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Vuelve “Los bigotes de Mustafá”
Por Ramón Díaz Eterovic
Publicado en Revista Punto Final N° 863.
Santiago, 28 de octubre de 2016.
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Jaime Pinos Fuentes (1970) pertenece a ese grupo de escritores que eran niños al momento del golpe militar, y que años más tarde, un poco antes y después de la mentada recuperación de la democracia, se une a las luchas estudiantiles que desde entonces han puesto su acento en las desigualdades económicas y sociales que caracterizan a la sociedad chilena. Pinos es un autor de amplio registro. Como poeta ha publicado “Criminal”, “Almanaque” y “80 días”, textos estrechamente unidos al acontecer social y a personajes marginales.
El año 2014 publicó “Visión periférica” un libro de ensayos, crónicas, entrevistas y notas de lecturas que muestran otra faceta de Pinos, la de un escritor preocupado de la escena literaria y política chilena que explora en distintos textos publicados por otros autores en los últimos años. Textos que en su mayoría han recorrido los caminos de la autoedición, de la marginalidad editorial que identifica a muchos autores de las nuevas hornadas. Su apuesta en este libro busca abrir brechas para el debate literario y ampliar horizontes a la crítica literaria más bien pobre de espacios que caracteriza al medio literario nacional. “Visión periférica” es un libro importante para quienes quieran conocer una mirada distinta del quehacer literario; una mirada que escudriña en los márgenes para hablar de textos y creadores que habitualmente no ocupan las páginas de los acotados medios de la prensa, y en los cuales, generalmente, las páginas culturales son escasas y con poco espacio para los escritores más jóvenes e innovadores. Un libro que dialoga con la tradición poética, encarnada en poetas como Enrique Lihn y Gonzalo Millán. Según Pinos, sus textos de “Visión Periférica” apuntan a reconocer “lo que se ve por el rabillo mientras se mira hacia adelante”. Textos “para ensanchar la visión y volver más ágil el ojo del lector, porque así como la vida cotidiana, la Historia verdadera no está hecha de efemérides, la literatura tampoco está exclusivamente en la soledad de las cumbres. Las cumbres son para los andinistas y los profetas, como dice Gonzalo Millán. Lo que importa son los valles, los espacios donde realmente habitamos. Donde día a día, escribimos y leemos”. Una cita extensa de Pinos que reproducimos porque sintetiza fielmente la postura crítica y creativa de su autor.
Jaime Pinos fue uno de los fundadores de la emblemática revista “La calabaza del diablo”. En 1997 realizó su primera incursión en la narrativa, publicando la novela “Los bigotes de Mustafá”, que pese a sus pocos ejemplares, dio de qué hablar entre quienes la leyeron y obtuvo un importante reconocimiento en el Premio Municipal de Santiago. Una novela que vuelve a estar a disposición de los lectores, publicada esta vez por la editorial LOM.
“Los bigotes de Mustafá” es una novela de crecimiento, protagonizada por un grupo de muchachos que ven con incertidumbre y no pocos temores el rumbo que sigue el país al mando del dictador y sus secuaces. Muchachos que buscan un proyecto vital antes que la vida los consuma con sus rutinas y cansancios. “Pienso en este país que nos tocó vivir –dice el narrador de la novela-. Este país en que hemos crecido. Este país donde aprendimos a leer deletreando los nombres de los últimos asesinados en las paredes del barrio y al día siguiente, en las letras rojas del diario, las promesas del Jefe Supremo anunciando el futuro esplendor de la patria”. Los muchachos integran un grupo que llaman la “Logia”, unidos por cierto desamparo y un instintivo sentido solidario. Cada miembro del grupo es un mundo aparte, desde los que aspiran a ser músicos o escritores, hasta la hija de exiliados que no se reconoce en el país de sus padres, o el caso de Esteban, quien decide seguir el camino de la lucha armada contra el tirano. La “Logia” constituye una buena síntesis de las inquietudes y derroteros juveniles de la época. La novela también acierta en el retrato social de los días anteriores al plebiscito entre en el Sí y el No. El miedo para expresarse, las dudas sobre el proceso, las presiones reiteradas de la dictadura, son entre otros, elementos que se desarrollan a lo largo de esta novela que pese a los años transcurridos desde su primera publicación, mantiene su atractivo, el acento lúdico, la complicidad que generan sus protagonistas. Destaca también su estructura de diario intervenido con fotos, recortes de prensa, poemas y otros elementos que permiten representar con mayor precisión los aires de la época y los sentimientos de los personajes.
“Los bigotes de Mustafá” es una buena novela que nos sitúa en una época de esperanza y anticipa muchas de las falencias que caracterizan a la sociedad chilena actual. Un texto original y atractivo de un autor que es una voz importante de su generación y que siempre presenta propuestas literarias que, como espejo implacable reflejan los rostros de un país que parece naufragar en las desigualdades más profundas.