Los tacones de mi vieja resuenan por toda la casa, toc- tac- toc- tac. Anoche no dormí nada, finalmente, cuando me dio sueño, ya era demasiado tarde, así que preferí no dormir. Es temprano, una sensación extraña se apodera de mi estomago, este año de mierda se acaba ¡por fin! Un año que giró totalmente entorno a una prueba, un chiste fome, estoy chato, chato y aburrido de que todos los días me pregunten ¿y cómo estamos para la prueba? al principio respondía que bien, que estaba estudiando, me daba la paja de explicar cada una de las alternativas que tenía pensadas para mi futuro, todas científicas obviamente, nada humanista, mi papá me mata, aunque a mí no me daría tanta lata estudiar filosofía o música, igual toco la guitarra bien, o sea… piola, tengo una banda con el Danilo y hemos tocado en todas partes, en todas las partes que puede tocar una banda de liceo en una ciudad como Santiago. Igual mi papá me echaría de la casa si estudio música, así que estudiaré algo científico mejor, pensé en física, pero me pedirían que saque la pedagogía y no quiero ser profe (mi mamá es profe), no quiero terminar así.
Suena el celular, un mensaje —¡Levántate weon! nos vemos en la entrada… ¿llevo weed?— el Renzo, lo único que quiere es entrar volado a dar la PSU para después quebrarse con los cabros, sus papás no le tienen ni una fe, me gustaría que mi papá no me tuviera fe a mí y me deje estudiar música, o que me deje estudiar filosofía, o que me deje estudiar sociología, o que me deje estudiar antropología, o que me deje estudiar teatro, creo que teatro no, me da plancha, no me gusta que me miren mucho, aunque la Laura si es seca en teatro, me encanta la Laura, es linda, es media depre si, pero es linda, tiene una chasquilla que deja al descubierto sus ojos cafés redonditos como dos bolitas, su pelo es largo y rojo, super rojo, siempre que habla me mira como seria, como si me estuviese explicando la cosa más importante del mundo, como si me estuviese explicando el origen de la vida o la razón del ser. Creo que le caigo bien, supongo que es porque me gusta la filosofía y soy medio picado a músico, me habla con calma y me pesca cuando digo cosas o cuando doy mi opinión, al Renzo no lo pesca nada, es que igual Renzo la jotea pesado y la Laurita no es así. Yo le digo Laurita sólo en mis pensamientos, pero en clases le digo Laura, así a secas, como quien saca el corcho de una botella, me gusta más decirle Laurita en mi mente, es más largo, es como si su nombre se quedara en mi boca un ratito más, decir Laura, así a secas es más corto, es menos rico. En fin, la Laurita no pesca al Renzo, creo que lo encuentra tonto, al Renzo sólo le gusta la marihuana, a mí no me molesta, pero igual es pegado, a veces llega a clases volado, yo fumo en mi casa o después del colegio, antes no, fumo, después dos gotitas en los ojos y si llego muy volado a la casa paso directo a mi pieza, en todo caso, nunca hay nadie así que da como igual.
6:30 a.m./ casa/ “fuerza y fortuna” Fuckers Muckers
El reloj del celular comenzó a sonar, lo dejé a las 6:30, la mochila está lista y mi ropa ordenada sobre el velador, me siento al borde de la cama, mi mamá sigue caminando de lado a lado, toc- tac- toc- tac, siento los tacos, toca la puerta, el ruido de tacos se detiene, espera, como pensando que le voy a responder algo, no respondo nada, tengo sueño, toca una vez más y vuelve a lo suyo, salgo de mi pieza en pijama, voy al baño, me lavo los dientes, mientras me ducho coloco música del celular, el agua cae sobre mí, me despierta aunque sigo teniendo flojera, la hago corta y después me seco, me miro al espejo y contemplo los tres pelos huachos que sobresalen de mi bigote, me los afeito con la esperanza de que algún día vuelvan acompañados de un bigote de verdad, me arreglo el pelo, me siento en la taza del baño, me corro una paja pensando en la Laurita, después en la Maca, después en la Isa, después en la Lore, para terminar finalmente con la Laurita, limpio y me visto, impeque, miro mi cara al espejo y me doy cuenta que estoy medio nervioso, medio inquieto, como que todo lo hago rápido, como si fuera un robot, como si todo fuese el ensayo de una coreografía falsa, trato de calmarme, voy directo a la pieza a buscar mis cosas, mi mamá ya se fue, me dejó plata en el living y el desayuno en la mesita de la cocina, no como nada, no tengo hambre, cierro la puerta y camino a la micro.
Sobre el autor:
Julio César Ojeda Paredes, crece en Rahue Alto, estudia en el Liceo Comercial de Osorno, realiza sus estudios de pregrado en la Universidad de Los Lagos obteniendo el título de Profesor de lengua y literatura, continúa estudios en la Universidad Austral donde obtiene el grado de Magister en Pensamiento Contemporáneo y se especializa en semiótica y análisis del discurso en la facultad de teatro de la Universidad de Chile. Actualmente trabaja como profesor en la ciudad de Santiago.
Sobre la novela:
PSU es una novela coral escrita entre el año 2018 y 2020 siendo publicada por Editorial Camino en diciembre del año 2021. Texto coral (narrada por distintos personajes) que cuenta la historia de tres amigos (Ortega, Renzo y Laura) quienes al terminar cuarto medio se deben enfrentar con una prueba de admisión universitaria que definirá su futuro, sin embargo, esto al parecer no es lo que más preocupa a los personajes ya que la historia nos muestra las diversas problemáticas que ocupan a un adolescente y que representan gran parte de su imaginario. Novela de múltiples posibilidades que nos muestra tres versiones, tres vidas posibles del personaje principal (Ortega), unidas por la vida de un escritor que a mitad del relato muere producto de sus exceso con el alcohol y las drogas, dejando un gran misterio literario que dos de sus alumnos universitarios intentarán resolver internándose en las vidas de estos adolescentes.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Fragmento novela “PSU” de Julio Ojeda Paredes