El cineasta chileno radicado en Francia se dio tiempo, antes de partir a Chiloé, para participar en la habitual tertulia de cada año junto a sus amigos. He aquí un extracto de una conversación que se extendió por dos horas en un conocido local bohemio de Providencia.
—Raúl, ¿de qué te vas a morir?
Raúl Ruiz no se sorprendió ante la inesperada pregunta que le formulara, en voz baja, como habla, el poeta Jorge Teillier.
Se conocen años y Ruiz sabe, como todos saben, que los encuentros de una vez por año, en la penumbra de un bar (aunque afuera el tiempo recién pasaba el mediodía), tiene por regla implícita hablar, simplemente hablar. De todo. De la vida, de la poesía, de novelas, de Dios, de escritores, de la muerte, de películas y del vino.
—En estos momentos, de un infarto —contestó Ruiz, 45 años, grueso, de abundante bigote casi enteramente blanco, al igual que su cabellera—. Después vendría siendo cirrosis y después, cáncer. Pero antes que nada de un accidente automovilistico. La mayoría de los cineastas han muerto asi.
—¿Y de un accidente de avión?—, preguntó Teillier.
—No se caen nunca esas... ¡esas mierdas!
Dos amigos más escuchaban, agregaban, proponían y preguntaban. Uno, Carlos Olivárez, escritor; el otro, Mariano Aguirre, critico literario. Hombres de La Epoca.
El encuentro se había acordado el sábado, en la misma tarde que Ruiz llegó al país, junto a su esposa, la también cineasta Valeria Sarmiento.
Pero el viaje, la familia y el cansancio postergó todo para ayer. Punto de reunión: El Parrón, cómo no.
Vinieron los saludos, el encuentro después de meses, los canapé de queso de cabeza, carne, tomate y palta, y un diálogo que se paseó por el mundo, mientras vaciaban una que otra botella de vino. Tinto, claro.
Teillier: Mi padre decía que el vino había que pedirlo de un año impar para que sea un buen vino. Ruiz: No es cierto. El del 73 no es bueno.
"Rumor de fondo"
La Epoca: Hay siempre un rumor de fondo: sus películas no se entienden o las entienden muy pocos.
Ruiz sonríe, sirve una copa con su lenta calma, repite "rumor de fondo" y agrega:
—Todo el tiempo me lo han dicho. A mi me gusta hacerlas así. Así me entretengo. La Epoca: ¿Pero qué sentido tiene hacer algo si no se entiende? Ruiz: A la larga todo se entiende. Siempre hay alguien que tiene paciencia, que busca todas las cosas. Después bastan tres frases de introducción para que todo el mundo entienda... Aguirre: Recuerdo una entrevista tuya, Raúl, donde hay una frase que me gustó mucho y que tiene que ver con este tema: "Hay que perseverar", decías. Ruiz: Y en lo que sea. Segun Blake, el que persevera en el error llegará a la sabiduría. Teillier: El tonto seguirá siendo tonto y llegará a ser sabio. Ruiz: No, el que persevera en lo que sea llegará a ser sabio. Los tontos no perseveran. La tonteria consiste en no perseverar. Olivárez: Según Neruda, a los tontos los nombraban embajadores.
Filmar en Chile
Surgen los cigarrillos y el grueso y aromático puro de Ruiz, y uno a uno van llenando un disminuido cenicero.
Se acaban los canapés.
La hora pasa y el cineasta tiene que almorzar con su padre.
Llega otro amigo (Fernando Bordeau), saluda, se aleja, luego vuelve, se acerca y escucha más que habla.
Teillier: Cuando estuve en el entierro del boxeador Raúl Astorga, conocí a un entrenador de fútbol chileno que era DT del equipo nacional de Mozambique. Y cuando perdió en Egipto el primer partido, pidió dinero adelantado y se fue a dirigir a un equipo de Dinamarca. La Epoca: ¿Cuándo va a filmar en Chile? Ruiz: Cuando se pueda. La Epoca: ¿Qué significa eso? Ruiz: No depende de mí. Cuando veo la posibilidad filmo, pero son coincidencias. Debe producirse. La Epoca: ¿Qué debe producirse? Ruiz: ...Tiene que haber alguien que ponga la película, otro que ponga el laboratorio, otro el viaje y listo. No es mucho más que eso. Como mis películas no dan plata, hay que buscarla. Aguirre: ¿Cuándo te vas a Chiloé? Ruiz: Quería irme hoy, pero
mi tío me avisó que viene un saco de cholgas y no quiero cruzarme en el camino. La Epoca: Ha dicho que su imagen de Chile ha ido evolucionando. ¿En qué se encuentra ahora? Ruiz: Evolucionando, no; cambiando, que no es lo mismo. Cambió de opinión, pero... La Epoca: ¿Ha cambiado últimamente?. Ruiz: No entiendo nada. Sigo sin entender nada. La gente dice: "A la juventud no le interesa la politica". Lo que a la juventud no le interesa es la gente como nosotros. Olivárez: ¿Vas a trabajar en algo acá? Ruiz: No, vengo de vacaciones... Teillier: Vienes de actor, viene a actuar a Chile, las películas las filma en Francia. La Epoca: Dijo alguna vez que filmaría en Chiloé. Ruiz: Si, pero si llegó Pacull (Emilio) y le robaron la cámara, no dan muchas ganas de venir a filmar. Se la robaron en la aduana.
Teillier interrumpe, se introduce una mano en el bolsillo, saca una caja de fósforos con el rostro de Pinochet en una de sus tapas y se la pasa a Ruiz.
—¡Ah! —exclama Ruiz—. Esto se puede vender a precio de oro... en la Unión Soviética.
La discusión sobre Jesús y la Virgen
Olivárez: Recibimos un mensaje de Emilio Pacull, el que filmó el día 7 de noviembre, el día de la Asunción de la Virgen. Ruiz: El 8 es el día de la Asunción. Fue en 1950 cuando recién fue proclamado el dogma de la Asunción. La inmaculada Concepción no fue nunca aceptada. Ni Santo Tomás ni San Bernardo la aceptaron. La aceptaron como lo que es, como una maniobra
política para que no aparezcan los legitimistas diciendo que son hijos de Dios. Teillier: Según Robert Blake, Jesús era realmente rey de los judíos porque era hijo de Herodes. Ruiz: Según la tradición nórdica, es hijo de Panteras, que es un centurión romano de origen griego. Teillier: Según Blay, era nieto de Herodes. Por eso era rey de los judíos, por derecho
propio. En todo caso, le ofreció colaborar con los romanos y ser rey de los judíos reemplazando a Herodes. Ruiz: ¿Sabes donde está enterrado Pilato, oye?
Teillier da su dirección particular. Y Ruiz contesta: En Suiza. Al lado de la cinemateca. Aguirre:
¿Y qué andaba haciendo por ahí? Ruiz: No había otro lugar donde enterrarlo...
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En la penumbra de un bar, Raúl Ruiz conversó con sus amigos y también habló de sus películas.
Por Patricio Ovando.
Publicado en La Epoca, lunes 8 de febrero de 1988