Marchant Lazcano está de regreso con "El favorito de las viejas" donde ficciona en torno al legendario chileno Jorge Cuevas Bartholin (1885-1961), quien huye a Europa, se casa con una descendiente de Rockefeller y funda una de las compañías de ballet más importantes de la primera mitad del siglo XX. A juicio del autor, estamos ante una personalidad que "cautiva de alguna manera porque parece un personaje sacado de un cuento de Charles Perrault".


"Me gustaba el ballet, por ejemplo, ¡qué digo!, ¡me encantaba! Con sus pobres presentaciones iniciales en el Teatro Municipal, aunque más que por la técnica dancística, los valses, los divertissement o los pas de deux —o incluso las músicas sublimes—, me gustaba por el ropaje, ¡ah, esos ropajes!, los tutús, las gasas, las románticas campanitas, el chifón, las diez capas de tela para confeccionar el traje de Odile o de Aurora".

Son palabras firmadas por el escritor chileno Jorge Marchant Lazcano (1950) que aparecen en su más reciente trabajo, "El favorito de las viejas. Una novelita sobre el Marqués de Cuevas", publicado por Cuarto Propio. Un libro breve y fascinante que intenta develar parte de la historia de este mítico personaje: Jorge Cuevas Bartholin (1885-1961), quien inserto en la sociedad santiaguina de principios del siglo XX, sin mayores posibilidades de trascender, buscar riquezas o hacerse un nombre, emigra a Europa y consigue trabajo en la exclusiva boutique parisina Maison Irfé, donde por casualidad conoce a Margaret (Maggie) Strong Rockefeller, nieta de uno de los magnates más importantes de su tiempo, quien por entonces terminaba sus estudios de Química en la Universidad de Cambridge. Esta incipiente "Madame Curie" ejerce un embrujo inmediato en el chileno que, en un principio, se hace pasar por español. Salen un par de veces, se casan, tienen hijos y gracias al apoyo económico de su esposa, primero en Nueva York y luego en París, consigue concretar su sueño: fundar el Gran Ballet du Marquis de Cuevas, y el Teatro Sarah Bernhardt de la Plaza de Chatelet terminaría convertido en su palacio imperial. Un rotundo cambio de vida para este hombre que en Chile, tal como se lee en la novela de Marchant Lazcano, su máxima era complacer a las señoras, "servirles el té a las más opulentas, llenándoles el platito con masitas, sanguchitos y petit fours". Cuando se va de Santiago, Cuevas exclama: "Adiós, Chile que odio, no me volverán a ver más. Ni mis huesos les dejaré". Pero vuelve vencedor, en 1956, cuando su compañía realiza varias exitosas presentaciones en el Teatro Municipal de Santiago.


Una reflexión sobre el arribismo

"El favorito de las viejas" también habla de la llegada a su compañía de Raymundo Larraín Valdés, su "precioso delfín, descendiente de todos los Larraínes de Chile", quien tenía virtudes artísticas y continuará perpetuando su legado, tras su partida en 1961.

"Estoy en un momento muy especial. Se cumplen 45 años de la aparición de mi primera novela 'La Beatriz Ovalle'. Hay un hilo conductor entre este libro y la obra del Marqués, porque ambas tienen que ver con arribismo. 'La Beatriz Ovalle' tenía un subtítulo que era 'o cómo mató usted en mí toda aspiración arribista'. Hay una continuidad, una forma de ser del chileno", señala instalado en un departamento de Santa Lucía este destacado escritor y periodista nacional. Agrega que en estos tiempos "nadie sabe exactamente por qué, pero todos aspiran a algo y creo que es muy bueno que la literatura reflexione en torno a ello", dice.

Jorge Marchant Lazcano profundiza en el título de su última novela y advierte que se inspiró en un clásico cuento oriental donde un anciano propone escoger entre tres manzanas. "Si te decides por la amarilla serás el favorito de las viejas", expresa. De hecho, en este libro, Jorge Cuevas confiesa que nunca imaginó que su destino cambiaría por Maggie, "una fresca y jugosa Golden delicious".


¿Es una nouvelle?
—"Sí. Yo le puse una novelita para hacerla más chilena, un poco siguiendo lo que hizo José Donoso con sus 'Tres novelitas burguesas'. Lo que yo propongo, si se quiere, es una novelita burguesa, una novelita que habla de un mundo que muy pocos conocemos, un mundo de cuentos de hadas y de terror, porque hay personajes bastante al filo de la delincuencia, muy fieros. La gran mayoría, principalmente los que se oponen al triunfo de este Marqués, y que son una seguidilla de pícaros y de maleantes internacionales, como el príncipe ruso Yusupov que habría asesinado a Rasputín. Gente sin ningún escrúpulo que sale de Rusia arrancando con un Rembrandt, le sacaron el marco y lo vendieron a un museo en Washington. Ahora todo lo que sucede con esos rusos en París, en los años 20, huyendo de la revolución, está lleno de una serie de desaciertos y de rumores y anda a saber si hay bases serias como para afirmar exactamente si todo lo que sucedió entre el marqués, Yusupov y su mujer, la princesa Irina, fue verdad".

"No hay, por lo demás, algún documento que explique por qué Jorge Cuevas Bartholin llegó a la Masion Irfé —agrega Marchant—. ¿Era un relacionador público? ¿Un aseador? ¿Era el portero? No sabemos. Incluso hay fantasías que genera su figura entre los propios chilenos y las encontré en un artículo de la revista Zig-Zag, a raíz de su visita a Chile en 1956 con su ballet, una señora que se llama Olga Balmaceda escribió que Félix Yusupov y el Marqués eran grandes amigos, y juntos crearon esa tienda (risas). Eso es un desacierto. No, no es posible".

¿Cómo nace este libro?
—"Nace principalmente por una seguidilla de lecturas en torno al Marqués que se me fueron dando. Hubo momento en que el personaje se puso de moda. Oscar Contardo escribió varias veces de él, por ejemplo en 'Siútico' y en 'Santiago Capital'. Volví a leer las crónicas de Joaquín Edwards Bello donde me volvió a aparecer y me fui enganchando. Me encontré con un personaje tan literario y tan rico en matices. Además, se me juntaba con dos figuras que ya había trabajado literariamente y también bajo las mismas circunstancias, como Whistler, el pintor de mi novela 'La joven de blanco', y, algo que me dejó muy contento y fortalecido como escritor, la imagen de Augusto d'Halmar en mi obra 'De ahí venía el miedo', que también es una aventura imposible que creé en torno a un artista. Todo eso me movió a fabular con Jorge Cuevas. Con el Marqués se generaron, además, otros elementos que tienen que ver más con la diversión, con la aventura y con el desconocimiento que, incluso, el mismo personaje tuvo de sí mismo. Me pareció interesante que hablara en primera persona y contara su historia".

¿Cómo fue el proceso de investigación?
—"Fundamental fue la literatura y hasta las cosas más elementales. Hasta una fotito donde estaba él con su mujer y con una socialité chilena, me provocó chispazos que pude convertir en literatura. Además de Edwards Bello y Contardo, finalmente, rematé con la Biblioteca Nacional como para tener cierta seguridad de que el personaje, en definitiva, fuera real. Tú no sabes si estás hablando de un personaje real o se lo inventaron ¡Son tantos los mitos! Cada persona que vuelve a escribir sobre Cuevas le crea más mitos, van sumando más aventuras o más cosas grandilocuentes, que fue amigo de tal o cual celebridad".

A propósito del trabajo de Oscar Contardo. ¿Fue un siútico?
—"Es y no es un siútico. Por un lado, está esto de pasar gato por liebre, de lo que en Chile dicen que se trata de un 'piojo resucitado'. Pero, por otra parte, Jorge Cuevas perteneció a una familia importante dentro de la historia chilena. Su padre fue un funcionario público que trabajó para el Estado y fue incluso representante de Chile en algunos gobiernos europeos. Pero, claro, su progenitor se casó muchas veces y tuvo muchos hijos y, entonces, en esta repartija de familias, de apellidos, con hermanas que se casaron con gente muy empingorotada, pareciera como que el Marqués fue parte de todo eso, pero también queda convertido en el último del familión, el único que permanece soltero y hay algún interés por hablar mal de él. Y está el chiste de Joaquín Edwards Bello de llamarlo 'Cuevitas' y toda esa cosa un poco burlona que lo convierte en un 'rastacueros', como se le decía en esa época a estos personajes que estaban como entre el cielo y la tierra".

En su novela, Jorge Cuevas habla de Joaquín Edwards Bello y señala que él "parecía tenerle miedo, como si yo fuera a contagiarlo de una enfermedad..."
—"Hay entre ambos una relación compleja y eso lo ocupé desde un punto de vista literario para oponer dos mundos, o si se quiere, dos voces que son completamente distintas. La voz de Edwards Bello, que es una voz reflexiva, una voz literaria potente, y la voz de Jorge Cuevas, en cambio, que no tiene mucha fuerza. Hay juegos que intento crear entre estos dos personajes que son tan diferentes. Joaquín no puede ser más chileno. Toda su vida fue un hombre del Santiago poniente y se termina suicidando en un Santiago del que precisamente Jorge Cuevas huye porque él quiere otro mundo. Él aspira a un beau monde que no le pertenece y eso es lo que tal vez hace que Edwards Bello lo considere un siútico".

¿Por qué nos sigue cautivando la figura del Marqués de Cuevas?
—"Creo que cautiva, de alguna manera, porque parece un personaje sacado de un cuento de Charles Perrault. El tiene la fuerza de las Bellas durmientes, de las Cenicientas, de la Piel de asno, de estas heroínas que nos deslumbran con la teleserie de sus vidas y tal vez por eso han perdurado por 100 años. Tiene elementos de fantasía que no son de nuestra realidad y están fuera de nuestro alcance. Él está de alguna manera motivado por los personajes de Charles Perrault. De alguna forma 'La Bella durmiente' la terminó convirtiendo en una metáfora final de su propia historia: Maggie que lo espera en Nueva York, como la princesa Aurora que espera a su príncipe. Y el próximo príncipe de su esposa es Raymundo Larraín. Los príncipes de Maggie son todos chilenos".

¿Qué destacaría de sus fiestas?
—"Eso también es extraño, porque la mitología de Google lo convierte en el hombre que dio la gran fiesta, pero el primero que hizo la gran fiesta fue un mexicano, Beistegui, que cito en la novela y que organizó una realmente lujuriosa en un Palacio en Venecia que incluso compró. Este personaje arrastra todo el boato mexicano. El hecho de que el Marqués de Cuevas le pise los talones y no logre ni siquiera conseguir un palacio para hacer su fiesta, sino que apenas un country club en un balneario de Biarritz, es como ser segundones. Pero igual la hace y le va muy bien, a pesar de que lo critican el Vaticano y el Partido Comunista de Europa, porque Francia está todavía en la posguerra: la mitad del país está viviendo situaciones extremas y este señor se permite hacer un festejo con muchísimos invitado".

 


 

Dos miradas: Joaquín Edwards Bello y Jorge Edwards

"Yo sabía muchas historias del Marqués de Cuevas, por mi mamá, por Carlos Morla Lynch, historias viejas. Lo del postre de lúcuma está contado incluso por Gonzalo Vial en la Historia de Chile, esa historia de que era tan pobre Cuevas que en una comida que dieron sus hermanas el postre de lúcuma no alcanzaba para él y cuando se lo pasaron por equivocación dijo no gracias, y después se puso a llorar", contaba Jorge Edwards en 2004, en una entrevista en "El Mercurio", a propósito de la publicación de "El inútil de la familia". Protagonizada por Joaquín Edwards Bello (1887-1968), el Premio Cervantes 1999 incluyó en su novela a Jorge Cuevas Bartholin como personaje. Por eso, se lo recuerda en aquella entrevista: "Después conocí historias de Cuevas en París, él era un personaje. Acá era un muerto de hambre, se fue a París como pudo y terminó dueño de los ballets, dando el baile del siglo. Para mí son personajes paralelos, Joaquín por un lado y el Marqués de Cuevas por el otro".

Justamente, al inicio de "El favorito de las viejas", Jorge Marchant Lazcano incluye una cita de "Criollos en París", de Joaquín Edwards Bello: "Tú te has dedicado a las cocottes. Yo a las ancianas aristocráticas. Las hago vibrar como violines recordándoles sus treinta años".

En los años 50, el autor de "El roto" escribió que "la palabra Cuevas es porte bonheur (tener suerte o amuleto) en el folclor chileno". Uno de sus temas favoritos fue la vida de este mítico empresario del ballet y que, según sus palabras, "nació snob". En "Criollos en París", aparece con otro nombre y es descrito como "pálido de piel, adornado de rosas cándidas en las mejillas, delgado, frecuenta con amistad retribuida a los últimos personajes de Proust". Fascinado con el personaje, Edwards Bello también escribió "El marqués de Cuevas y su tiempo" (Editorial Nascirnento).

Marchant comenta que la mirada desde la literatura ha sido "medio burlesca, como si se tratara de un personaje poco serio, al filo de la ramplonería, y que las cosas le suceden por 'chiripazo'. Al margen de que se convirtió en un marqués y sabemos que eso fue un chiste, porque el título al parecer se lo habría comprado, lo que más valoro es cómo llegó a convertirse en la cabeza de un ballet que sin duda tuvo gran importancia en el escenario de la danza mundial".

 

 


Carmen Gloria Larenas, Directora del Municipal de Santiago: "Marcia Haydée quedó marcada por el Marqués.
"El Marqués de Cuevas representó una época, el sueño de un mundo que había vivido la oscuridad de una guerra mundial y que buscaba la fantasía, los sueños, el olvido. Su excentricidad, personal y profesional, era parte de esa manera de mirar el mundo, de entender el mismo y de entender la danza siempre como un gran espectáculo. Ante todo.

Tuvimos varias conversaciones con Marcia Haydée durante la pandemia, pensando en un libro de su vida y, obviamente, revisamos el capítulo del Ballet del Marqués de Cuevas. Ella me decía que su paso por esa compañía, el haberlo conocido y a quienes formaban parte del grupo en esos años, la había marcado determinantemente como artista y creadora. Por todo lo que vivió, conoció y experimentó participando de proyectos brillantes, algunos locos, algunos improvisados, pero siempre, siempre, con vuelo creativo".


Jorge Andrés González, Director de la Fundación Cultural de Providencia y balletómano: "Contrató a Nuréyev, una vez que desertó del Bolshoi"
"Yo creo que del Marqués de Cuevas se ha escrito mucho, pero hay que destacar que puso el nombre de Chile muy enquistado, muy presente en el mundo del ballet. La gente que estudia la historia del ballet te habla del Marqués de Cuevas. Fue un gran empresario teatral. Lo otro importante es que él contrató a Rudolf Nuréyev, una vez que desertó del Bolshoi, estando en París. Inmediatamente lo contrata. ¡Mira el ojo! iMira la valentía para hacer eso!".

 

 

 

 



 

 

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El mítico Marqués de Cuevas vuelve a saltar a la novela.
"El favorito de las viejas. Una novelita sobre el Marqués de Cuevas", de Jorge Marchant Lazcano.
[Cuarto Propio, 2023, 106 páginas].
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