El cuento y la pintura se unieron en una mágica aventura en el primer concurso Creación imagen-texto, gracias a la iniciativa de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y al trabajo en conjunto que realizó con la Universidad Católica. Contó además con el apoyo del Fondo de Desarrollo de la Cultura y las Artes.
Lo novedoso del certamen estuvo en la formación de duplas integradas por destacados pintores y escritores nacionales y extranjeros (estos últimos con residencia permanente en el país), a fin de presentar innovadoras propuestas, de gran calidad, para futuros textos ilustrados para niños.
La coordinación del concurso estuvo en manos de las profesoras de la UMCE, Teresa Razeto y Josefina Guerra, quienes desempeñaron también el rol de “casamenteras” de los participantes.
“Costó bastante que los escritores que no suelen escribir para niños y que los artistas plásticos que no están pensando en niños cuando pintan, recogieran esta iniciativa. Por eso es extraordinario que en tan corto plazo (un mes) entregaran un material de gran calidad, porque este no es un concurso fácil”, explica Teresa Razeto.
En su calidad de educadora, afirma que los niños pequeños son muy difíciles como destinatarios. “Hicimos un estudio previo, en una primera etapa, donde nos dimos cuenta de las necesidades de ellos y de la regular calidad de los libros que existen”.
Su socia en el proyecto, Josefina Guerra, no concibe que todavía existan lecturas estereotipadas en la educación básica. “Hay una suerte de petrificación del repertorio de lectura de los niños: Parten con el Papeluchos, siguen con El último grumete de la Baquedano, entonces no hay renovación. Todo está contaminado con lo didáctico y se considera que el placer estético está reservado al adulto”.
Señala como responsable de ello a los profesores y a quienes diseñan los programas de estudio.
El desafío quedó planteado para los artistas. Luego vino el conocimiento entre las parejas. El respeto y la confianza en el otro marcaron el camino.
De entre las propuestas, el jurado decidió los ganadores. En el primer lugar, la dupla Roser Bru-Jaime Quezada. En el segundo Sebastián Garretón-Astrid Fugellie. Mención honrosa para Benito Rojo-Jaime Hales.
Conversamos con el “matrimonio” Bru-Quezada, que participó con la obra Mi cinta de Primera Comunión y otras composiciones:
—Jaime, ¿cómo resultó este “matrimonio”?
—Una de las motivaciones de este proyecto fue precisamente esta posibilidad de que un escritor y un artista plástico pudieran tener una relación de trabajo común, con toda la compatibilidad de caracteres por detrás.
Para él no es algo nuevo, pues ya ha hecho trabajos de este tipo junto a la pintora Tatiana Álamos.
“El fundamento de este concurso nos venía como anillo al dedo. A Roser Bru la admiro mucho, y ella tiene una gran admiración por los escritores”, cuenta.
—¿Quién marcaba la pauta en el trabajo?
—Hubo respeto y liberalidad mutua. Eso se lo agradezco mucho a ella, que tuvo confianza en los textos que yo hice.
—¿Se sintió representado en las pinturas de Roser?
—Muy bien representado, porque la muestra de Roser no estuvo fielmente apegada al texto, sino que hay un proceso creador en ella muy importante. Ella tomaba a veces una idea del cuento y la transformaba en una imagen plástica llamativa, hermosísima. Me sentí como el muchacho o el niño que puede abrir un libro y “volarse” con esas láminas.
Esta dupla, este “matrimonio”, resultó perfecto, dice entre risas.
La experiencia tampoco es inédita para Roser Bru. La artista ha ilustrado libros de Neruda y de Gabriela Mistral. Está satisfecha con el resultado, aunque manifiesta incertidumbre sobre cómo será recibida por los infantes.
“Me puse al servicio del texto de Jaime. Fue un trabajo para los niños, que tenía que ser comprendido por ellos. No sé si les gustará, porque ellos están bombardeados por las imágenes de la televisión. Cuando chicos tienen imágenes propias”, afirma la pintora.
Explica que cuando niña se fascinaba con las ilustraciones de los cuentos de Andersen: “Me gustaban mucho porque estaban llenos de detalles. ¡Vaya uno a saber qué les gusta a ellos! Creo que el proyecto es innovador n la medida que se siga haciendo, porque si no está muerto, y hay muchos muertos en el cajón del olvido”.
Roser Bru no deja de tener razón pues el proyecto necesita ahora de una editorial para ser publicado y, por qué no, también exhibido en una galería o salón de arte. La calidad sobra en estos trabajos, y constituiría, sin duda, un buen material educativo para los niños chilenos, hecho en Chile.
(Archivo de Referencias Críticas
Biblioteca Nacional).
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dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com
LA PAREJA ROSER BRU - JAIME QUEZADA
UNIÓ SU TALENTO EN UNA AVENTURA INFANTIL
Novedoso “matrimonio” entre una pintora y un escritor
para lograr la mejor propuesta en el concurso “Creación imagen-texto”
Publicado en Las Últimas Noticias, Santiago, viernes 15 de enero de 1993
“Costó bastante que los escritores que no suelen escribir para niños y que los artistas plásticos que no están pensando en niños cuando pintan, recogieran esta iniciativa. Por eso es extraordinario que en tan corto plazo (un mes) entregaran un material de gran calidad, porque este no es un concurso fácil”, explica Teresa Razeto.
