Otro año más
Otro año más, sin dinero,
con la barba a medio crecer, el pelo desteñido
los zapatos gastados, la ropa sucia
Otro año más, borracho incondicional
robando en las calles para conseguir otra botella
dando pasos en falso, ansioso de nada
Otro año más, quebrando la esperanza
arrojándola a la mierda
faroles, calles, autos, oficinas, corbatas, iglesias
santuarios, cementerios
Otro año más, equivocándome de pieza
olvidando a mi esposa, contando ovejas
matando el tiempo
Otro año más, en blanco y negro
viviendo apócrifo, clandestino oculto
tratando de escribir, aprendiendo a leer
Otro año más, cantando con la pluma
saboreando los sonidos, yendo hacia el espíritu
perdiendo el habla
Otro año más, desconocido
pero perfectamente identificado
por impuestos internos
otro año más conviviendo con la mentira
con los ojos rojos, la nariz rota
los nudillos chuecos
Otro año más, desechando amistades
corrompiendo cuerpos, matrimonios falsos
lagrimas secas, llorando por dentro
Otro año más, comiendo mariscos
para reducir la caña
o tomando cervezas para matar el pirigüín
Otro año más, de romances desechables
de jeringas oxidadas, de aperitivos de veneno
de besos con sabor a plástico, de arrebatos de venganza
Otro año más, celebrando otro año más
deformando la forma en forma, pasando por el pasado
encontrándose con las cosas, nombrando los nombres
Otro año más despilfarrando el hígado
con ambrosia, con apetito volátil
amando a la equivocada
abriendo el refrigerador vacío
Otro año más culeando con la mujer del vecino
rallando las paredes, acostándose en la aurora
desayunando a la hora de almuerzo
Otro año más, ansioso por un pucho
angustiado por un hijo, jugando a la pelota
escupiendo al cielo, chocando autos
Otro año más comiendo pichanga bajo la lluvia
tomando chicha, hablando otra lengua
leyendo filosofía
Otro año más, a ver si pasa algo
cosechando cogollos
pateando a la tele, vaciando botellas
meando en el piso, lavando platos
Otro año más escuchando personal
sentado en la micro, no funcionan los cajeros
un paco saca un parte, pierdo diez minutos
Otro año más, a la izquierda del mundo
desnudo en el crepúsculo, llegando tarde
no figuro en las listas
Otro año más, esperando mí turno
haciendo llamadas sin destino
con los labios morados
pantalones camuflados, me llevan en cana
Otro año más, instintivo, violento
disparando fuego, pendenciero del bar
semental de putas, expulsado del cielo
Normalidad Estupefaciente
Nos arrastramos babosamente
por los pasajes de los Barrios Convictos
a comprar la mercancía nativa
a unas duras familias de látex
En las Casa Químicas de los arrabales insurrectos
de callejones fallecidos con hedor a jarabe;
los interdictos angustiados por la agria abstinencia,
clandestinos a las miradas, esperan la extensiva intravenosa
para satisfacer su adicción antibiótica
Fugases pensamientos nocturnos
acribillan sus cabezas desmesuradas
mientras la vena extraña la droga
que estabilizará su sensibilidad trizada
¡Ya llega el analgésico! Con horas de atraso
¡Las tercianas intermitentes por fin serán aplacadas!
Cuando la aguja anexe en el ritmo de la sangre
el medicamento Anárquico
multiplicador de los recuerdos
custodiados en el nicho de sus mentes
que los devolverá a la normalidad estupefaciente
El megáfono trasnacional,
sigue vociferando las ofertas narcóticas,
sostenido por la mano postiza
de un muñeco toxicómano travestido
Brindis
Arrojados en una esquina erosionada
como una carroña inconstitucional
los mendigo y borrachos
empinan sus prematuros vasos
para saborear la ultima cuota de vida
que satisface a sus cuerpos inveterados
deteriorados por la vendimia callejera
Antes de desvanecerse
en las raquíticas aceras
beben la tinta matutina
que inunda a sus obstinadas venas
para alentar a su dinastía beoda
para afinar a sus cuerpos caídos
en un desteñido sueño de vino
Un tótem asqueado mira arruinado
la trama pringada desde un puente
y solo piensa con lujuria
cuando llegará el día de su muerte
. .. .. . La última cosecha
Embriagándome en las cantinas del insomnio
derrocho la pubertad de las noches
para refrescar mi adulterado cerebro
con las cosechas de los últimos años
Los albores de mi áspera memoria
surgen con el quito vaso
como estampidas sicópatas
eyaculando en las neuronas marginales
de mi crapuloso intelecto
Y con un chorro de libido incondicional
que brota de las convulsiones intelectuales
escribo sobre las mesas arrugadas
en líricas borrachas, los averiados recuerdos
que me dejan yerto el pensamiento
Aislado en el esplendor opulento
de la hecatombe literaria
se van reduciendo las superficies irregulares
en donde inscribo las reseñas temblorosas
citadas con la caligrafía disléxica
de mi puño aturdido
por la eclosión del conocimiento
Escanciando más vasos de vino
para aumentar el octanaje cítrico de mi estado
bebo hasta el paroxismo de las posibilidades
y como un cadáver ebrio
que ha dejado el discernimiento
en las cavernas del olvido
me enarbolo sobre las sillas pigmeas del enano bar
impulsado por el furor de la inconsciencia
para escupir en dionisiacas diatribas
como un profeta paranoico de sus remembranzas
mi verborrea frenética
sobre los solemnes oídos de los caballeros
circunspectos que consumen sus copas de champagne
conversando prósperamente
sobre los asuntos del psicoanálisis
Soy exiliado de la comarca etílico
por mi díscolo comportamiento asocial
y expelido en el vacío de la urbanidad
voy diseminando sobre las veredas eclipsadas
las palabras veteranas de la bohemia callejera
amortajadas con el tejido de los significados
Al amparo de los astros lunáticos
sobre una atorrante cuneta
queda mi cuerpo botado, inerme
sobre los bosquejos de un poema
mal escrito
Delirio
Destellos falsos
iluminan mi mente
vulnerada por la resaca existencial.
Gotas de delirio
emergen de mis poros
mendigos de oxigeno.
UN LITRO MÁS...
¿acabará con todo esto?
Pero continúa el circulo magnético
de la fuerza de gravedad de mi hermenéutica
disuadiendo la premisa de mi cuerpo rebelde
en un estallido crepuscular.
¡Sólo quiero llegar a la aurora del día!
Destrozado por la amalgama
efervescente de las botellas
ordenadas anárquicamente
por el ego dipsómano de quien las bebe
Mi sensibilidad en la postrimería aúlla
desnudada en pulsiones de mal estar.
Al amparo del lenguaje quedan mis ideas
y tropezando con las palabras balbuceo:
UNA CERVEZA POR FAVOR.
El camarero con mirada de envase retornable
me recuerda la cuenta.
Mi mujer insatisfecha
me pregunta por el amanecer.
Yo, impávidamente pruebo un sorbo
y solo escucho un pensamiento agudo:
¿UN LITRO MÁS ...
ACABARÁ CON TODO ESTO?
Quimera
Cuando encuentro cien pesos abandonados
en el asiento de una micro destartalada;
pienso en tu cuerpo, recuerdo tu número
busco un teléfono, enciendo un cigarrillo
meto la moneda, marco los dígitos
contesta una grabadora:
“este número no tiene teléfono...”
Animal
Cuando hacemos el amor
las murallas de la habitación se derriten
y la luna llena me saca un rostro de animal
Ella tiene un cortaplumas para defenderse
de mi garra que hace daño y no acaricia
Por las calles
Las calles están oscuras
puedo sentir el aroma de la desolación
los mendigos deprimidos duermen
sobre los colchones de basura
aburridos de la sociedad del espectáculo
que los suicida día a día.
El cemento es la base de mis pasos cáusticos
y me rindo cuando no encuentran un refugio
en los causes de las veredas
o en alguna plaza de bajo voltaje
de columpios huérfanos
que me enseñe sus bancas
para el dormir de este andar autárquico.
Llevo el vértigo tatuado en la esencia
entrelazado con intuitivos romances misteriosos
que se posan en mi cuello como parásitos vandálicos
succionando en cámara lenta
la tinta que desgasta mis venas.
¡Tengo el corazón negro!
En la muerte constante de la sensibilidad por la vida
se abre la miseria de los caminos con velocidad
para encontrar algún núcleo de unión.
¡Vomito la escritura del dolor del espíritu!
Con nauseas me desdoblo en una esquina clandestina
observado por las fingidas propagandas de cervezas.
Envuelto en una semilla voy girando violentamente
poseído por la ira de satisfacer a un caucásico cuerpo.
Debajo de unas escaleras descubro
a un octogenario con arcadas de alcohol.
Le convido un cigarro.
Con fatiga retorno al sin lugar de mi estancia
Suicida
Abro las cortinas del cuarto oscurecido
para que la luz invada nuestro cándido despertar
todavía duermes, desnuda
aletargada por un sueño balsámico
Las zorzales mate revolotean cínicamente
entre el vaho de las fábricas de insecticidas
denunciando el fin de los días viriles
Allá abajo en las calles teatrales
el fraseo de los traficantes ambulantes
ensordece la música que emite el tocadiscos
en las alturas de nuestra habitación pagana
El bullicio de la colmena humana
me hace pensar en lo estéril de lo social
estornudo la vida en una bocanada de humo
aún sigues dormida, en alguna nube erógena
Todo se pierde en este embrollo mundano
lleno de entradas pero sin salidas mediocres
Mi voz se debilita en el fracaso del decir
Tomo impulso... y decido saltar
La vida es empujada
al precipicio de la existencia
su gota se diluye
y no vuelve a nacer
El perro
Con pisadas de hambre voy buscando el alimento
en los desechos artificiales
de los campamentos del mundo
Emigrante sin territorio, extraño de los lugares
voy en el punto de fuga de los paisajes utilitarios
sin ser domesticado por los malabares humanos
De costillas marcadas, de olfato fino
siempre voy a la siniestra
de los nómades solitarios
que serpentean por los bordes
de los países constreñidos
De mis huellas no hay registros
no hay nombre en mi camino
mi sangre herética no reconoce atavismos
Soy un quiltro que recicla el destino
Día h3
El aliento de la tecnomecánica
envuelve con su aroma de combustible
a las urbes coaguladas
en los paraderos pirotécnicos
Las personas sentadas en las micros
viajan vestidas de papel velorio
llevan un torniquete en el cuello
que hincha sus rostros carburantes
Orinando bencina por los tubos de escape
se esparce el rocío de la vitamina hedionda
sobre los intestinos de una mujer mortecina
a quien le extirpan un feto barbitúrico
Los auto- móviles hormiguean beligerantes
sobre el andar paulatino de la mendicidad
chocando contra los ornamentos lisiados
baluartes de la hechura del orden civil
Motocicletas redundantes
llevan a las parejas eclesiásticas
sobre sus lomos sintéticos
hacia los confesionarios profilácticos
para expiar la bujía de sus culpas
rezándole al recalentado Dios motor
Días hidráulicos
aceleran a los empresarios ortopédicos
caminando por las avenidas atómicas
con su prótesis capitalista
injertada a su barbarie corpórea
Elecciones
Rostros fatídicos cuelgan en serie
de los postes del alumbrado
La ciudad esta tapizada de afiches políticos
con canallas de terno de sonrisa impostada
¡Quién puede creer en estos monigotes!
Las vías están llenas de confetti y banderas
Gritos, himnos y discursos soeces
mendigan votos a una flaca audiencia
que sólo siente el croar de sus tripas de hambre
Whisky en sus casas mansiones
y banquete para la logia
El pueblo es un animal al cual hay que domesticar
dice el futuro alcalde con pedofília
mientras espera el pedido infantil
que le traerá un pendejo gay
Vota, elige, pero hazlo como un cachorro domado
Protesta
Molotov y piedrazos consonantes
estremecen la modorra
de los conventillos adrenalinicos
Los murales de libertad son borrados
con la sangre del guerrillero metropolitano
Los encapuchados sulfurados disparan sus hondas
contra la ignominia millonaria
y los cafiches del Estado
que no quieren dejar de lactar
de la ubre económica
de la gran vaca
de fantasía imperial
Los neumáticos arden sobre las chúcaras veredas
detonando el himno polígloto
de la resistencia callejera
Los polizontes esparcen la balacera analfabeta
sobre los parapetados en una esquina piojosa
La televisión con sonrisa de cosméticos
anima con la sorna periodística
los disturbios del hambre
Las barricadas resisten
Los combatientes evolucionan en ánima
en una calle hacinada de panfletos
Fragmentos biográficos
1
Antes de nacer en el mundo obtuso
insertado en una semilla sin historia
viajé por la galaxia hasta colisionar con un satélite
en el tiempo en que Yo no era
2
De las fiestas de la vendimia dialéctica broté
de los valles de floripondio
y de animales abstractos
en una noche exorbitante de estrellas
rodeado de aborígenes extemporáneos
procesando el engañador licor de la uva
3
La máscara de mi devenir se descascaró
en una calle roja de espanto
cuando recorría incansablemente los trazos
erectos metropolitanos
dominado por la impaciencia de algo invisible
El hígado se reventó
chorreando el jarabe pretérito
en el discurrir de un río contaminado
que desemboca en el mar menstrual
de arrecifes de basura
4
En los callejones discriminados
las parejas cosmopolitas se besan
encerradas en sus burbujas erógenas
5
Santiago es un campo de concentración
nutrido con la muerte diaria
donde prevalece el pellejo muchas veces humillado
antes de ser esqueleto sin sepultura.
Sin narración digestiva
a la espera del desenlace obligado
fumamos la hoja repudiada del sexo maduro
enrolada en nuestros dedos de hierba
con los epitafios en el limbo
de nuestros pensamientos
6
En el crepúsculo de sangre
despierto en una cama ajena
después de navegar por un sueño alérgico
caigo por el abismo del perpetuo error
hasta una carretera metafísica
7
No puedo ecualizar el sonido de la Naturaleza
8
Después de la cena sin mundo
ya no tengo una historia de la celda
donde nos pusieron con mi compañero
dispuestos a la lujuria renovada
en los prostíbulos del retorno caer
rodeados de busconas corsarias
9
Un vaso se quiebra derramando el veneno
tiñendo la tarde de azul
Quiltro
Paseo por los parques sin ningún destino
mirando el sincronizado viaje de los teleféricos
o recogiendo las hojas desprendidas de los árboles
para hacer figuras que inventen un futuro envejecido
En las noches bebo en los tugurios hasta el hastío
como un viejo extra terrestre que atraviesa los siglos
enajenado por rebeldes sentimientos promiscuos
que aceleran mi andar por los callejones del suicidio
Ladro historias decrépitas de orgías prolongadas
en los oídos desgastados de los héroes insaciables
que se acribillan con la sonrisa de sus navajas quiltras
secuestrados en los sótanos de la perdición venérea
Sombras narcóticas crecen de las grietas del pavimento
matizando mi camino solitario
con sus prodigiosas siluetas de vileza
acompañando el viaje carnívoro
con sus delirantes danzas
que secan el aire del paisaje tórrido de la gula nocturna
La ciudad derrotada cae sobre mis hombros diariamente
y cargo con los escombros de la angustia marginal
perdido en la vanguardia de la trayectoria mestiza
me hundo con el esqueleto del continente
hacia la muerte que me espera con nostalgia