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BALANCE DE BLANCO EN EL ÁNGEL TRISTE DE DURERO, de Lila Calderón

Por Leonidas Rubio


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Este es un libro que ya ha cumplido 20 años de existencia y, como todo lo genuino, se mantiene fresco. Alterna secciones epigramáticas con otras rapsódicas en un juego de ritmos e intensidades de decir un mundo tenso entre la defensa de su belleza interna y una atmósfera de opresión que lo acecha. El tono profético y parabólico lo cruza, con una intención de ejercicio de poder. También apuesta por lo visual, por la indicación de la página como soporte intervenido donde los signos tienen una sola oportunidad de realizarse. El vocativo es a través de versos en mayúscula a pie de página, que devienen nuevos títulos con fuerza retroactiva en la lectura, o al contrario, que se atenúan en cursivas minúsculas espaciadas de modo insólito, como operando en susurros. La diagramación es el segundo hablante de estos poemas. El ángel de Durero no es otro que el personaje del grabado La Melancolía, ese temperamento que pasó a ser una filosofía y una estética, por no decir una visión de mundo y una elección de vida durante el romanticismo, particularmente en su vertiente anglosajona. Pero la melancolía es también un estado de la materia, una estancia alquímica, una utopía de redención a través de las percepciones irritadas al máximo, hiperlúcidas, expansivas. Así es este poemario donde el laúd de los personajes de Poe, las atmósferas de peso claroscuro y los intramuros, las nieblas, los visillos, son la escenografía de un montaje urgente, con un hablante que no perdona a su pasado: "Me entretuve tanto / hice una historia de siglos / con originales de barro", dice en una página donde los espacios ejercen el balance en el blanco de la página para un ángel suspendido en una melodía de notas largas. Y los viajes referenciales no se ciñen al provecto pasado clásico: hacia el final del libro los textos-balances son casi un guión y el hablante pasa a representarse en enunciados severos, como de antífona. La tragedia larvaria se sella con un imprevisto futurista: el mejor relato de una vida que se presiente determinada por ajenidades oscuras, queda reflejado en el Nexus 6, el personaje de la película "Blade runner", de Ridley Scott, que imposta un Durero cuyo ángel es un ente programado que aprendió el amor fuera de libreto por no conocer del todo las reglas del juego. Y así el libro se cierra con un saldo apropiadamente barroco, grisáceo a los objetos que se propuso balancear. La cita de Kafka no asiente la desambiguación del episodio visto/vivido/representado: "Me da la impresión de que entonces sobreviví". Mal, desde el punto de vista de la plenitud; bien, desde el punto de vista de la muerte vencida. De cualquier modo, el libro en que Lila Calderón nos participa de ese itinerario es una potente restitución de la capacidad poética, en la estirpe de las sibilas, con procedimiento certero, verosímil, transparente, pleno de dolor y pleno de belleza humana que trasciende y fascina por el peso honesto de su confesión. Libro para ser releído mil veces.

 

 

* * *

Selección poemas

 

HISTORIA DE UNA SOMBRA I

Se ha extraviado una sombra 
en las espadas turbias de la muerte.
Los gitanos beben el vino de los sueños 
y se aferran a una danza de baja luz.
Entran a la tierra oscura a degollar el alba.
Los carruseles espían con ojos seductores,
pero aquí ni las piedras ni las flores
llegarán al cielo 
y la libertad sólo podrá fraguarse 
con los rayos que Vulcano 
perdió en la niebla de sus ojos.

 

PERO HABÍA TAMBIÉN OTRA  SOMBRA

Su manto era la escarcha oceánica de Atlántida.
Para él quebré el reflejo de los icebergs 
y juntos inventamos la frecuencia de la risa.

 

***

Habíamos muerto muchas veces 
en estos seiscientos años,
pero él fecundaba el sol y tenía
las últimas palabras para volver a despertar.

 

***

Después 
elevarás plegarias en cada volantín,
abrirás las ventanas de tu casa
y no estará la Alameda gritándote que cruces.
Se perderán tus ojos
diseñando el argumento
con qué hacer menos burdo 
el trajinar de las dudas.

 

QUÉ SERÁ DE LOS TAMARINDOS

¿Lloraré de sal estalactitas?
Es la muerte una sombra perdida.

 

UNA SOMBRA QUE VUELVE
A LEVANTARSE

Se leen infinitos discursos.
No hay adiós.
Abriré el salón del invierno.
Voy a alhajarlo para la fiesta de máscaras.
Después de las doce
cuando todas las sombras son de barro.

 

***

En un duelo de fantasmas
cae el Príncipe que inventó la sonrisa.
Nunca tuvo claro por qué enlutó a mi sombra.

 

HISTORIA DE UNA SOMBRA  II

Fue en las espadas turbias de la suerte.
Caían las cenizas
desde la colina afiebrada del verano.
Adherida a las alas de mi sombra
avancé confundiendo en las paredes 
la horrenda visión de lo perdido.
Se convertían en estatuas o peces
o en semillas de Tamarindos 
y se resbalaban todas las sombras
sin saber quién
era quién
o quién quería ser,
sin poder distinguir los cardos 
de los semáforos.

 

HISTORIA DE UNA SOMBRA III

Volveré a verte
con los ojos apagados de los ciegos
que cantan en el Portal:

QUE SE QUEDE EL INFINITO SIN ESTRELLAS

sin saber que son los últimos 
en mi caja de fotografías.

Tú tendrás el sol a tu espalda
y yo recibiré antes a tu sombra
y voy a pensar en lo que debo decir 
(en lo que se debe decir)
a una sombra envuelta en mí 
para que no se sienta sombra 
y hable 

HABLE HaBle habLE  hable hablE Ha BLe hable

como sepa       como quiera 
como le hayan enseñado
como haya aprendido 
en su propio idioma
en idioma de sombra 
con voz de sombra
con besos de sombra.

Voy a dar indicaciones, números, dibujos 
de esquinas, señales de mi mano.

Voy a darle mi dirección a esa voz 
con mi voz
voy a darme mi dirección 
con mi propia letra.

 

CON LOS BRAZOS EN ALTO
ESCAPANDO
POR LA PUERTA DE SERVICIO

Sólo se oye el murmullo en el fondo de la noche
cuando el camino de vuelta al castillo de naipes
hace temblar la maqueta de la tierra y allí 
somos
prisioneros entrando en la derrota.

Con los brazos en alto
trazando la estructura del riesgo
me siento como una bailarina enferma 
en un cuarto de música
y segundo a segundo imitando el latido del
reloj
mientras el espejo me devuelve como me ven 
los otros
me ahorco en un pañuelo floreado.

(Quizás aquí yo reviso
con los ojos en abismo
todo el desorden de los fotogramas).

Si la cuerda... cuerda... cuerda... cuerda... 
cuerda gira otra vez, todo se detendrá

(hasta llegar a oír el grito y sus pedazos)

entonces respiras hondo y caminas
hasta la otra vereda
antes de incendiar la ciudad.

***

Es probable que nos bañáramos en el río por 
las tardes
y que hiciéramos grandes descubrimientos 
al interior de la gruta en que nos domábamos.
No éramos dioses, no molestábamos a nadie 
con el eco del animal perdido en la noche 
(eco de los cazadores de la tierra salvaje)
atrapando el coro heroico, la epopeya del salmo 
desde el otro lado de la calle
y antes    antes             antes.

Es probable que nos bañáramos dos veces 
en el mismo río.

 

CRUCES Y CRUCIGRAMAS

Es absurdo
dar el último soplo de pintura.

Desapareces.

Ese es el destino
reservado a los fantasmas.

Nunca sabemos cuándo 
volveremos a vernos.

 

A VECES VUELVE EL SOL A
FUNDIR LA IMAGEN

Era hermoso. Tenía el pelo blanco y los días 
Contados. Era un replicante. Una copia. Un 
Juguete. Lo mataron sólo por eso. En su mano 
izquierda llevaba un clavo herrumbroso que 
me salvó la vida. De su mano izquierda voló 
una paloma no sé adónde. Los juguetes tienen 
poco tiempo de vida. Al igual que las palomas.
No importa adónde vuelen.

 



 


 

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