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PÁGINAS SELECTAS DEL DIARIO DE DENISSE
Presentación
Por José Petermann Oliva
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Agradezco la asistencia de todos los presentes, muy importante compañía y estímulo en este lanzamiento hacia las constelaciones públicas del universo editorial. Vuestra asistencia tendrá una recompensa al finalizar mis palabras en los líquidos etílicos y no etílicos que podrán libar con fruición por tan loable ocasión y que honrarán vuestra participación en este acto.
Mi gratitud a María Eugenia de editorial Forja, que, con entusiasmo y gran calidez, acogió el manuscrito de mi primera novela. Mi gratitud a mi excompañero de la 
Universidad de Chile, valioso señor de las tablas y encantador de las aulas, crítico literario y narrador, generoso amigo, Mario Valdovinos. Mi gratitud a mi colega de la docencia y compañero en la ruta literaria, Luis Gutiérrez, reconocido escritor, gran gestor de esta emocionante aventura, estímulo constante. Y mi reconocimiento a la súper woman que es Patricia, “una mujer fantástica”, quien logró comprender, cual doncella medieval, el valor del ocio y de mi silencio consagrados a la lectura y a la seducción de la musa Calíope.
En el año 1988 conocí a Patricia y conocí a Denisse. Tenía ocho años (Denisse). Se desplazaba reptando, con la energía de sus dinámicos codos, por el parquet de un largo corredor de una antigua casona de la calle Suecia. ¡Un esfuerzo considerable, reflejo de su perseverancia por superar sus limitaciones! Pero con el correr de los años, mejor dicho, con el paso a paso de los años, Denisse alargó su cuerpo y aumentó su peso y no tuvo fuerza suficiente para seguir impulsándose por sí sola. Así, su movilidad empezó a depender de los demás, de quienes la tomaban en brazos para trasladarla de la cama a la silla de ruedas. Su cuerpo desequilibrado tenía una natural tendencia hacia la izquierda y había que fajarla en la silla para que no insistiera en esa tendencia. La curvatura de la espalda, cual rama torcida, retomó la línea recta con la instalación de una barra de titanio, lo que agradecieron los pulmones oprimidos y Denisse se sentó erguida; el árbol torcido enderezó su tronco y se iluminaron sus ramas debilitadas. Denisse nunca se arredró; por el contrario, asumió estoicamente la dependencia de sus cercanos, desplegó su simpatía y su inteligencia social; con entusiasmo disfrutaba compartiendo con todos los visitantes y regalaba su mejor y coqueta sonrisa. Como hoy en día, treinta años después. Y siempre comunica algo con su propio código no verbal. Sus muecas, guiños y miradas han reemplazado a su voz ausente. Con risas y llantos transmite sus emociones, en tanto las palabras se ocultan en el subconsciente, renuentes a exhibirse doblemente articuladas.
Hace dos años, me empecé a preguntar por aquel mundo interior de Denisse, ansioso de expresarse como todos. Sentada frente a mí, con la cabeza gacha, esforzó sus ojos para mirarme y mantuvo la mirada acompañada de una tibia sonrisa. Comprendí que su mirada escrutadora está ávida de aprehender su entorno y de asimilar información; analiza muy atenta todo su campo visual: desde la delgadez de sus blanquísimos dedos hasta las flores que perfuman su jardín. Su memoria debe absorber cual esponja los gustos, valores y referencias culturales de sus interlocutores cercanos. Su corazón generoso acaricia la piel con la fuerza de su afecto, más intenso que sus débiles brazos. Sus pensamientos manifiestan su valoración del mundo terrenal y espiritual, y reprueban los abusos e injusticias sociales que corroen este mundo... Su imaginación creativa vuela por los cielos claros con movimientos ilimitados, sin restricción, transformándola en bailarina, hada o princesa… ¿Por qué no adjudicarle una voz a ese mundo interior? ¿Por qué no trasladar a las páginas de un libro ese fecundo ámbito imaginario?
La historia de Denisse de esta novela abarca las cuatro estaciones del año, desde el otoño gris hasta el auspicioso verano. Como una constante, la luz del optimismo y del apoyo permanente de quienes soñamos con su rehabilitación.
Los invito a deambular por las Páginas selectas del diario de Denisse. Es una novela, una ficción. Cualquier semejanza con la realidad es… intencional.
Ñuñoa, 10 de enero de 2018.
