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PRESENTACIÓN DE LA NOVELA
“PÁGINAS SELECTAS DEL DIARIO DE DENISSE” EN FILSA 2018
Por José Petermann Oliva
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Mi agradecimiento a Malucha y a Ángeles, que tan generosamente han presentado mi primera novela. Reitero las gracias a María Eugenia, cabeza de Forja, por su acogida en su casa editorial. Me siento honrado de ser antecedido por tan notables mujeres, especialmente hoy, día de la mujer en FILSA. Gracias a todos, todas y todes los que me acompañan.
En este lugar, cincuenta y siete años atrás, observaba la ruidosa partida de los trenes que iban devorando la línea férrea infinita. Hace cincuenta y siete años, con entusiasmo infantil, esperaba en el andén el sonido del silbato que daba la partida al tren que me conducía a Valparaíso. Y, ya entonces desarrollada mi tendencia obsesiva compulsiva por leer, descifraba unas letras grandes amarillas que se impregnaban al metal vinotinto del carro: FERROCARRILES DEL ESTADO. Después, de un salto, superaba los dos escalones que me conducían al interior del vagón. Tras el acompasado viaje, llegaba al puerto principal, donde me esperaba, no una porteña buenamoza, sino mi padrino, habitante de un chalet tipo inglés en el Paseo Atkinson, con vista al mar…
Hoy, y desde el retorno a la democracia, la Estación Mapocho es un Centro Cultural. El que fuera andén acoge por estos días una heterogénea oferta de libros, estacionados en interminables mesones para el deleite de ávidos lectores, atraídos por los precios increíbles. Los rieles fueron reemplazados por una plataforma que permite la convivencia de los expositores y los entusiastas e incansables caminantes. ¿Y los trenes?...
Hace treinta años conocí a Denisse, hija mayor de Patricia, objeto de mi máxima admiración. Tenía ocho años expresados en un lánguido cuerpo, con finísimas manos de blanco cristalino y dedos infinitos. Cuando la tomaba en brazos, su cuerpo colgaba lacio y su mentón se apoyaba en mi hombro. No hablaba, pero me regalaba una sonrisa dulce y expresiva acompañada de una femenina verborrea de sonidos vocálicos indescifrables, que clamaban como Altazor al final del canto VII. La mirada de Denisse, entonces y ahora, le dedicaba mayor atención a los hombres que a las mujeres, motivo por el cual en el Centro de Rehabilitación donde se atendía, CERPAC, la distinguieron con el premio a la más coqueta.
La Denisse real necesita anticonvulsionantes que controlen los exabruptos involuntarios de sus extremidades, no camina y carece de fuerza muscular para desplazar su cuerpo, que yace en cama o sentado, no posee lenguaje doblemente articulado, pero se comunica con la mirada, con gestos de aprobación y disgusto, arruga el entrecejo, “hace ojitos” y regala adorables sonrisas, que, a veces, las eleva a la categoría de sonoras carcajadas. También llora, pocas veces llora. Su cuerpo contiene un cúmulo de emociones siempre a punto de estallar. La Denisse real espera con ansia la visita y compañía de kinesiólogos, tíos, primos, nana, mamá y tío José, expectante en su inmovilidad. Denisse quiere compartir sus sonidos vocálicos y sus emociones… Para sorpresa de todos, la Denisse real, en la actualidad, es admiradora de la ampulosa doctora Polo y sus casos cerrados…
Hace tres años, me pregunté por el mundo interior de esta angelical muñeca de porcelana: ¿qué piensa?, ¿qué opina? Entonces, empecé a verter en el papel ese supuesto mundo ignorado. Denisse como narradora en primera persona.
La Denisse de la ficción sueña con ser primera figura del ballet del Municipal y eximia bailarina; se desplaza, asciende a mundos imaginarios, busca el cielo levitando como Remedios la Bella, acompaña a Peter Pan en busca del País de Nunca Jamás para disfrutar de la infancia social desconocida, aletea como Alsino y vuela cual gaviota hacia la playa y el mar. La Denisse de ficción se viste de Sirenita, desafía el oleaje y con gestos heroicos insufla vida a un príncipe moribundo, se enamora, respira un aire sin contaminación, expresa el deseo de abrazar con las fuerzas que no tiene a su madre y a su hermano lejano. La Denisse de la ficción reflexiona y comunica sus inmensos valores asociados a su inteligencia social, consuela al desolado Alfredo José, aprecia el arte en sus diferentes manifestaciones, no tolera la injusticia y sueña con un mundo más humano y solidario.
Denisse sueña y qué importante son los sueños, iluminan hasta nuestros rincones más sombríos y nos impulsan a una vida mejor… Los invito a compartir los sueños de Denisse…
¡Muchas gracias!
Santiago, 31 de octubre de 2018.
Durante la presentación.
