1
                    La ira canta pa que no te olvides,
                    niño, si de niño viste y oliste
                    cada color en el orden angélico:
                    el día blanco, la noche negra,
                    amarilla mañana, tarde roja,
                    rosada la rosa y el cielo azul,
                    lluvias celestes en árbol granate,
                    verde el cerro, más gris la montaña.
                  El orden que pintaron tus dedos
                    es el de tu vida y el de tu muerte.
                    
                  2
                    Esa familia de puercos,
                    ni cristianos ni demócratas,
                    si ladrones
                    de las aguas del bautismo.
                  El padre hurtado,
                    (o sea al pasar robado)
                    que yace avergonzado
                    en las fotografías,
                    va a fugarse de ellas
                    con hambre de diablo
                    a comer cerdo 
                    asado
                    como viejo
                    cristiano liberado.
                    
                  3
                    Las vertientes de siempre como almas de zorros que ríen para siempre.
                    Los quillayes de antes como libros derrumbados en el aire de antes
                    Cardenales durante como ramos de labios pintados sin sus rostros durantes
                    Las serpientes penitentes que se arrastran sin vérseles de frente.
                    
                  4
                    Héroe no habrá
                    ni habrá monstruo
                    mientras no haya
                    quien ciegue
                    los fosos del dinero
                    contra leyes
                    del estado
                    cavados como tumbas
                    vacías de los libres;
                    mientras no vuelvan
                    los grifos
                    a gotear
                    por las noches 
                    y las norias
                    más cercanas
                    a las bocas
                    y a los besos
                    no rebalsen
                    como ayer
                    y anteayer
                    y mañana,
                    si se cierren
                    las sangrías
                    que no curan
                    y desangran
                    solamente.
                    
                  5
                    En cuanto a ti, 
                    ¿a quién quistaste el riñón? Ladrón.
                    Seguramente a una mujer
                    hermosa como un espino
                    que iba por el camino
                    del campo pensando volar.
                  ¿A quien el corazón? Bribón.
                    De seguro a un niño
                    que lo agitaba saltando
                    la cuerda como un día
                    Dios creando los tiempos.
                  ¿Y el pulmón? Malhechor.
                    A un viejo que fumaba
                    un cigarro sobre el puente,
                    olvidando la ceniza.
                  Todo en ti está arrancado
                    a los que creíste callados.
                    Sólo la cara, descarado,
                    es verdad, te pertenece,
                    no por trabajo,
                    sí por herencia.
                    
                  6
                    Cada gota no es cada lágrima,
                    cada gota es cada gota
                    sin lágrimas en gotas.
                    Gota a gota no llora
                    la gotera ni la cara
                    se lava. El llanto es el que bebe.
                    
                  7
                    Una golondrina no hace verano,
                    un verano no hace golondrinas.
                    Quién hace al verano
                    y quien, la golondrina.
                    El invierno.
                    
                  8
                    Ya, hay que cegar todos los pozos,
                    todos piedra sobre piedra
                    como construyendo columnas
                    ciegos, bajo la tierra.
                  Y de esas columnas tumbas,
                    hay que levantar un templo,
                    hay que vivir sobre el temblo
                    para ganar la superficie
                    de la tierra, la tierra, nada más.
                    
                  9
                    Cuando había pozos sépticos
                    los retretes estaban lejos
                    de las cocinas y los lechos.
                  Un rumor de moscas rodeaba
                    estos aislados cuartos de cajón
                    donde nadie se quedaba dormido.
                    
                    Luego llegaron las alcantarillas
                    (aguas sucias que corren bajo tierra)
                    y por eso se vive sobre el agua.
                  Cuando agua no hubo en estanques,
                    las gentes salieron a los campos,
                    pero habían clausurado sus cajones.
                    
                  10
                    Cuando la luna está llena
                    deja de ser una esfera
                    y se hace agujero blanco.
                  El agua está reposando
                    donde justo comienza el cielo
                    y avanza si empieza el riego.
                    
                  11
                    Brazos y clavos
                    levantados
                    hacia el sol.
                  Músculos verdes
                    estirados
                    hacia Marte.
                  Del agua llenos
                    están dicen
                    como fuentes.
                  Nadie los corta,
                    siguen vivos
                    y no matan.
                    
                  12
                    Sin nombres propios
                    más vale decir que desdecir.
                    Todos entienden
                    y los dañinos no contienden.
                    Así se habla
                    sin gritar las cosas por su nombre.
                    Así se calla,
                    sin embargo, la enseñanza.
                    
                  13
                    Señor,
                    usted que anda dando vueltas
                    de noche regando guayacanes,
                    con aguas del aire no bebibles,
                    distraiga su vista de los arbustos,
                    que son su jardín más personal,
                    y mire las huertas muertas.
                  Por estos jardines del alimento
                    nos acordábamos de usted,
                    porque sus arbustos son lejanos
                    como estrellas supernovas
                    que no dan frutos a hombres ni a pájaros.
                  Sabemos que su promesa
                    es que no enviará más diluvio
                    sobre la tierra ni las aguas.
                    Pero, si no es mucho pedir
                    ni es malo este decir,
                    sería tan bueno que enviase
                    un diluvio casi universal
                    sobre este valle sin lágrimas,
                    Y si para ese milagro contra ley
                    que ha de vaciar los mares
                    y derramarlos dulcemente,
                    hiciera falta un juicio suyo,
                    una sola mirada de reojo,
                    vénganos su juicio especialmente
                    sobre quienes van con el nombre
                    de su hijo abusando de sus hijos.
                  Vénganos su juicio si hace falta
                    más terrible, de tal modo
                    que podamos saber de usted
                    aunque sea en forma de llanto.