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El Ropaje de la civilización
Comentario al libro “Telas y Entretelas” de Lila Calderón
Por Rodolfo De los Reyes R.
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Desde el comienzo de la civilización, los ropajes, atuendos y vestidos que hemos usados, no sólo han tenido una finalidad práctica y útil, a medida que el tiempo y el avance evolutivo se suceden, los ropajes han estado cargados de significantes y símbolos que hemos aumentado y expandido inimaginablemente, siendo estos las huellas y estandartes de culturas, pueblos, clases y jerarquías sociales, como evidencias visibles de la individualidad o del colectivo con sus respectivas características.
Dicho esto, no es extraño que la sensibilidad y aguda observación de la poeta y artista visual, haya cifrado su mirada y trabajo en este tema, sobre todo cuando ya tenemos algunos antecedentes biográficos en su libro "Lo que ocultan los vestidos” (2014), texto que precede en cierto modo este, que presenta no sólo como un trabajo poético, sino con las características del “objeto”, en el cual la belleza y la composición estética, son claves en este producto, que nos demuestra las dotes de artista de Lila Calderón, figura esencial en las letras y en la incorporación de las imágenes, texturas y objetos a la poesía.
“Telas y Entretelas”(2018) es un bello libro como objeto, pero también nos deslumbra en su poesía, que emerge no sólo como la construcción bella de la palabra sino que asume una ingente carga reflexiva y filosófica sobre la historia humana y cómo nos hemos cubierto la desnudez, con distintos elementos y significados, que en un ropaje determinado no sólo leemos la apariencia textil, sino todo lo que no se ve u oculta en un juego de máscaras y disfraces. Es interesante que la profundidad de este libro nos lleve a la reflexión cultural sobre el vestuario, pero no sólo por su condición de elemento sino de que bajo él, distintas personas de épocas distintas, funciones y actividades distintas, se visten con él, generando una suerte de comprensión del mundo a través de sus propios fetiches.
El tono poético es certero, breve y preciso, con un hablante lírico omnisciente, que relata y lucubra, deja instancias a la propia cavilación y otorga sentencias en los juicios de manera alterna. Es notable que la poeta, cuya sensibilidad y grado de elaboración poética es de alta intensidad, nos lleve a visualizar las tensiones de la sociedad, el imaginario colectivo en cuanto a la “opresión” de todo tipo y los decálogos morales que se reflejan en el vestuario, al igual que un campo semántico y semiótico en torno al vestuario y a sus ocupantes de los distintos ropajes. Puede llamar la atención lo que podría ser una suerte de obsesión del hablante lírico por los vestidos, vestuarios y ropajes, las telas, los paños, todo lo textil, pero como decíamos las características de Lila como artista visual, como esteta, como diseñadora, la llevan a realizar este proyecto que nos conduce a muchos ámbitos donde nos presenta una suerte de construcción histórica de la humanidad, desde la individualidad emocional y compleja del atuendo respectivo.
Por último para el futuro lector de este libro, de seguro que el placer de la lectura le llevará a releer este texto, para disfrutar las palabras y sus imágenes, puesto que cada poema nos abre nuevas esferas y figuras, las cuáles dependerán de la subjetividad de cada uno para descubrir otros alcances. Por lo pronto le damos la bienvenida a esta singular obra que nos ofrece Lila Calderón, como una ofrenda mágica.
