Padre sorbe su sopa
. . . . . . y espía el mundo que alrededor se desploma
Madre mira por la ventana
. . . . . . la danza de la muerte que por sus ojos cabalga
El fascismo ha embaucado a la hermana
La niña llora con ojos claros
. . . . . . que botan lágrimas de porcelana
El fascismo se sienta a la mesa
. . . . . . provoca discordia
. . . . . . echa risotadas
. . . . . . El hermano estalla
La niña se sienta a la mesa
. . . . . . y el fascismo la embaraza
. . . . . . Pare una criatura pelirroja que siente la mano dura en su espalda
. . . . . . Cruje la guerra
. . . . . . El trasero quemado que moja la cama
. . . . . . El castigo
. . . . . . Los correazos
. . . . . . La hermana calla
El fascismo se ha sentado a la mesa
Padre remoja el pan y pierde los dientes
La criatura llora
. . . . . . chilla
. . . . . . y a veces también se queda quieta
Corazón de madre agitado
. . . . . . que palpita
. . . . . . y ora
El fascismo se apropia de la casa
Hace exhibiciones de hombría
. . . . . . grita cuando habla
. . . . . . El fascismo
. . . . . . piensa en dios
. . . . . . y llora
. . . . . . Sabe humillar
. . . . . . y denosta
Buitres –dice
. . . . . . Comunistas
. . . . . . y se llena la boca con la comida que madre e hija preparan
. . . . . . Es vulgar
. . . . . . y no le importa
Se alegra cuando muestran por la tele
. . . . . . la sombra de los fusilados
. . . . . . Habla de patria y familia
. . . . . . Trizadura en el pasillo
. . . . . . que corre como columna de enfermo
Padre se va curvando en su silla de ruedas
Madre suspira ante el recuerdo de una foto en blanco y negro
Se abre el hueco de la sepultura
Nieta oculta las marcas del horror
Hasta que un día cumple quince
. . . . . . y su pelo ya no es pelirrojo
. . . . . . sino rubio
. . . . . . y triste como un cuadro de Van Gogh
Entonces el fascismo la embaraza
. . . . . . aborta
. . . . . . la trauma
. . . . . . Y así vive hasta que se casa
Ella misma ya es madre
Luego se separa
. . . . . . y enviuda
Marido muerto en sala de hospital
Esposa en cama por derrame cerebral
El fascismo se hace la víctima
. . . . . . Se queja
. . . . . . Proclama
Pero un día la niña se levanta
. . . . . . y habla
. . . . . . Se recupera
. . . . . . Vomita esa cosa oscura que tenía atragantada
Jesús Sepúlveda, fotografía de Alvaro Leiva