No te quedes dormido, niño
que puede madurar tu corazón,
hacerte como el rey puesto
al niño muerto
que va con su sombra de la mano.
No es fácil dormir entre altares
de dioses que no creen
en tu tristeza ni tu alegría.
Por eso,
quédate despierto
los ojos más abiertos
como el búho en su sabio contar,
Juega y escápate
al caos de la noche
donde todo está más claro
bajo el orden de la luna.
Y si gobiernan las nubes,
que te moje la lluvia
y te seque el alba
como a insectos verdes.
Y por sobre todo, en sueños o despierto,
grita,
grita tanto
para que nadie duerma
nunca más.