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Diálogo de Tigres. Lilian Elphick
Mosquito Comunicaciones, 120 págs., 2011, Santiago de Chile.
No apto para distraídos
Por José Promis
Revista de Libros de El Mercurio. 2 de octubre de 2011
http://diario.elmercurio.com/
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Un filólogo alemán escribió más de medio siglo atrás que la literatura era un jardín de formas, afirmación que por mucho tiempo fue favorecida por numerosos académicos y críticos que dedican sus desvelos a escudriñarla. Con ella, el filólogo en cuestión quería decir que nada nuevo existe bajo el sol. Todas las posibles variantes formales están sembradas en ese jardín, pero no todas se muestran a la vez: el sol ilumina periódicamente a algunas y deja a otras esperando su estación en la sombra. En estos últimos años le ha tocado su turno a la forma llamada "microcuento", "microficción" o "microrrelato": narraciones brevísimas (como su nombre lo indica), que concentran toda la fuerza de un cuento tradicional en unas pocas líneas y que utilizan lo insólito, lo inesperado, la agudeza y a veces el humor y la ironía para clavarse en la percepción del lector con la fuerza de un epigrama o para obligarlo a adoptar una actitud alerta que el cuento largo no siempre exige.
Lilian Elphick es una de las escritoras chilenas que ha practicado esta forma de narrar. Como se desprende de lo dicho más arriba, sus textos apuntan a lectores especializados: conquistar públicos numerosos o inscribirse en las listas de los "más vendidos" no son sus propósitos. Los microrrelatos de su último libro, Diálogo de tigres, van dirigidos a un círculo de lectores perspicaces que pueden descubrir lo que existe debajo de las escasas líneas de cada texto; lo que las palabras no dicen -por lo mismo, el tono lírico es muy marcado en la mayoría de sus microrrelatos-; sus referencias en ocasiones ocultas o, en otras, aludidas con una frase o una imagen de fugacidad momentánea que escapa al ojo no avizor de un distraído lector: "La tigresa está triste. ¿Qué tendrá la tigresa", leemos en el comienzo de uno de sus microrrelatos, intencionada aliteración que remite a un texto clásico de la lírica hispanoamericana y a la vez se sitúa en oposición a ese modo específico de hacer literatura. Más adelante, otro microrrelato nos toma desprevenidos: "Y cuando despertó, Dios le dijo: Quiero que estés en el pesebre. Entonces el dinosaurio fue y se acomodó como pudo entre la vaca y el burro...", texto que remite lúdicamente al más famoso microrrelato escrito en español: "El dinosaurio", de Augusto Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Pero hay que reconocer que en este caso la autora se muestra generosa con sus lectores: el microrrelato que viene a continuación es otra variante del cuento de Monterroso que, para mayor cortesía, se llama "Monterroseana" (aunque poca ayuda será para quienes no hayan leído los microcuentos del autor guatemalteco).
Crear utilizando correlatos textuales es un actividad vieja como el sol. Hacer literatura ha sido siempre jugar con espejos donde los textos se contemplan recíprocamente; pero escribir manifestando conciencia de esta situación es algo nuevo, así como también lo es la afirmación de que la literatura es exactamente eso: imaginación que nace del uso particular de las palabras escritas. Lilian Elphick también nos impide olvidar que sus "favolas" nacen de la escritura y se consumen en ella, creando un espacio escritural donde ficción y realidad se compenetran y se alteran en un mundo imaginario novedoso e insólito, pero a la vez, donde la amalgama que los une, como sucede con todos los mundos maravillosos, puede destruirse -y gloso- "con el sonido de una cucharita que cae al suelo."
Diálogo de tigres es, sin duda, una colección de microrrelatos de excelente factura artística, convocados para satisfacer el interés intelectual y estético de lectores prevenidos, amigos de lo diferente y de la reflexión. Gracián se sentiría satisfecho: lo bueno, si breve, dos veces bueno.