La antipoesía no requiere ser celebrada como una forma de escritura totalmente nueva; por supuesto que no lo es. De hecho su novedad es paradójica: los temas y los lenguajes antipoéticos son nuevos para la poesía, pero no para la sociedad. Esta determinación de acercar la poesía a la realidad, investigando las posibilidades del realismo mediante una experimentación formal constante, tal vez sea el elemento central de la antipoesía. Esto escribe Niall Binns en su semblanza de Nicanor Parra. Acercar la poesía a la realidad. Situar la poesía, pensarla, escribirla, en el mundo y sus alrededores. Hacerlo a través de la práctica de una poesía experimental. Una poesía que hace de la exploración de las formas, sus variaciones y usos posibles, una epistemología, un modo de construir conocimiento sobre lo real.
Desde ese ángulo, podría leerse la antipoesía como una forma de documentalismo. Documentalismo entendido como un conjunto de prácticas y estrategias que comparten y trabajan con el mismo problema. La comprensión de la realidad. El abordaje de la complejidad de sus representaciones. De hecho, La representación de la realidad,(pdf) se llama justamente el libro canónico de Bill Nickols sobre los distintos registros del cine documental. Parra sitúa su escritura en torno a esa pregunta que se impone a cualquier estética de la belleza. Como escribe Iván Carrasco: La antipoesía está escrita fuera y en contra de los cánones habituales de belleza; su pretensión no es provocar una vivencia estética en el lector, sino una vivencia de lo real, para lo cual el texto es un mediador verbal artístico que posibilita la vinculación con el mundo real señalado en el texto. Al antipoeta no le interesa la elaboración artística del lenguaje, sino que esta sea o parezca real, para lo cual aprende de la calle, de los libros, del discurso marginal del rotito, del campesino o del neurótico, de seres reales como su padre, su madre, sus hijos o Domingo Zárate, de personajes ficticios como Hamlet. La antipoesía, igual que el documentalismo, son poéticas de lo real. El antipoeta, tal como el documentalista, construye sus textos haciendo trabajo de campo. Aprende de los libros pero, sobre todo, de la calle, de los discursos marginales que escucha mientras se mueve en el mundo.
En el mismo sentido, el antipoeta/documentalista puede ser pensado como el director de una película de found footage. Un recolector que reúne experiencias y lenguajes, pedazos de realidad, para combinarlos luego en el montaje. Todo es poesía. Menos la poesía escribió Parra. De alguna forma, esos versos definen este trabajo de búsqueda y selección en terreno. Como escribe Ibañez Langlois: Todos los materiales de uso y abuso cotidiano del mundo contemporáneo pueden ingresar por la puerta real en el orden poético si hay suficiente intuición para rescatarlos como medios expresivos. Esa intuición, esa capacidad de observación más bien, es fundamental para el antipoeta/documentalista que indaga en la realidad y sabe que se desplaza en un espacio inestable. Sabe que, como dice Parra, la realidad tiende a desaparecer.
El lenguaje de los hechos
Parra, 1948, en 13 poetas chilenos, antología de Hugo Zambelli: Huyo instintivamente del juego de palabras. Mi mayor esfuerzo está permanentemente dirigido a reducirlas a un mínimo. Busco una poesía a base de "hechos" y no de combinaciones o figuras literarias. En este sentido me siento más cerca del hombre de ciencia que es el novelista que del poeta en su acepción restringida. Esta Declaración preliminar, publicada seis años antes de la aparición de Poemas y antipoemas, traza una coordenada importante para la antipoesía. En este pasaje Parra habla sobre su búsqueda de una poesía a base de hechos.
A base, dice. No en base o basada en. Una poesía que asume los hechos como insumos o materiales de construcción. Una poesía que quiere estar hecha, constituida por los hechos de la realidad y no por sus representaciones. En este sentido, la antipoesía se sitúa en el espacio de lo documental. La ficción puede estar basada en historias reales. Sin embargo, su pretendida plusvalía documental está más bien dirigida a los modos de recepción. Los hechos no son allí los protagonistas y más bien sirven para reforzar la ficción. Este distanciamiento implica también la exoneración de sus responsabilidades retóricas y políticas. A menudo los relatos basados en hechos reales encubren, tras ese velo seudodocumental, puntos de vista y sesgos ideológicos.
El poema definitivo será el poema de los hechos, escrito en su lenguaje, escribió Wallace Stevens. La poesía de Parra quiere estar escrita en ese lenguaje. Hablar ese lenguaje. Un lenguaje contraficcional y objetivo que busca liberarse de todo prejuicio y toda retórica para comprender lo real. En la realidad no hay adjetivos/ ni conjunciones ni preposiciones (…) en la realidad sólo hay acciones y cosas escribe Parra en Sermones y prédicas del Cristo de Elqui. Toda la antipoesía podría leerse desde este ángulo. Como un documental filmado por una especie de etnógrafo que enfrenta la realidad de los hechos cámara en mano y muestra lo que ve. Yo no ofrezco nada especial, yo no formulo hipótesis/Yo sólo soy una cámara fotográfica que se pasea por el desierto escribe en el poema Mil novecientos treinta. Y más adelante, en el mismo poema: Yo no disminuyo ni exalto nada/Me limito a narrar lo que veo.
Narrar lo que se ve, dice Parra. Carta a Tomás Lago desde Oxford, 1949: Estoy convencido de que el poeta no tiene el derecho de interpretar sino simplemente de describir fríamente; él debe ser un ojo que mira a través de un microscopio en cuyo extremo pulula una forma microbiana; un ojo capaz de explicar lo que ve. Si Dziga Vertov, pionero del documentalismo cinematográfico, habló de su cine como cine-ojo, la antipoesía podría definirse como una poesía-ojo. Una poesía que despliega una mirada y ve hechos, acciones, cosas. Una poesía realista donde, como escribe en Advertencia al lector, no aparece en ninguna parte la palabra arcoíris. Pero sillas, mesas y ataúdes figuran a granel.
News from Nowhere
Me recuerdo adolescente, sentado en la butaca de un cine de provincia, esperando la película. Veo el noticiero El mundo al instante en la pantalla. Los noticieros cinematográficos fueron, hasta los años sesenta con la televisión, un registro importante para el desarrollo del cine documental. La antipoesía, en muchos momentos, adopta el formato de un noticiario. Un noticiario bien diferente a la crónica oficial, desde luego. Uno que informa las otras noticias, las que no aparecen en los diarios. Uno donde el lugar de la noticia es ningún lugar. O todos los lugares.
La fotografía es de Sergio Larraín. Fue tomada en 1965. Aparece Parra de pie, está en la calle. Viste traje, abrigo largo y sombrero. Está hojeando un periódico. Se alcanza a leer el titular: 9 cadáveres y 42 desaparecidos. Parra siempre leyó las noticias. Lo hizo desde pequeño. Alguna vez narró esa escena de infancia. La vivienda pobre en la calle San Pablo. Los muros de adobe empapelados de páginas del diario, una encima de la otra. El niño que fue, observando atentamente esas palabras, esas imágenes. Aprendiendo a leer.
Poesía son noticias que siempre serán noticia, dice el verso de Williams. La poesía de Parra está llena de ellas. Poemas noticiario que registran los hechos y muchas veces funcionan como almanaques que recogen los acontecimientos de un año particular. En el poema Mil novecientos treinta el propio hablante se define como un registro de fechas y hechos dispersos. En 1957 el poema se construye como una enumeración caótica de acontecimientos ocurridos durante su transcurso. Como los titulares de un diario, se combinan los hechos de la crónica con apuntes literarios o escenas de la vida personal. En 1979, la descripción de lo que pasa en la calle, a 3 o 4 cuadras del Pedagógico, sirve como composición de lugar para transmitir la agobiante atmósfera en que transcurre la vida diaria durante la dictadura.
Los textos escritos en las tarjetas de los artefactos, podrían ser los titulares de un diario satírico cuyo director es el propio Parra. Un trabajo con las noticias, más allá del soporte libro, que se inició en 1952 con la instalación del Quebratahuesos en la vitrina del restaurant Naturista de calle Ahumada. “Broma periodística” hace reir a Santiago consigna un periódico de la época, junto a la foto de los transeúntes que leen agolpados en la vereda. Ahí se ve con toda nitidez la relación de la poesía con el periodismo. dice Parra, Claro que el Quebratahuesos es la burla total del periodismo, consiste en artefactos.
News from Nowhere es una serie de poemas publicados en 1975 en el primer y único número de la revista Manuscritos. Dirigida por Ronald Kay, la revista incluyó también la reproducción de los Quebrantahuesos. Los materiales de News from Nowhere son presentados como manuscritos abandonados o rechazados por Parra, no incluídos en ninguno de sus libros. Los textos van precedidos de una presentación sin firmar que dice: News from Nowhere sería un focusless field, que se ha ido armando solo, a pesar y en cierto modo en contra del autor, al interior de una temporalidad vista en expansión. Errático, el Nowhere irrumpe con su noticia libre de controles.
(2016)
Parra lee los diarios, trabaja con noticias. Muchos de sus poemas están hechos a base de ellas. Pero no se trata de cualquier noticia. Como dice la nota en Manuscritos, Parra se mueve y escribe al interior de una temporalidad vista en expansión. La selección de los hechos que incluye en sus poemas responde a una lógica bien distinta a los dispositivos de repetición de la industria de lo noticioso. Las noticias que le interesan a Parra provienen de otras fuentes, vienen desde otra parte. Desde el Nowhere. Donde la noticia puede vulnerar todos los controles. Si, como escribió el poeta Walter Lowenfels, la poesía es la continuación del periodismo por otros medios, la antipoesía es una estrategia que reafirma la libre expresión, la libertad de prensa.
Alguna vez leí que los noticieros de televisión chilenos son los más largos del mundo. Tal vez este aspecto de la antipoesía, su trabajo con lo noticioso, responda en alguna medida a cierta pulsión nacional. Diario El mercurio, entrevista en 2001. Pregunta: Chile, ¿país de poetas o de amargados? Respuesta de Parra: Chile, país de periodistas.
Temporal
El invierno de 1987 / es el más crudo de la historia de Chile. Así comienza Temporal de Nicanor Parra. La catástrofe de ese invierno crudo es el hecho que gatilla la escritura de este texto, perdido por 25 años. Parra me había hablado muchas veces de ese poema, cuenta Adán Méndez, de hecho, me hablaba de él cada vez que llovía fuerte. Y contaba que lo había extraviado, que seguramente estaba en alguna parte, pero que lo tenía perdido. El 2007 el crítico brasileño René de Costa le habló a Méndez de doce cintas con conversaciones que había grabado con Parra en Chicago, en 1988. Parra lee completo el poema en uno de los casetes, desde donde fue transcrito para su publicación.
El desastre tuvo proporciones históricas. El último día de junio empezó a llover y no paró hasta 11 días después. Cayó más agua que en todo un año. El río Mapocho se desbordó. Hubo cortes de caminos y puentes en toda la zona central. 175 mil personas quedaron aisladas. Esto ocurre en un contexto político de alta intensidad, marcado por acontecimientos como la venida del Papa Juan Pablo II y la masacre de la Operación Albania. Se viven las postrimerías de la dictadura y el mal tiempo, en sentido literal y figurado, azota con fuerza al país.
Temporal es un poema largo dividido en 29 unidades o fragmentos. En él, Parra trabaja para urdir su texto con los hechos y los discursos que circulan sobre el desastre. Inundaciones, cortes de luz, damnificados, saqueos. Informaciones oficiales del Estado, noticias de prensa, conversaciones callejeras, lecturas políticas, interpretaciones históricas. Materiales diversos que se combinan en una construcción de lenguaje cuyo principio fundamental es el montaje.
En algunos momentos, el poema se presenta como un programa informativo. Un noticiario que interrumpe y retoma sus transmisiones. Como en Hambre en las poblaciones: Éstas y otras noticias de interés/ En la segunda parte de nuestro programa. En ese programa se recogen, como si fueran cuñas, una pluralidad de voces que incluye desde personeros de gobierno hasta el mismo río.
Temporal puede leerse como un documental sobre la catástrofe climática de 1987, pero también como un documento de época que nos transmite la atmósfera mental y política de ese momento. Como siempre en Parra, la escritura es un ejercicio realista que quiere liberarse de toda retórica, ir a los hechos y presentar la situación desde allí. Como escribe en Urgentemente se necesita: Hechos además de palabras/ el movimiento se demuestra andando.
Texto clave en la obra parriana, como antecedente o bisagra que abre la serie de los discursos de sobremesa, Temporal es también un texto clave para la comprensión de la antipoesía como una poética de lo público, de lo común. Hablando del texto con De Costa el año 88: Parece que, en último término, el proyecto de la antipoesía no era otro que la búsqueda de una poesía social: cómo abordar los problemas sociales, cómo conquistar la voz de la tribu y cómo adquirir la consciencia de los problemas de la tribu. Y en otro pasaje de la misma conversación: Yo quiero llegar, como creo haber llegado, a una poesía social, a una poesía comunitaria.
Esta poética comunitaria de Parra también implica una redefinición del lugar del poeta, de su punto de hablada. Lo sitúa incluso más allá de la literatura. Define su labor, como ya había hecho en los cuarentas con Declaración preliminar, más cercana a otras prácticas de escritura que a la del poeta en sentido restringido o convencional: Ya no hacemos literatura; ahora hay que ver cuáles son los problemas de la tribu y cuáles son las indicaciones del poeta. Cómo ve él los problemas de la tribu y ver qué se puede hacer al respecto. Yo estoy más cerca de un sociólogo o de un ensayista.
La RR
La poesía busca la relación entre los hombres y los hechos, escribió Wallace Stevens. De la misma forma, la antipoesía explora y dibuja la realidad como un campo de relaciones dinámicas e inestables donde transcurren tanto nuestras vidas personales como nuestra vida social, común. Una poesía escrita a base de hechos, desde una pulsión fáctica similar a la que suele inspirar todo trabajo documental. Huracanes de hechos pedía integrar al cine Dziga Vertov en los albores del documentalismo soviético. De alguna forma, Temporal podría leerse como una tormenta de hechos cuya escritura, su puesta en el lenguaje, su exploración de las formas, responde en Parra a una pregunta constante sobre la realidad.
La sensación que tengo es que estoy aterrizando por primera vez y que vengo desde la literatura hacia la realidad, que por fin estoy en la RR, en la realidad real. Estar, escribir en la Realidad Real, hacer poesía en medio de las inclemencias del temporal que cotidiana e históricamente nos toca vivir. Moverse desde la literatura hacia la realidad. Poner la poesía en el mundo. Cargar la cámara y filmar lo que puede verse allí. En la RR. Escribir a la manera de un documentalista que en vez de películas hace poemas. O antipoemas si se definen en los términos en que alguna vez lo hizo el propio Parra: EL MUNDO Y SUS ALREDEDORES/Antipoemas/N.P.
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com El mundo y sus alrededores.
Nicanor Parra realista y documental.
En "Los libros ajenos", de Jaime Pinos, Carbón, 2024.