Proyecto
Patrimonio - 2013 | index | Javier Peralta Rojas | Maori Pérez | Autores |
Domicilio En Llamas, de Javier Peralta Rojas
Próxima novela de Ajiaco ediciones
Por Maori Pérez
.. . .. .. .. .
La novela “Domicilio en llamas” abre con un relato estilo “primera fábula para el ex-pedagógico estudiando Castellano”, que, bien se sabe, es un género diferenciado del primer cuento para U. de Chile, o del primer libro, por su compromiso social y en su estilo (originario mapuche); del mismo modo, su autora es una perna que suele ir a clases con un enorme sobretodo como único abrigo conocido. Introducción que describe una escena anti-sistémico-apocalíptica en que todos los valores conocidos son sepultados, lo cual dispone a su vez esta especie de caña de los tiempos que sufre el protagonista del libro, a quien conoceremos por sus juicios de realidad (tractatus nietzscheano), por su poética, por una narrativa donde su lugar principal en la narración cede a la omniscencia de una mirada general sobre el mapa decadente de la urbe, en una crítica constante al status quo que puede provenir del desamparo nihilista de la resaca eterna (aunque no lo sea, finalmente) o de un comunismo degradado, un existencialismo que provoca a diestra y siniestra a las ideologías zombies o de plano muertas del capital, la crítica al capital y la religión. La narración como acción siendo concretada por un personaje recién comienza en la página 20. A partir de entonces, el narrador sale de casa a tomarse unas copas con un amigo (“deambular, deambular por las calles era restituirle valor a la experiencia callejera, esa que desconcierta tanto a la burguesía tecnócrata y a sus timoratos intelectuales amparados en la teología”), vuelve a casa tras orinar en la calle (“De la orina salían letras sueltas arremolinadas, formando sílabas, luego palabras, después frases, y al rato textos enormes que se inscribían en los muros. ¡La Ciudad Letrada! -pensé- no, es el Panóptico, me urgí, qué mierda, la sentencia está escrita en el cuerpo citadino, escapé”), observa el patio de su casa por la mañana, sale a tomarse una cerveza solo, termina en el aeropuerto y camina hasta más allá de una iglesia, en donde observa el advenimiento del tsunami, cuota de esperanza (donde la hubiere) en esta fantasía semi-adolescente (por ende, todavía letal, todavía humorosa), que pende hacia la semi-totalidad al estilo Thirteenth Step de A Perfect Circle (nueve capítulos cuyo décimo exponente perfectamente podría armarse a partir de la devastación), o tal vez una novela de orden invertido, o tal vez un conjunto que depende del título para terminar de equilibrarse. En cualquier caso, un conjunto equilibrado, capaz de nombrar el desequilibrio precario del punketa modelo que escucha Fiskales Ad-hok esperando que algo pase / por encima de todo.
