Este poemario de Luciano Anuarí es una obra cargada de contenido, diría sustantiva, con innumerables poemas que le dan peso poético al libro. Desde el inicio el poeta plantea su interrogante respecto a lo que somos a esta altura de la humanidad ¿En qué nos hemos convertido? Parece ser una de las preguntas centrales. Para encontrar respuesta, quizá el ermitaño puede entregar una pista, “una chispa divina que ilumine el camino”. En el primer poema de la serie hay una rogativa, una petición “Y aspiro a que intervengas / a nuestro favor”. Hay una poesía impregnada de un visión cristiana de las cosas, del mundo, de la sociedad, y de la vida en sus diferentes aspecto: el orden social, la historia, la fe, el amor, lo erótico y los valores humanos en general. El poeta, es un poeta con fe, cree en la poesía y está con Dios. Esta es una certeza que a través del libro se va haciendo patente. Al comienzo, como dice el poeta, “estos versos / no son un juego / es tierra firme”.
Desde el título de este libro ya se siente la densidad de los poemas que lo conforman. Describen una dura realidad, que parece derrotarnos. “Nos sentimos como la carroña (carne destinada/ a ser despedazada”. Así lo manifiesta el poema “Hacia el abismo”. Pero el mismo texto nos dice que “Resistiremos / con hidalguía…”
Todo el libro parece ser una visión apocalíptica, de un tiempo que viene, que se acerca, y que está presente, contiene imágenes que son profética, que dicen y advierten. Pero los falsos profetas, “caerán / como letra muerta / hacia el vacío”. Son muchos los versos que describen lo que vivimos, lo que hacemos, nuestros actos, y lo que somos. Parecen escucharse esos “Sombríos cantos” en que “El horror cae a la tierra / y se derrama / como agujas de drogas”
Este cáliz de “La Preciosa Sangre”, contiene un vino sagrado de la poesía que redime. La realidad está presente desde distintos puntos de vista, social, político, y religioso, como en el poema “La iglesia de satán”. A veces se asoma el pesimismo, “Y la paloma blanca / nuestros cuervos / la destriparán”. Son muchos los versos que podría citar, que nos hablan de lo que vivimos hoy, porque es un árbol cargado de frutos maduros. De otra manera se podría hablar de un mosaico de imágenes.
Dónde esta la devoción a “La Preciosa Sangre?. ¿Es la poesía esa preciosa sangre, que simboliza el sacrificio del poeta? El poeta dice: “Escribo en el idioma / del sentido común”… ¿Cuál es ese sentido común? “Mantente en pie” se titula otro poema. En “Semejante delirio “Hago un llamado a la ebriedad / por la belleza /ebriedad por el arte”. Quizá a seguir la travesía en El barco ebrio de Rimbaud. En el poema “Contrapoesía” se explicita el llamado “Toma la espada de la rebelión / toma la pluma / como Miguel la metralla”. Entonces La rebelión se convierte en un credo.
Creo que este poemario, en su totalidad, es una rebeldía contra las sombras, las contradicciones y los males en general. Y rescata la esperanza del poeta creador. La esperanza está en “Mejor vivo que muerto”, “Pelearemos por lo nuestro / por lo que nos pertenece / viviremos y trabajaremos / para no morir / sobre el pavimento”. Porque el “Discurso” es claro, porque “Es la hora de los girasoles / y la cosecha del trigo”.
Termino citando unos versos del poema “Frío”: “Mira / como el bosque / se llena de cantos / de poetas…/ respira el perfume / de los pétalos de rosas…/
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com "La Preciosa Sangre" de Luciano Anuarí.
Por Amante Eledin Parraguez