A Jorje Lagos Nilsson
In memoriam
No vienes volando ni bajando
No estás en el teléfono
ni estarás la próxima vez que yo vaya a Erasmo Escala
aunque de algún modo estarás
Uno siempre está—solías decir
y reíamos
Estabas en esa escalinata de un edificio en Buenos Aires
y un año más tarde en una oficina de abogados en el Paseo Ahumada
o en las noches que se desalambraban como aullido de lobo en los adoquines
. . .
mojados
y en el proyecto de una revista: el Gran Danés
¿Serán los vientos magallánicos y los mares escandinavos las alas del mismo
..
albatros?
Diccionarios y gatos escriben la prosa de Borges
y Lagos Nilsson
Los muertos habitan en la comunidad de los poetas vivos
Los vivos habitan en la comunidad de los poetas
No se muere dos veces en el mismo río escribió el poeta de la Pampa
Ni bajando ni subiendo
como en el limbo de las embajadas y las aduanas
¿Cómo saber que ese abrazo en la estación Retiro no era el momento de
. . .. .
decirnos adiós?
¿Cómo saber que fue bajo el parrón de Marconi
cuando otros oídos agónicos escuchaban el silencio?
Liliput viene a recoger sus anteojos en la estación Los Héroes
El corazón de la alquimia pulsa bajo tierra
despertando a los hongos que quieren cantar
Con una mano la Contracultura golpea la mesa
Con la otra la Provocación se pone a gritar
Saga es un fantasma
y el leopardo los ojos de la selva que encienden la oscuridad
Estabas en el café Voltaire
donde Parrita
el Cuervo/ el Galindo
el bar Británico
a esa hora de los abrigos largos que cortan la niebla
No te vayas a poner tristón—decías
bajo la guillotina de esa palabreja maltrecha que debe ser borrada del
. . castellano
“¡No me jodas, animal del agua, con esas vainas!”
Los maestros abren el presente
porque la flor es breve y de su fragancia brota toda ilusión
a pesar del tango
y la casa desocupada
y Milosz
que comprendió de qué muertes sordas están hechos los días
Hubo una mesa con pan y vino
donde los animales literarios se despercudían el polvo
Y hubo ediciones
Revistas hubo
conversaciones y humo
y un cenicero al que le crecían manos como alas de ángel
La promesa de un viaje en Volvo por la Autopista del Sol
con bisontes en el espejo desafiando la arboleda
La misma que saluda a los motoristas
bajo la tarde malva
Caminas solo alrededor del Obelisco
o duermes contento en una casa de mimbre
escuchando el graznido de las gaviotas
Encenderemos la pantalla
y escribiremos tu poema
Alumbraremos las lámparas
aunque apaguen las farolas
Habrá anécdotas en un cajón olvidado
Habrá café de cafetera
y poemas del crepúsculo
en el ritual de la presa
¿Qué serpiente de dos lenguas puede ver el futuro en las agujas de un reloj?
Alejandra es el nombre de las primogénitas que el poeta Ruiz grabó en la corteza del delirio
40 años cumplió el lenguaje rescatado de un bar clandestino
¿Por medio de qué extrañas circunstancias todo vuelve a su punto de partida?
¿Qué miserable milagro hace la conciencia?
En el valle de los bárbaros crece el árbol de la poesía
Los desahuciados caminan fuera de la ciudad
El día se acorta y los portones se cierran
¿Cómo se llamaba ese poeta alemán?
“Tú has querido un mundo
por eso lo tienes todo y no tienes nada”
Mala cosa, amigo mío
El misterio es hondo y la carne tierna
Queda una hoguera de palabras
Jorje Lagos Nilsson & Jesús Sepúlveda - marzo 2009