Almanaque (Lanzallamas Libros, Junio 2010)
De Jaime Pinos
Y con ilustraciones de Nicolás Sagredo
Por Ernesto González Barnert
Quizás la gran enseñanza que podamos sacar de un libro tan duro, violento y seco donde la realidad del país es develada ásperamente, sin concesiones irónicas, sin perdón ni olvido, implacable, sea recordarnos que la poesía debe resguardar algo más que un mundo hecho de lenguaje. Y, claro, sin desatenderlo.
Aquí perito aúna capacidad técnica-poética para “proyectar un tono y modo de hablar”.
Discurrir el tupido velo con interesantes formas (pienso aquí en la parte superior de cada plana, no solo dialogando aparentemente con el texto abajo expuesto sino con la agenda propia del almanaque)
Acerando de fuerza, emoción e intimidad el país desnaturalizado y derrotado, el discurso general.
Sin duda, Jaime Pinos (Santiago de chile, 1970) vuelve a estar a la altura de su proyecto poético, de su crónica poética del Chile sometido y silenciado, de ese noticiario amordazado por el sistema imperante, vuelve a instalarse en la precariedad de la fisura real que cruza nuestra historia y política, que las estadísticas y la “realidad mediática” adornan, falsean o escabullen con el noticiario pagado por los poderosos y la educación que procuran al pueblo con sus personajes más burdos y vanos encerrados en un “pelotón”.
Trae a la vida no sólo el eco de la queja, sino el grito visceral que despierta del letargo y acomodamiento.
…Agenda o compendio, registro o efemérides de un país olvidado.
El Pago de Chile.
Un libro para hablar con los muertos.
Poesía como un Estado de cosas.
No future.
La hora del Chacal…
En definitiva, nuestro Almanaque… de cáustica conciencia y lucidez, de educación y vara, memorial. Léelo y recuerda que no hay borrón y cuenta nueva y que hay mucho por resistir y acometer, este libro es prueba de ello.