Bienvenidos al nos temor de cada día.
Nosotros, que ya no somos ninguna rosa,
recibimos con pétalos de cortesía
a quienes vieron en botón abrirse fosa.
Supisteis con una lección que es un demonio
el que os cuida del diablo y que es, por tanto, idiota
así olvidarse pues, de ángeles custodios,
besar cabros malos cual madre pretenciosa.
Siempre todos fuimos de un mismo coro niños,
malheridos por viejos conceptos de griegos.
La cámara se impregna de aroma de flores
y bajo la apertura de cielo prohibido
el toro gime como un dios contra los pliegos
y el rojo emerge de entre tantos ruiseñores.