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        Léase al final /  amor virtual… 
 
          [prólogo  a Adict@ (Terracel, España: Editorial Gregal, 2016) de  Teresa  Buzo-Salas]
        luis correa-díaz 
          University of Georgia
          Academia Chilena de la Lengua
          
        
        
          
        
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          http://www.AnayCarlosSeConocieronPorInternet.EstánAtrapadosEnEl@mor.hothothotmail.Fin// 
            (Cuca Canals) [1]
          
          En este prólogo,  que escribo con fervor, no voy a recontar en abreviado párrafos la novela de  Teresa Buzo-Salas, eso sería una descortesía para con el/la lector/a –sin  mencionar a la autora. Por el contrario, quisiera ofrecerle a aquél/aquélla  algunas observaciones para que en su lectura recuerde o vuelva sobre estos puntos  -si leyese el prefacio a posteriori,  cosa del todo aconsejable… En primer lugar se trata de una novela múltiple, es  decir que hay en  Adict@ varias  novelas que se entrecruzan e interactúan para formar un texto que organiza en  una sola varias diferentes aristas subculturales (y literarias) de nuestra  cultura.
          Entre ellas está  la novela romántica, entrelazada con una de corte femenino/feminista, donde se  cuenta la historia de Martina, una mujer des/enamorada, en crisis de mediana  edad y en conflicto profundo con su mundo (por supuesto que hay mucho más, lo  que le queda por conocer al que la lea, pues se trata después de todo de una  mujer de papel/tinta, una especie de prototipo de muchas vidas); también se  presenta la novela policial, donde se especula sobre las circunstancias en  torno a la muerte de la protagonista y se interroga a los posibles culpables…;  y la novela sobre la vida virtual  (entiéndase: no digo novela virtual, cibernética, online, en stricto sensu, eso sería otra cosa y  el/la lector/a estaría en este momento frente a la pantalla y su lectura sería,  al menos en su forma -hiper/media/textualizada, por ejemplo-, distinta a la que  lleva acabo en este mismo momento, tal vez estaría decidiendo, por pensar en lo  básico,  entre varias interfaces y sus  respectivos hiper-vínculos, etc.) de nosostros como individuos y como sociedad.  Por lo tanto esta obra de Teresa Buzo-Salas se sitúa, principalmente –y desde  su título, que funciona como marcador en esa línea- en ese espacio, o sea nos  narra la historia de una vida –de una nauta-  en sus viajes, en especial socio-amorosos, por el ciberespacio[2].  Martina que vio llegar la Internet –ese hoy ‘medio planetario’- a su trabajo,  previo ordenador instalado, y que poco a poco, como todos nosotros, se fue  enganchando más y más, en lo personal, a ese mundo virtual(izado), a esa Global  Electronic Village, en casi todas sus manifestaciones comunitarias: e-mail,  messanger, facebook, dating services online, etc. –sin mencionar el uso de  otros gadgets asociados, como ese semidiós que ha venido a ser el smartphone… 
          Como se sabe  hace ya tiempo la literatura, en particular su galaxia narrativa –novelas,  cuentros, micro-cuentos…-, no ha sido ajena a interesarse por narrarnos, con  mayor o menor grado de complejidad socio-tecno-teórica, esta condición nuestra  de la vida desde la aparición de la computadora y la internet. Por el  contrario, existe una larga lista de obras que se han abocado a la cuestión  –siendo  Neuromancer (1984) de William Gibson la fundadora-,  y otra más larga que lo seguirá haciendo, de las cuales la de Teresa Buzo-Salas  viene a inaugurar una línea distintiva, en lo tocante a su cruce con la novela  femenina/feminista…; en tanto en su conexión con la novela policial y/o  misterio, y en este caso además histórico-ficcional, podríamos citar el ejemplo  español de El blog  del Inquisidor (2008) de Lorenzo Silva. Y en cuanto a la incorporación del texto-correo  electrónico como un subgénero intranarrativo, lo que Adict@ presenta entre sus páginas, se conecta con la novela Hipervínculos (2005) del chileno Felipe Ossandón,  quien la escribe completamente a partir de ellos en forma dialógica.
          También el cine  se ha involucrado en narrarnos los avatares de esta condición nuestra, donde  hay películas que van desde You’ve Got Mail (1998) de Nora Ephron a la más reciente Her (2013) de Spike Jonze –de la que la  conocida canción “Deeper Understanding” (1989) de la cantante inglesa Kate Bush es un  antecedente indiscutible. Al igual que en éstas, películas y canciones, Adict@ tiene de suyo una dimensión  mística, un misticismo tecno-laico inherente a nuestra creación y ejercicio de  la virtualidad. 
          Y si  consideramos el mundo de la música, en comunión con el mundo de la novela de  Teresa Buzo-Salas, nos encontramos con una nutrida lista de canciones que  aluden al tema en toda su extensión, entre las que que destacan:  “Amor virtual” de Lejemea (Cape Verde), “Amor de chat” de El Original (Argentina), “Amor virtual” de Sampa Crew (Brasil), y sobretodo “Amor virtual” de Lucero (México), cuya letra tiene mucho que ver con Adict@ [3].  Incluso existen una telenovela chilena juvenil llamada Amor virtual, y un documental holandés (sobre el  fenómeno del servicio amoroso femenino brasileño al continente europeo), Meu amor virtual (2005) de Mark Fekkes y Jan Willen  Looze. 
          Todas esta referencias  no deben verse como algo abrumador, por el contrario, son de suma importancia  porque hay que leer la novela presente en estrecha relación a estas diversas  expresiones de un mismo asunto [socio-amoroso, insisto en el aserto]  vital/virtual de nuestra época y de las que vienen.
          En Adict@... hay muchas cosas en juego  respecto a nuestra condición cibernáutica. Por lo breve de estas páginas, solo  quisiera nombrar tres y concluír con ellas. La primera se refiere a nuestra  ‘doble vida’, como lo plantea J. Hillis Miller, la que llevamos entre el mundo  que heredamos como cultura de la imprenta, del libro, de la comunicación  escrita y oral sin el ciberespacio, y la que empezamos a cultivar desde el  advenimiento de éste, y, lógicamente, las implicaciones que tiene esta especie  de esquisofrénica existencia, de la cual no nos libraremos, por lo menos por un  muy largo intervalo histórico, y más conviene aceptarla y ver su belleza en  tanto no nos aprisione en una sola de estas vidas[4].  La segunda tiene que ver con esta posibilidad -si el ciberespacio se convierte  en nuestro único punto de referencia-, esa que nos podría desrealizar,  vinculándonos a la no-realidad, al vacío, a la soledad socio-amorosa/emocional  [experiencia que vive Martina y que ella lleva a sus últimas consecuencias en  todos sus sentidos…], muy en la línea de lo planteado por Sergio Sinay[5]. La tercera y última para el propósito de  este prólogo se vincula al asunto de los pros y los contras de ‘la  pantallización de la cultura y de la vida’, de la emigración a la pantalla, al  espacio virtual, de nuestras práctica bioculturales, como lo ha estudiado Román  Gubern[6].
           En Adict@ aparece todo esto y más, una multi-novela que nos interpela, que nos narra lo  que somos hoy y que pone el acento en este viaje al Argos cibernético del  encuentro con… [nosotros mismos?]
           
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          Notas
          
            
            
              [2] Para una reflexión  comprehensiva sobre el tema, todavía el libro Cibercultura (1995) de  Pierre Lévy sigue siendo referencia indispensable. Lo mismo se puede decir de La conquista del ciberespacio (1995) de  Dominique Nora. 
             
            
              [3] Imagino  que el/la lector/a se tomará el tiempo de ir a Youtube, donde las podrá encontrar  a todas, mientras va haciendo pausas en su lectura de la novela.
             
            
              [4] “The Poetics of Cyberspace: Two Ways to Get a Life.” Contemporary Poetics: Redefining the  Boundaries of Contemporary Poetics, in Theory & Practice, for the  Twenty-First Century. Ed. Louis Armand. Evanston: Northwestern UP. 2007.  256-278. 
             
            
              [5] Conectados al vacío: la soledad  colectiva en la sociedad virtual. Buenos Aires: Ediciones  B, 2008.
             
            
              [6] En el capítulo “De la computadora al libro” de su Metamorfosis de la lectura (Barcelona:  Anagrama, 2010). También, por supuesto, se han ido produciendo toda clase de  estudios disciplinarios, entre ellos Psychology of Cyberspace [cyberpsychology] de John Suler.