La vida de este escritor chileno es el reflejo de la realidad que miles de compatriotas han debido enfrentar. En algunos portales de internet y en la contratapa de uno de sus libros, se asegura que nació el 28 de marzo de 1930, no obstante en otros sitios estiman que vino al mundo en 1924. Lo único claro es que el entorno en el que creció fue el barrio Vivaceta, en el lado norte de la ciudad de Santiago, escenario que nutrirá toda su obra con personajes y situaciones propias de la marginalidad, pobreza y miseria que en la mitad del siglo XX caracterizaban esa parte olvidada de la capital.
Luis era hijo de Manuel Cornejo, maestro baldosero y obrero de la construcción, y Graciela Gamboa, dueña de casa. Según consignan sus diversas biografías, a los 13 años debió abandonar la escuela para dedicarse al mismo oficio de su padre. Ya adulto terminaría sus estudios en régimen nocturno. Siendo adolescente se manifiesta su faceta artística, primero como actor de teatro, siendo parte del Teatro Experimental de la Universidad de Chile para luego ingresar a la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Paralelamente, se une a las Juventudes Comunistas.
Cornejo tuvo un rol importante en el boom del cine chileno de carácter social, en los años 50 y 60, participando como camarógrafo, actor y productor en películas como Un viaje a Santiago (1960), El aborto (1965) y El chacal de Nahueltoro (1969), entre otros. Sin embargo, una y otra vez los problemas económicos lo llevarían de regreso al trabajo como obrero.
Tan multifacética existencia, no podía dejar de lado la creatividad literaria que Cornejo comenzó a exhibir desde pequeño. En el año 1955 ve la luz una de sus obras más importantes, Barrio Bravo, colección de seis cuentos en que vuelca, con un descarnado realismo, los personajes, situaciones y miserias que le tocó presenciar en su niñez en Vivaceta. Conventillos y campamentos son el telón de fondo de estas seis historias en las que los pobres y excluidos de la sociedad desarrollan sus existencias mínimas, llevando sobre sus hombros el destino ineludible que les impone la pobreza, siendo incapaces de salir de esa dinámica.
“El allega’o”, “La cuatro dientes”, “Cuello de loza”, “El señor González”, “El chicha fresca” y “El capote”, componen la obra de Cornejo que, a pesar de ser bien recibida por la crítica de la época, encabezada por el célebre Alone, no concitó mayor interés por parte de los editores, debiendo ser el propio autor quien se autoeditara —como si algo faltara que agregar a su peculiar existencia. En un pequeño puesto de la Plaza de Armas, junto a su mujer, el calvo escritor se hizo conocido entre los santiaguinos por vender sus propios libros, transformándose, según algunos, en un autor de culto.
A pesar de todas estas dificultades, su libro alcanzó a vender 40 mil ejemplares.
En los cuentos de Barrio Bravo, convive lo sórdido de la vida en los conventillos del Santiago de principios de siglo, con la solidaridad que se genera entre las personas que no tienen nada más que sus manos para trabajar.
En “El allega’o”, se nos presenta a una familia de campamento –José, María y el niño Jesús, qué mejor metáfora- que acogen a uno de los suyos que ha caído en desgracia y no tiene dónde vivir. Juntos tratan de ingeniárselas para poder sobrevivir, pero todo termina mal cuando consumen unas gallinas que, previamente, habían encontrado muertas junto a unos ratones.
“La cuatro dientes” es la historia de una robusta mujer de conventillo que, entre otros oficios, trabaja como mesera en la vega. Después de unos cuantos años en que la ha pasado mal en el amor, y de ver cómo muchos de sus embarazos terminan abruptamente en la acequia del cité por no tener los medios para mantenerlos, conoce a un hombre con quien compartir sus días y de quien espera un hijo, que ahora sí desea tener. La “cuatro dientes” tiene un triste final al enfrentarse a golpes con una prostituta que habita en el conventillo.
“Cuello de loza” es la historia de lo que podríamos llamar un antiguo “Tony Manero” del barrio Vivaceta. Un joven al que le apasiona el baile, y vive su vida esperando que llegue el fin de semana para calzarse su camisa de tieso cuello almidonado –de ahí el apelativo “de loza”– y lucirse en la pista de baile. En la semana es uno más de los obreros de la construcción que trabajan en Santiago.
“El señor González” es el padre de dos mujeres que, para asegurarse un techo donde vivir y una caña de vino que tomar todos los días le entrega, como moneda de cambio, una de sus hijas al dueño de la fuente de soda que frecuenta diariamente. La menor crecerá junto a su padre, compartiendo la misma pieza y sufriendo la creciente lascivia de su progenitor.
La muerte de un anciano, en una de las piezas de un conventillo, da pie para que “El chicha fresca” descubra que, debajo del colchón del finado, se oculta una no despreciable cantidad de billetes. Junto al resto de los moradores, el chicha fresca organiza el gasto de la pequeña fortuna. La comida y el vino comienzan a correr a raudales en una interminable parranda de tres días seguidos.
Finalmente, “El capote” es el más crudo de los relatos que componen este libro. Es la historia de una joven pareja de población que sueña con escapar de la pobreza. Casi como si estos anhelos fuesen una afrenta para el lumpen del lugar, deciden castigarlos a través de la violación colectiva de la muchacha, en presencia de su novio.
En los cuentos de Barrio Bravo las situaciones e historias se desarrollan sin mayor juicio sobre ellas. No hay cuestionamientos éticos o morales, sólo se presentan y exponen tal cual como el autor las presenció o supo de ellas. De allí nace el valor que ellas tienen, de mostrar la cruda realidad a la cual, día tras día, los pobres de Santiago debían enfrentar. O mejor dicho, aun deben enfrentar.
Luis Cornejo falleció el 19 de noviembre de 1992, víctima de un cáncer, a los 62 años de edad o a los 67, dependiendo de la biografía que de él leamos. Aparte de Barrio Bravo, otras de sus obras son: Los amantes del London Park (1960), Show continuado (1987), Ir por lana (1989), entre otras.
Dedicatoria en el libro "Juan Segundo Montoya: La Consecuencia De Un Anarcosindicalista y Naturista Libertario En Chile"
de
Eduardo Godoy Sepúlveda. 2014.
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El Barrio Bravo de Luis Cornejo Gamboa
Por Gonzalo Castillo Becerra
Publicado en REVISTA TERMINAL, 19 de noviembre 2013